ANÁLISIS

Trump y el idilio de la idiocracia

La democracia liberal está en peligro a nivel mundial; sus cimientos son socavados por mensajes de odio a las minorías y a los migrantes, es aquí donde son ilustrativas las distopías  como proyecciones de un futuro indeseable 

Trump y el idilio de la idiocracia

Hay películas que sorprenden, el cine norteamericano tiene joyas y esta es de las más refinadas piezas de autocrítica: idiocracy un film dirigido por Mike Judge que cuenta con el guion de Ethan Coen, cuenta la historia de un militar y una prostituta usados como conejillos de indias para hacer pate de un experimento criogénico, el experimento de preservación de la vida humana duraría un año, pero la agencia de investigación militar fue clausurada y los protagonistas despiertan en 2505, en un futuro distopico en el que la humanidad trunca su avance por una contemplación pornográfica de la vida: los cafés y las bibliotecas son prostíbulos y la vida gira en torno a monopolios de marcas como Coca- Cola, Starbucks y McDonald.

La idiocracia encuentra terreno fértil en un futuro que banaliza la cultura y donde el trabajo es casi indistinguible del entretenimiento y el consumismo desaforado, en la introducción de la película se afirma “la evolución no siempre premia la inteligencia”. Mientras tanto en el escenario global del 2018 el terror de la bomba atómica es una latencia que mantiene los conflictos a raya pero en tensión y la decisión de dar rienda suelta a una tercera guerra mundial está a cargo de líderes políticos que movilizan grandes sectores de la clase media desde la desaprobación a las minorías y la xenofobia.

Dos periodistas del diario The New York Times afirman que en un día el presidente Trump está frente a la pantalla de televisión de cuatro a ocho horas, haciendo zapping entre los noticieros con más rating en Norteamérica para estar actualizado sobre las reacciones que provocan sus declaraciones en los medios, también toma cuatro litros de gaseosa y “tuitea” desde la cama sus trinos más polémicos.

También son vox populi sus comentarios despectivos contra los migrantes de Haití, el Salvador y África, además de su intención de construir un muro entre Estados Unidos y México. Incluso el reconocido Lingüista Noam Chomsky describe al partido republicano de EEUU, hoy con su propio gabinete en el establecimiento de ese país, como una de las organizaciones más peligrosas de la tierra, incluso más que el Estado Islámico y el gobierno vitalicio de Kim Jong-un en Corea del Norte, porque amenaza la estabilidad ambiental del planeta al abandonar el Acuerdo de Paris sobre el cambio climático aprobado por 195 países en diciembre de 2015.

Sin embargo hay un viraje mundial hacia las economías renovables, incluso la Ford en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte con Canadá y México, invertirá 1600 millones de dólares en México para la construcción de una fábrica para construir modelos de autos eléctricos e híbridos, a pesar de ser criticado fuertemente por el presidente Donal Trump que en declaraciones presidenciales y aprovechando el invierno no titubeo en negar abiertamente la existencia del cambio climático y el calentamiento global.

Los líderes son una extensión de la voluntad de sus votantes y en cuanto cambie dicha voluntad inevitablemente se modificaran incluso las posiciones más intransigentes, en esa medida los afroamericanos, los migrantes y las minorías raciales, étnicas y religiosas tienen un papel vital para hacer un pulso de fuerzas en la arena democrática en Norteamérica y el mundo.

 

Latin American Post | César Téllez 

 

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