Inteligencia ArtificialTECNOLOGÍA

El Sherlock Holmes moderno es colombiano

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Eduardo Salcedo combate la creciente complejidad criminal con herramientas de última tecnología

“La justicia tradicional está obsoleta”, así de contundente es la afirmación de Eduardo Salcedo, un bogotano que se mueve por todo el mundo resolviendo casos delictivos de toda índole gracias al uso de la inteligencia artificial.

Este detective del futuro combina teorías filosóficas con el uso del big data para dejar al descubierto tramas de corrupción, tráfico de drogas o infiltraciones criminales en los aparatos del poder estatal.

Salcedo  estudió Filosofía y luego hizo una maestría en Ciencia Política en la Universidad de los Andes, pero fue a raíz de una investigación sobre el crimen en Colombia cuando se dio cuenta que los procesos que utiliza la justicia se han quedado anclados en el pasado y no están preparados para investigar los nuevos casos de corrupción y las redes criminales que operan a nivel internacional.

Contactar con Salcedo no es tarea fácil, pues un lunes puede estar en Irak supervisando el proceso de justicia transicional tras la guerra y el jueves de la misma semana en Guatemala investigando un caso de corrupción con la Fiscalía. En el 2017 estuvo también en Colombia, México, Brasil, Argentina y Estados Unidos desenmascarando diferentes delitos. Salcedo confirma que vive en Tampa (Florida) desde hace unos tres años gracias a una beca que ganó por, según sus palabras, tener “habilidades extraordinarias”.

Sus investigaciones le han permitido llegar a los lugares más remotos del mundo: en Bulgaria siguió de cerca la trata de blancas en la frontera de Europa del Este; en Sudáfrica, el tráfico de cuernos de rinoceronte; en la República democrática del Congo investigó el contrabando de coltán, así como el de oro en Colombia e investigó a fondo la corrupción del gobierno de Fujimori en Perú.

“En la actualidad las redes criminales son cada vez más grandes y complejas y el cerebro de las personas no es capaz de abarcar tal cantidad de información”, afirma Salcedo. Como ejemplo pone el caso Lava Jato, uno de los mayores escándalos de corrupción de la historia de Brasil y que se dio a conocer en 2014. Esta compleja red robó más de 2.600 millones de euros a través del lavado de dinero y se descubrió que había hasta 800 personas implicadas. Como Salcedo explica, “según el antropólogo Robin Dunbar, el límite de la estructura social que un ser humano puede abarcar es de 150 individuos, por lo que un juez o fiscal estaría ante la utópica labor de gestionar un caso con casi un millar de actores, es por esto que necesitamos recurrir a la tecnología para que pueda agilizar estos procesos”.

El big data le ha permitido a Salcedo simplificar los resultados de sus investigaciones a través de herramientas de visualización. Con gráficos, nubes y estructuras pudo representar, por ejemplo, como se organizaba la Familia Michoacana, uno de los cárteles de narcotráfico más poderosos de México.

Este Sherlock Holmes del siglo XXI no tiene oficina como tal, trabaja sobre el terreno y recibe el apoyo de decenas de colaboradores en áreas como la sociología, la antropología, la economía o la lingüística. Para Salcedo la mayor barrera es el poco interés de gobiernos e instituciones a la hora de ver la tecnología como un aliado contra el crimen y denuncia la permisividad e impunidad con la que la corrupción sigue contaminando a docenas de países.

 

Latin American Post | José María González Alonso

Copy edited by Laura Rocha Rueda

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