AMÉRICAS

Venezuela: el asilo político da una vuelta de 180º

La postura del chavismo cambió radicalmente del caso de Julian Assange al de Luisa Ortega Díaz

Venezuela: el asilo político da una vuelta de 180º  

El asilo político es un derecho internacional que protege a cualquier persona de ser juzgada y extraditada en un país que lo solicite por delitos de índole político. La Declaración Universal de Derechos Humanos establece en su artículo 14: “En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.”

El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, bajo sentencias 155 y 156 del 2017, le suprimía funciones a la Asamblea Nacional y se las auto-asignaba, sentencias que fueron rechazadas por la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, quien argumentó que con estas sentencias “se rompía el hilo constitucional”. Desde este “impasse”, la anterior Fiscal General tomó decisiones que fueron tildadas por el gobierno venezolano como contrarrevolucionarias. Con las denuncias de fraude en la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, la cual luego destituyó a la Fiscal General, la imputación de diversos delitos y la persecución contra Ortega Díaz, la Fiscal huyó hacia Aruba y de allí a Colombia, donde podría solicitar asilo político. El gobierno de Colombia ha comunicado que, de ser solicitado, el asilo sería concedido.

Esta decisión soberana del gobierno colombiano ha generado malestar en el gobierno de Venezuela, quien por medio de su canciller, Jorge Arreaza, ha expresado que “Colombia protege la corrupción y el delito en Venezuela al dar asilo a Ortega Díaz”, lo que podría desembocar en nuevas tensiones entre estos países. Ante la presión internacional por la crisis humanitaria que atraviesa Venezuela, esto podría ser utilizado por el gobierno madurista como propaganda política al actuar como victima de una conspiración mundial, lo cual desviaría la atención de la conflictividad interna.

Esta situación contrasta con la posición histórica del gobierno venezolano. En junio de 2012, el activista y programador australiano Julian Assange solicitó asilo político en la embajada de Ecuador en Reino Unido. La justicia sueca acusaba a Assange de abuso sexual. Sin embargo, después de filtraciones a The Guardian sobre las actividades de las embajadas norteamericanas y la publicación de algunas filtraciones en WikiLeaks, página creada por el australiano, parecía claro que el motivo para la aprensión era de carácter político. Por lo tanto, el gobierno del presidente Rafael Correa consideró otorgarle asilo político.

El gobierno del Reino Unido amenazó con ingresar a la embajada de Ecuador para detener a Assange, ya que se negaba a reconocer su condición de asilado político. Esta amenaza fue rechazada por el gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez, por el ALBA y por UNASUR, ya que violentaba el derecho internacional. Durante la crisis Ecuador – Reino Unido, el actual presidente de Venezuela Nicolás Maduro, se desempeñaba como canciller y rechazó la “arrogancia” y la “prepotencia” que demostraba el gobierno británico en el caso de Julian Assange, al advertir que no dejaría salir del país al creador de WikiLeaks, a pesar de la medida de asilo político concedida por Ecuador.

Las posiciones tan diferentes en tan poco tiempo del gobierno venezolano sin duda llaman la atención. Sobre todo, si tenemos en cuenta que Nicolás Maduro sería el sucesor de Hugo Cháves. 

 

Latin American Post | Armando José Garnica Ramírez

Copy edited by Laura Rocha Rueda

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