AMÉRICAS

¿La prensa local y regional de Colombia está asfixiada?

Más allá de la violencia y la censura, la precariedad y las paupérrimas condiciones amenazan la libertad de prensa

¿La prensa local y regional de Colombia está asfixiada?

A propósito de la conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa, el pasado 3 de mayo, el panorama actual del periodismo y los medios de comunicación en Colombia es crítico. Aparte de la violencia, la presión y las amenazas de los grupos armados, las malas condiciones económicas y la precariedad constituyen hoy la mayor amenaza para la libertad de prensa en Colombia, debido a la ausencia de garantías para generar información de calidad y trabajar sobre una agenda informativa diferente a la propuesta por las entidades gubernamentales.

Este panorama se presenta principalmente en las regiones, donde las estructuras de los grandes medios de comunicación y los ostentosos presupuestos y despliegues publicitarios no llegan. Mientras que en los medios de comunicación nacionales los periodistas pueden acceder a contratos laborales, salarios fijos y estables, y otras garantías, en los departamentos y municipios de Colombia, la situación es completamente opuesta.

En la mayoría de casos, los medios de comunicación dependen exclusivamente de los planes de medios de las alcaldías y las gobernaciones, en los cuales se establece cómo se distribuyen los recursos públicos para contratar pauta oficial en los medios locales y regionales. Esto no sólo genera dependencia de los medios a las entidades oficiales, sino que reduce la calidad de la información que estos emiten a su audiencia, pues lo que prima es el contenido proveniente de esas entidades, impidiendo la confrontación, la investigación y la profundización en temas ajenos al oficialismo.

Por otra parte, la posibilidad de que los medios locales y regionales contraten personal queda reducida a la venta de cupos publicitarios (espacios comercializados por los periodistas en las franjas informativas que realizan), trabajo sin vinculación laboral formal y directa, o remuneración por debajo del salario mínimo.

La precariedad amenaza la libertad de prensa en Colombia:

Teniendo en cuenta lo anterior, el Centro de estudios de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) publicó en su informe titulado cartografías de la información, un análisis de la situación de los medios de comunicación locales y regionales de Colombia, destacando que:

  • En Colombia los medios de comunicación locales tienen muy pocas opciones de financiamiento, así que los periodistas y directores de medios hacen malabares para sobrevivir financieramente. En este proceso, deben caminar una delgada línea de la que es fácil resbalarse y sacrificar la independencia.
  • En la mayoría de municipios la única fuente de financiación es la pauta publicitaria oficial de alcaldías y gobernaciones. En otros lugares, los grandes recursos de compañías mineras o petroleras son determinantes, limitan la independencia del periodismo e inclinan la balanza a favor de los sectores más poderosos.
  • Las instituciones públicas regionales y nacionales han aprendido a sacar provecho de las grietas que existen en la regulación de la asignación de publicidad oficial. Le han encontrado la comba al paloy resulta muy frecuente encontrar que estos contratos sean asignados a medios y periodistas como forma de presión que actúa como premio o castigo a los contenidos periodísticos.  
  • En todos los casos, la debilidad económica de los medios significa difíciles condiciones laborales para los periodistas y una disyuntiva casi inevitable: trabajar con las uñas o sacrificar la independencia. 

En ese sentido, la FLIP también aporta algunas cifras que ayudan a entender la precariedad de los periodistas y los medios de comunicación en las regiones. Cabe entonces preguntarse, ¿por qué esta es una amenaza para la libertad de prensa, si se considera que estas condiciones restringen ese derecho?

  • De 1870 medios de comunicación estudiados en diferentes regiones de Colombia, 548 no vinculan laboralmente a sus periodistas, 325 lo hacen por más de un salario mínimo, 222 por un salario mínimo y 262 por menos de un salario mínimo. Entre tanto, 513 vinculan personal bajo la modalidad de cupos publicitarios.
  • Dadas estas condiciones, la información local es nula y de poca calidad. Sólo el 8% de quienes habitan estos territorios recibe suficiente información local diferente a la oficial, el 27% recibe poca información y el 65% no recibe ninguna información.

Por último, la FLIP advierte que encontrar soluciones a estos y otros problemas ha sido una tarea que asumió sin éxito el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, pues aunque en 2012 comenzó a formular una Política pública de libertad de expresión, actualmente, nadie da razón sobre el avance de este proceso, mientras que las condiciones de los periodistas se siguen precarizando a lo largo del país.

 

Latin American Post | Samuel Augusto Gallego Suárez
Copy edited by Marcela Peñaloza

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