ANÁLISIS

¿Las películas de ahora sacrifican la historia por mejores efectos especiales?

El cine, como una de las industrias más grandes y más diversas del mundo, permite a cada director crear el universo que desee

¿Las películas de ahora sacrifican la historia por mejores efectos especiales?

“El cine no procede de la pintura, literatura, escultura, teatro, sino de la antigua magia popular. Es la manifestación contemporánea de la historia evolutiva de las sombras, el disfrute de las imágenes que se mueven, la creencia en la magia.” Jim Morrison.

Nada más mágico que unos efectos especiales que nos hagan creer lo imposible de creer bajo otras circunstancias.

Es una fábrica de sueños, como expone Georges Mèliès, donde se tiene la posibilidad de  contar una historia con diferentes recursos narrativos, buscando la manera de transmitir una ilusión dentro de  un ambiente “real” o fantástico.

Read in english: Do movies today sacrifice a good plot for better special effects?  

Su película "Viaje a la luna" es considerada de las primeras obras en implementar efectos visuales, utilizó decorados muy llamativos donde logró explicar la historia de un grupo de científicos que viajaba a la luna. Recrear un ambiente, que en su época era casi imposible, fue lo que hizo que sea considerado como el padre de los efectos especiales.

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Los efectos especiales inicialmente fueron llamados “trucos”, una ilusión que envuelve al espectador y lo hace creer que lo que se está viendo es real. En la cinematografía se usan para embellecer la narración de las historias, siendo una mezcla de varias herramientas que  buscan  desaparecer la frontera entre la realidad y la fantasía. Su evolución ha hecho que estos se incorporen en la mayoría de películas hoy en día. 

Con el pasar del tiempo comienzan a surgir diferentes técnicas que hacen posible la creación de universos y realidades, mediante el uso cada vez más sofisticado de los efectos especiales y visuales; estos son quienes enmascaran la historia a favor de la magia de la tecnología. 

A mi me manera de ver, el cine de ahora no está sacrificando sus relatos por los efectos especiales o visuales. En la  actualidad existen todo tipo  de narrativas, y todo tipo de públicos y espacios para proyectar la obra de cada realizador. El cine, como una de las industrias más grandes y más diversas del mundo, permite a cada director crear el universo que desee, direccionándolo a los diferentes medios como: festivales de todo tipo, cineclubes y la gran pantalla por supuesto. Pero lo que sí es innegable  es que, desde la aparición de la era digital, los efectos especiales se han venido incorporando en todo tipo de producciones. Desde sus inicios, por ejemplo, El Joven Sherlock Holmes, fue de las primeras películas que experimentó usando gráficos creados por computador, seguido de  King Kong,  y de una de las películas, que dentro de la historia del cine, en mi concepto,  es importante conocer: 2001: Odisea del Espacio. Estos filmes muestran una visión de lo que podría venir en el futuro: el juego entre la perspectiva, aumentando y disminuyendo la visión de los objetos (Efectos visuales). 

En la actualidad, el cine comercial narrativo está hecho únicamente para entretenerse y desconectarse de la realidad, de las dificultades a que nos enfrentamos diariamente en el trabajo, la familia y a nivel personal. Salir de casa y dejar de pensar un poco en lo que nos rodea ha sido uno de los motivos para que estas narrativas, que por supuesto tiene sus formulas y sus “reglas”, llenen las salas de cine. Por esta misma razón, en cartelera, siempre encontramos películas de ciencia ficción, súper héroes y comedias, donde los efectos especiales y visuales actúan como potenciadores del propósito narrativo.

Por otro lado, tenemos el cine de autor no narrativo, que se da cuando hay una ruptura con las políticas marcadas por Hollywood. En estos casos no importa la historia ni la acción, ni mucho menos la lógica, se vuelve un cine experimental, donde lo que se pretende es, como su nombre lo dice, experimentar y engañar con  imágenes. Como ejemplo, podemos ver la obra de Luis Buñuel en colaboración con Salvador Dalí, "Un perro andaluz", una sucesión de escenas chocantes, sin coherencia alguna que rompen todas las reglas clásicas que el cine expone.

Finalmente, dentro del cine, como una forma de expresión humana, existen todo tipo de historias para todo tipo de espectadores como mencioné anteriormente. El tratamiento audiovisual dependerá del director y su equipo, pero lo que sí está claro es que este sigue siendo el mismo desde sus inicios: la necesidad de contar historias y hacer realidad los sueños, por así decirlo. Lo único que podría cambiar son las herramientas y los efectos que se utilicen para lograrlo. En definitiva, el cine no es más que una mentira que todos logramos creernos dejándonos llevar por los emociones que produce, y en nuestra concepción del mundo, las películas que se  asemejan a la realidad son las que posiblemente ayuden a cambiar algunos de nuestros conceptos y a mejorar nuestra sociedad.

LatinAmerican Post | Amaranta Úrsula

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