Medio ambiente

Aires de renovación en el sector energético de Brasil

Los recursos hídricos con los que cuenta el país siempre han sido la principal apuesta del gobierno

Aires de renovación en el sector energético de Brasil 

La matriz energética de Brasil es considerada una de las más limpias del mundo.  Más del 40% de la producción de energía del país proviene de fuentes renovables, principalmente, de la producción hidroeléctrica, según datos del Ministerio de Minas y Energía.

Los recursos hídricos con los que cuenta el país siempre han sido la principal apuesta del gobierno, pero la creciente resistencia de la sociedad hacia nuevas construcciones, debido al impacto ambiental y social causado por las mismas, así como los elevados costes y tiempo de implementación, forzaron un cambio de postura.

El aumento de la demanda registrado en los últimos 15 años, el impacto del cambio climático y la dificultad de implementar nuevas obras en el sector hidroeléctrico fomentaron la diversificación de la matriz energética.  

El gobierno aprobó en 2008 el PNE 2030 (Plan Nacional de Energías) en el que se contempló por primera vez el uso de fuentes alternativas e incluso programas de estímulo para estos nuevos sectores que se fueron implementando en los últimos años.

La energía eólica fue una de las primeras en instalarse en el país. En 2016, Brasil fue el 5º país con mayor crecimiento en la producción eólica superando la capacidad de más de 10.000 MW, transformándose en el mayor productor de América latina.

La producción de energía eólica en Brasil se concentra en el litoral, principalmente, en la región nordeste del país. La región fue beneficiada no tan sólo por una mayor oferta sino también por el impacto social producido en las regiones rurales y en los polos industriales que empezaron a producir los equipamientos para los parques eólicos.

Parque eólico en Brasil

Foto: Parque eólico en el Nordeste de Brasil

La instalación de aerogeneradores ha llevado prosperidad a regiones muy pobres del nordeste del país, sobre todo en aquellas ciudades localizadas en el semiárido brasileño (entre los estados de Ceará, Pernambuco, Piauí y Bahía) que sufre con una fuerte sequía desde hace 10 años.

El alquiler que paga las empresas generadoras de energía eólica ha ayudado a la población a mantener la economía de la región y posibilitó la realización de pequeñas inversiones en técnicas avanzadas de regadío hidropónico.

Otra gran apuesta del sector energético de Brasil es la energía solar, sea la fotovoltaica o la termoeléctrica, gracias al gran potencial que tiene el país debido a las elevadas horas de exposición solar de gran parte de su territorio. También este sector ha producido un impacto social positivo al permitir la creación de pequeños sistemas o redes en regiones donde las líneas de transmisión no llegaban y el surgimiento de diversas fábricas por todo el país de componentes o para la implementación de las placas importadas en su gran mayoría desde Europa y Asia.

Energia Solar

Foto: Pequeños productores usando energía solar

Los biocombustibles, sobre todo el etanol, entró en una nueva fase y universidades de todo el país trabajan en el denominado etanol 2.0, que, a diferencia del primero, aprovecha todo el potencial energético de la caña de azúcar.

Por último, la biomasa, sustituye progresivamente el uso de las termoeléctricas movidas a carbón. El crecimiento de la producción agrícola de Brasil ha permitido con que este sector se pueda desarrollar ya que utiliza como materia prima los desechos del campo (paja, maderas, semillas, etc).

Los cambios en la matriz energética de Brasil reflejan una nueva era para la economía del país y cambios en las relaciones con los países vecinos. El grado de independencia energética aumenta con una mayor diversidad de la producción, así como su autonomía, ya que Brasil aun siendo un gran productor, posee proyectos con otros países tal y como la central Binacional de Itaipú, responsable por generar gran parte de la energía consumida en país, en la cual Brasil debe pagar a Paraguay la parte de energía que le corresponde por tratarse de un proyecto bilateral y porque el país vecino consume mesmo del 2% producido. Además, en los años de mayor consumo Brasil importa energía de Argentina y otros países de Mercosur, lo que produce efectos en los precios internos y en la competitividad de sus productos.

 

Presa Itaipu

Foto: Presa Binacional de Itaipu (Brasil – Paraguay)

Con los cambios en la matriz energética Brasil, así como otros países de América Latina, se suman a la carrera de las energías renovables y la sostenibilidad.

 

Latin American Post | Wesley S.T. Guerra

Copy edited by Susana Cicchetto

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