AMÉRICAS

El trueque, la tradición indígena que continúa en nuestros días

Ya sea por necesidad o por moda, esta modalidad de comercio ancestral está surgiendo nuevamente en Latinoamérica, pero ahora se toma las ciudades

El trueque, la tradición indígena que continúa en nuestros días

Los centros o clubes de trueque se han vuelto tendencia en varios países latinoamericanos. Aunque en algunos han aparecido como alternativa al comercio tradicional, como es el caso de Colombia y México, en otros la necesidad y la crisis económica los han hecho surgir de manera acelerada, siendo el caso Argentina y Venezuela los más recientes. A pesar de que es una costumbre muy usada en el campo, según lo relata Marcelo Gryckiewicz en entrevista con No Oficial, el trueque se ha tomado las ciudades.

Read in english: Barter, the indigenous tradition that continues in our days

Desde la plaza de mercado hasta la comodidad de la casa

Son las 7:15 am en la Plaza de Mercado de Paloquemao y la afluencia de personas es cada vez mayor. En este punto de Bogotá, Colombia, se encuentran productos de todo tipo. Don Ulises trae de su casa en un canasto una gran variedad de productos que como él me relata, “ya no los uso, porque no me sirve, o porque me lo dieron los hijos sin fijarse si eran útiles”. Don Ulises se aproxima a Gloria, quien vende fruta. Se acerca el momento de la transacción: una jarra de cristal por 1 libra de fresas y dos kiwis. Don Ulises me cuenta que lleva haciendo este tipo de transacciones desde hace más de 3 años, y lo hace cuando se acaba el dinero y tiene que llevar comida para él y su esposa.

Por su parte, Manuel Chávez me relata desde su cómoda casa en el norte de Bogotá, que los grupos de intercambio en Facebook son mucho más comunes de lo que se cree. “En Facebook digitas el nombre del producto que buscas y sin pensarlo puedes ofrecer cambiarlo por algo. Si te dicen que no, sigues buscando. Incluso hay grupos en los que sólo el intercambio de productos es permitido”. Manuel ya ha cambiado artículos electrónicos y camisetas de fútbol usando esta red social.

En la enorme Ciudad de México existe un mercado de antigüedades que se forma todos los domingos llamado “Lagunilla”. De mi experiencia en este lugar, recuerdo como el trueque se hace por productos que tienen un valor histórico considerable, desde teléfonos antiguos, hasta accesorios usados ahora por hipsters. En una llamada telefónica, logro comunicarme con Ricardo Martínez, profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), quien me dice que “el trueque sólo está permitido cuando los productos son antigüedades, pero que si no hay nada a cambio, se hace una transacción normal con dinero”.

Los clubes de trueque en el país se concentran principalmente en las regiones con mayor presencia de población rural. Marcelo Gryckiewicz resalta que en México el trueque es una costumbre de los mayas, por lo que es mucho más habitual encontrarla en la Península de Yucatán. “Es una costumbre que lleva mucho más que un intercambio comercial, lleva un intercambio de necesidades y satisfacción. En el centro del país y el norte, hasta ahora el trueque está volviendo a florecer, pero es más por moda, y casi todo intercambio es material de lujo”, asegura.

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Cuando la necesidad obliga el trueque

“Aquí no hay dinero en efectivo, solo trueque”, dijo a Reuters Mileidy Lovera, de 30 años, mientras caminaba por la orilla de la laguna en Río Chico en el estado de Miranda. Pero lo curioso del caso venezolano es que el trueque no se está dando por artículos de lujo o antigüedades, sino que se da para conseguir alimentos o medicamentos. El caso de Mileidy Lovera demuestra esa necesidad, pues ella cambia unos de los pescados que atrapa su esposo por otros alimentos y medicamentos, para tratar a uno de sus hijos que sufre de epilepsia.

Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, dice a Reuters que “es un sistema de pago bastante primitivo, pero también es primitiva la falta de efectivo en el país, además es la única forma de conseguir lo que se necesita”. Para León, este no es un sistema usado sólo en algunas partes, sino que es usado en todo el país.

En el caso argentino, los trueques se llevan a cabo en los suburbios principalmente. En Buenos Aires, en la provincia de San Miguel, la gente llega a intercambiar alimentos, ropa, y otros bienes básicos ahora que la inflación está en aumento, según datos del Banco Central, pues la gente está inconforme con el préstamo solicitado por el gobierno de Mauricio Macri al Fondo Monetario Internacional (FMI).

El resurgimiento de estos lugares de trueque en Argentina recuerda la crisis de 2002, según El Clarín, cuando el intercambio era la única salida para conseguir qué comer o qué vestir. Los alrededores de la capital argentina son los lugares más comunes para estos intercambios, ya que son núcleos de pobreza, como lo dijo la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su informe de 2013.

En estos intercambios, los presentes son de todo tipo de estrato social, pues hasta los más pudientes van a intercambiar por artículos que ya no encuentran con facilidad en los mercados. “Como es el caso de la leche y la harina”, afirma Lucila Gómez, una ama de casa de Puerto Madero, al diario El Clarín. “Uno viene por dos o tres cosas, y cuando llega acá se da cuenta que hay más por ofrecer”, explica ella.

LatinAmerican Post | Carlos Eduardo Gómez Avella

Copy edited by Diana Rojas

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