ANÁLISIS

España vs. Cataluña: ¿autoritarismo o democracia?

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Otorgar la independencia significaría dar cuenta de que los gobernantes pueden utilizar la democracia como una cubierta del totalitarismo

España vs. Cataluña: ¿autoritarismo o democracia?

Después de que Cataluña declaró la Independencia el 27 de octubre, el Senado español activó el artículo 155, el cual dio todo el poder legal al gobierno central español para cesar al presidente Carles Puigdemont y al Govern Catalán, además de convocar a elecciones el 21 de diciembre. Por ello, varios miembros del Govern y de la Mesa del Parlament fueron condenados por sedición y rebelión. Sin embargo, con esta decisión se conjuró el autoritarismo del gobierno de Mariano Rajoy, el cual decide cuando una elección puede ser democrática y cuando no. Así, una elección será democrática cuando sea convocada por ellos, como la del 21 de diciembre; pero no será democrática cuando el pueblo catalán pueda decir si quiere ser una República o no, como con el referéndum del 1 de Octubre que negó el gobierno central.

Si bien es cierto que la decisión del Govern catalán sobre la Independencia fue unilateral y sin respaldo internacional, ninguna persona que se considere democrática puede sostener que no existió la búsqueda del diálogo por parte del otrora presidente Puigdemont. Además, fue el gobierno central español quien no dejo que el referéndum del 1 de octubre se desarrollara con mínimos mecanismos de protección democrática; por el contrario, reprimió a los catalanes, tan sólo por ir a votar, haya sido a favor o en contra. Sin duda, Rajoy se comportó “como un franquista autoritario”, como diría el ex primer ministro Belga donde ahora se encuentra el expresidente Carles Puigdemont.

Por ello, ante la negativa de parte del gobierno central español de iniciar el proceso para la independencia a Catalunya -producto de la crisis económica internacional que impactó en España y dejó entre ver el endeudamiento nacional que una comunidad autónoma no quiso pagar-, lo único que le quedó fue ejercer el libre derecho a la rebelión y aún más a la desobediencia civil.

Dos características específicas tiene la desobediencia civil tiene para ser considera tal: 1) ser apoyada por una amplía mayoría y 2) debe ser desarrollada en paz por los manifestantes. Así, los ciudadanos catalanes tenían una amplía mayoría en el Parlament catalán y buscaron un referéndum para saber si la mayoría deseaba la Independencia o no. Sin embargo, el gobierno central decidió que no debía de llevarse a cabo y lo reprimió.

El punto fundamental, centrado desde el iusnaturalismo, es que los derechos de los catalanes son inalienables y por ello están por encima del Estado; así bajo el contractualismo, los ciudadanos decidieron romper con el pacto social debido a que el Estado español uso la violencia y decidió encarcelar a los líderes políticos para censurar un acto democrático (como el 1-O) que si bien se hizo viral por las redes sociales, la comunidad europea y potencias mundiales manifestaron su rechazó al independentismo catalán.

Por ello, conviene preguntarse ¿si podría existir un país Independiente en los albores de la globalización y con altos índices de regresión a los totalitarismos que provocaron una Segunda Guerra Mundial en Europa? La respuesta es un tajante no. Y no se podría otorgar la independencia a Cataluña porque darla significaba dar cuenta de que la globalización tiene errores graves, que la economía neoliberal tiene graves consecuencias y que los gobernantes actuales pueden utilizar la democracia como sólo una cubierta pero en el fondo ser una persona autoritaria y totalitaria.

 

Latin American Post | Leonardo Daniel

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