El 25% de todos los embarazos en el mundo terminan en abortos inducidos, según la OMS
 

Cifras recogidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), indican que cada año se producen aproximadamente 25 millones de abortos peligrosos en el mundo. El 97% de estos se registran en países en vía de desarrollo de América Latina, Asia y África. Sin embargo, Europa tampoco es ajena a este flagelo, y es por ello que el gobierno de Irlanda acordó someter a consulta popular, una polémica ley que impide la práctica del aborto en la nación.

El referendo que se tiene programado para el mes de Mayo, pondrá a decidir a los ciudadanos, la revocación o no de la llamada Octava Enmienda de la Constitución, la cual prohíbe la interrupción del embarazo, incluso en casos de violación, incesto o inviabilidad fetal.

Las estrictas leyes contra el aborto que impone la República de Irlanda obligan a miles de mujeres y menores de edad a practicarse procedimientos en establecimientos ilegales, a tomar píldoras proscritas encontradas en Internet e incluso a viajar al exterior para interrumpir el embarazo. En esta nación de la Unión Europea, solo puede practicarse un aborto cuando la vida de la madre está en riesgo.

Irlanda es un país de mayoría católica que prohíbe casi en su totalidad la práctica del aborto. No obstante, dos casos de relevancia nacional que pusieron en riesgo la vida de la mujer fueron considerados en el cambio de las normativas impuestas, lo que causó la legalización el aborto cuando la vida de la madre está en riesgo y el paso a otros países cuando se quiere realizar la suspensión del embarazo.

Según el Departamento de Estadísticas de la Salud en Reino Unido, en 2016, más de 3.200 mujeres y menores de edad otorgaron direcciones de Irlanda cuando utilizaron servicios de clínicas de aborto en Inglaterra y Gales. Fue por ello que el Consejo Nacional de la Mujer de Irlanda aplaudió la decisión del gobierno de realizar el referéndum y destacó que "cada embarazada es diferente” y que las mujeres y niñas en Irlanda merecen dignidad.

América: ¿Qué vida vale más?

La penalización del aborto en América es todavía una conversación que genera polémica. Mientras en E.UU. y Canadá la suspensión del embarazo puede realizarse por razones económicas o a solicitud de la persona, en algunos países de Latinoamérica, tanto realizar el procedimiento, como someterse al mismo, es castigado con prisión.

En naciones como Haití, Honduras, Nicaragua, República Dominicana y El Salvador, el aborto está completamente prohibido. Este último país quizá ostenta una de las prohibiciones de aborto más severas del mundo. En El Salvador, suspender el embarazo, o incluso tener un aborto espontáneo, puede ser penalizado con hasta 50 años de prisión.

En Venezuela y Paraguay el aborto solo se autoriza cuando se comprueba que está en riesgo la vida de la mujer. Y en naciones como Colombia, Brasil, Argentina, Ecuador y recientemente Chile, la suspensión del embarazo se permite además en casos de incesto o violación.   

En México por su parte desde abril de 2007, el aborto está despenalizado en la Ciudad de México hasta las 12 semanas de gestación, y desde entones otros estados han modificado su código penal, para apoyar con beneficios legales a quienes se practiquen dicho procedimiento.

De acuerdo con un informe publicado en septiembre del 2017 por la OMS y el Instituto Guttmacher, el 45% de los abortos que se practican cada año en el mundo corresponden a intervenciones peligrosas, inseguras y no reguladas. Otros datos de la misma organización demuestran que el 25% del total de los embarazos a nivel global, terminan en abortos inducidos. Sumando a estas cifras además, un promedio de entre el 4,7% y el 13,2%, de muertes de madres que se atribuye a malas prácticas de abortos.

Latin American Post | Krishna Jaramillo

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