ANÁLISIS

La variopinta parapolitica colombiana

Si bien el clientelismo y la corrupción acompañan la tradición política de Colombia, en las ultimas décadas se alió con el paramilitarismo y el narcotráfico 

La variopinta parapolitica colombiana

La política es un escenario donde se purgan los pasados de la violencia, con una base económica importante es fácil alterar el juego político a favor, con testaferros en las distintas instancias de representación o participando directamente del juego de la democracia. Ese es el caso del ex presidente de Colombia y actual senador, Álvaro Uribe Vélez y el ex gobernador de Santander Hugo Aguilar, recientemente investigados por sus nexos con el paramilitarismo.

El paramilitarismo los une, sin embargo, Hugo Heliodoro Aguilar Naranjo es sindicado de lavado de activos y enriquecimiento ilícito, que es solo la punta del iceberg de un terror que se normalizo en Colombia con el único objetivo de financiar y presionar políticamente a sus “votantes” en medio de las campañas para la Gobernación de Santander en el 2003. En este caso, el Bloque Central Bolívar de las Autodefensas Campesinas de Colombia (AUC), fue responsable de masacres que se llevaron la vida de 14.000 víctimas, del reclutamiento de menores de edad, de desapariciones y desplazamientos forzados.

En cuanto a Álvaro Uribe, el mejor colombiano según History Channel, es el arquetipo con todas las características de un sector que amaso una fortuna en Colombia y luego busco la forma de limpiarla de todo registro de criminalidad. Ese proceso es explícito en la literatura de la periodista Olga Behar, puntualmente en el libro “el clan de los doce apóstoles.

Se avecina la campaña electoral para senadores y presidentes

A su vez, en el panorama más inmediato la campaña política para las próximas elecciones en el departamento de Santander queda empantanada por el vínculo evidente entre las cartas del liberalismo en el senado y el obscuro pasado político de Hugo Aguilar. El hijo de Hugo Aguilar, Richard Aguilar quien fue gobernador de Santander y depende del capital político heredado de su padre para extenderse en el mandato, naturalmente la política regional se vuelve un negocio de familia y eso se replica a nivel nacional de forma más o menos evidente.

El testaferrato político es más directo que el económico, por ese motivo los cacicazgos se extienden fácilmente cuando se trata de elecciones, por ejemplo el hombre cabeza de familia sede sus votantes a un familiar cercano o a su esposa cuando está siendo investigado judicialmente. Por otra parte, el testaferrato en propiedades y cuentas bancarias es la forma de huir del acecho de la justicia coja del país.

Lo que era un secreto a voces se terminó de confirmar en los últimos días: la parapolítica es un fenómeno vigente que busca perdurar como estratagema de la corrupción, el fraude y la destrucción de la institucionalidad de la nación. El reto para la opinión publica es que esas estructuras corruptas se vuelven más precisas, dejan cada vez menos rastros tras de sí y se vuelve más difícil para el sistema judicial realizar investigaciones contundentes. Apenas se empiezan a destapar las cartas de la parapolítica y las cabezas visibles de esas estructuras, por ejemplo, el exgobernador  fue condenado a siete años de prisión por los vínculos con paramilitares para llegar ser gobernador de Santander en el año 2003.

 

Latin American Post | César Téllez 

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