ANÁLISIS

A todos nos han dicho que sí, pero ¿sirve de algo reciclar?

Nos han enseñado que reciclar es fundamental para el manejo adecuado de residuos, pero ¿es cierto?

La mayoría de nosotros sabemos que debemos reciclar para reducir el impacto de los residuos sobre el medio ambiente. Para esto, a lo largo del mundo se han implementado diferentes estrategias para que los materiales reciclables puedan ser reutilizados y evitar que lleguen al mar, afecten los ecosistemas y se descompongan de forma equivocada.

Contamos con canecas de diferentes colores para separar residuos de alimentos, cartón, papel, plástico, vidrio, entre otros. Nos invitan a darle un segundo uso a envases, recipientes y objetos y a imprimir por cada cara de las hojas para no desperdiciar. Incluso nos han enseñado a reutilizar el agua, por ejemplo, a usar el agua de la lavadora para limpiar los pisos y descargar los inodoros.

En teoría, quienes reciclan y hacen uso responsable de los recursos naturales contribuyen a que el medio ambiente no se vea tan afectado por la huella humana. Sin embargo, a larga escala pareciera que este tipo de acciones no sirven de mucho. Es más, Bloomberg afirma que nosotros los consumidores no podemos solucionar este problema y compara el reciclaje de plástico con la lucha contra el cáncer. “Curar el problema del plástico es muy parecido a combatir el cáncer. Incluso si todos dejaran de fumar, todavía habría cáncer” afirma Faye Flam en su columna para Bloomber.

Un estudio realizado por la profesora Jenna Jambeck en la Universidad de Georgia evidencia que las estrategias simplificadas y fáciles para que el ciudadano promedio recicle son las culpables de que no se pueda hacer de forma efectiva. En Estados Unidos, por ejemplo, materiales reciclables como el papel, el vidrio y el plástico son depositados en el cubo de basura azul. Al mezclarse todos estos elementos, los materiales reciclables terminan siendo contaminados, por lo que se vuelve complicado reutilizarlos. Bloomberg asegura que esta sería una de las razones por las que China tomó la decisión en julio del año pasado de dejar de importar residuos plásticos de otras naciones.

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Hasta el año pasado, según la BBC, China era el basurero mundial y recibía 7,3 millones de toneladas de desechos pasticos de países y regiones como Estados Unidos, Japón, Canadá, Alemania, México, Chile, la Unión Europea, entre otros. El gobierno de la nación asiática afirmó que el país se debe proteger de basura sucia o peligrosa. Ante esta preocupante situación para el medio ambiente, el Buró Internacional de Reciclaje (BIR) busca nuevos mercados a los que llegue todo el plástico como Tailandia, Vietnam, Camboya, Malasia, India y Pakistán. No obstante, no es claro que está pasando y que pasará en el largo plazo con las toneladas de plástico que deja de recibir China.

Si se toma como referencia este preocupante panorama pareciera que no sirve de nada reciclar y que es mejor rendirnos en nuestros esfuerzos por cuidar el planeta. Da la impresión que las buenas intenciones de aquellos que reciclamos y tratamos de cuidar el medio ambiente  son infructuosas y empeoran la situación del planeta. Sin embargo, no todos opinan igual.

Diego Beltrán, estudiante de octavo semestre de ingeniería ambiental de la Universidad Santo Tomas en Bogotá, asegura que sí sirve reciclar porque las grandes compañías reducen el uso de materia prima, el consumo de agua y el uso de químicos dañinos para el medio ambiente. Lo que significa que efectivamente reciclar si beneficia el planeta, el problema es que la forma en que lo hacemos está mal direccionada.

Beltrán resalta que a un ciudadano promedio no se le puede pedir que recicle de una u otra forma cuando no ha habido campañas de concientización y educación que lo guíen en esta tarea. Por esta razón, Beltrán enfatiza en que es fundamental la implementación de este tipo de campañas y medidas que informen a la sociedad sobre cómo reciclar de la forma correcta. Adicionalmente, el estudiante considera que estas medidas deben ir de la mano de otras herramientas que faciliten y fomenten el reciclaje. Muchas veces las personas no se interesan en reciclar porque no perciben beneficios directos en su vida cotidiana. Por esto, Beltrán plantea promover los incentivos económicos para incrementar el reaprovechamiento de diferentes materiales.  Un ejemplo de esto es el robot para reciclar plástico con el que cuenta el centro comercial Calima en Bogotá. La persona deposita sus envases plásticos al interior de la máquina y recibe cupones que puede redimir en las diferentes tiendas del centro comercial.

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Saber reciclar de forma adecuada es el resultado de políticas de investigación y educación que deben ser iniciativas de los gobiernos de cada nación. El hecho de que China deje de ser el basurero del mundo, a pesar del grave impacto que tendrá el medio ambiente, es una oportunidad para establecer centros y plantas de reciclaje efectivas a nivel mundial. La decisión del gigante asiático también se convierte en el incentivo de no depender exclusivamente de una nación para manejar nuestros residuos.

En su columna en Bloomberg, Flam tiene razón en que los consumidores no podemos resolver la situación. La solución la tienen los dirigentes gubernamentales en sus manos. Reciclar sí sirve, el problema radica en que no se invierte suficiente presupuesto en investigación, educación y difusión de procesos efectivos para cuidar el ambiente.

 

LatinAmerican Post | Marcela Peñaloza

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