TECNOLOGÍA

Preservando un legado: la resurrección digital de la animación cubana

En una humilde casa de La Habana, Silvia Padrón cataloga meticulosamente la obra de su padre Juan Padrón, el icónico animador cubano detrás de ‘Elpidio Valdés’ y ‘Vampiros en La Habana’, con el objetivo de digitalizar y preservar su influyente legado.

Silvia Padrón, con el corazón lleno de recuerdos y una determinación que no conoce límites, revisa carpetas apiladas en un viejo mueble de cocina. Cada archivo está lleno de la vibrante historia de la animación cubana, una historia que no es sólo parte del trabajo de su padre, sino también de ella. Su misión es clara: cumplir el sueño de su difunto padre de preservar su extenso trabajo en la industria del cine de animación. Juan Padrón, el caricaturista más célebre de Cuba, dejó un legado que su hija Silvia no sólo está decidida a proteger, sino también a compartir con el mundo.

Preservando el legado de un padre: la misión de Silvia

“Desde su fallecimiento en 2020, mi objetivo ha sido rescatar la mayor cantidad posible de su obra, gran parte de la cual todavía está aquí en casa”, revela a Efe Silvia durante una entrevista en su casa de La Habana. Señala un montón de dibujos y caricaturas desconocidos, cada uno de los cuales es un testimonio de la prolífica carrera de su padre, incluidas sus creaciones como el personaje mambí (luchador por la independencia cubana) Elpidio Valdés.

La brillantez de Juan Padrón como guionista se originó en Matanzas, en el oeste de Cuba. Su obra, conservada en celuloide, bocetos y dibujos, está ahora digitalizada por su hija, que pretende dar mayor visibilidad a su obra. Esta noble iniciativa, que trasciende fronteras, es posible gracias a la asistencia técnica y financiera de la Embajada de Alemania en Cuba a través de un programa de preservación cultural, testimonio del poder de la colaboración internacional en la preservación del patrimonio cultural.

“Todo el trabajo se hará aquí en Cuba. Lo único que viene de Alemania son los equipos y materiales necesarios para el proceso”, explica Vanessa Sánchez, Agregada Cultural y de Prensa de la Embajada de Alemania en La Habana. Ella inspecciona cuidadosamente cada dibujo, reconociendo el significado histórico y cultural del trabajo de Padrón, incluidas películas cubanas icónicas como ‘Vampiros en La Habana’ elaboradas en el mismo estudio en el que se encuentran. El apoyo técnico y financiero de la Embajada de Alemania es fundamental para este ambicioso proyecto de preservación cultural.

El compromiso de una familia: Iniciativa La Manigua

El pequeño estudio, ubicado en la casa de la familia Padrón en La Habana, está repleto de libros sobre historia cubana y mundial, premios de la extensa carrera de Juan y una inusual colección de revólveres antiguos que decoran las paredes. Silvia, quien también lidera una iniciativa llamada La Manigua para promover el trabajo de su padre, comparte que el proyecto aún se encuentra en sus primeras etapas de organización de todo el archivo personal.

“Apenas estamos empezando a hacer un balance de los documentos que tenemos aquí. Nuestro plan es crear un catálogo completo y luego proceder a digitalizarlo todo”, explica. Se espera que esta fase inicial, que implica identificar y categorizar los materiales, concluya en dos meses. Está previsto que todo el proyecto, incluido el proceso de digitalización, esté finalizado en diciembre de este año.

Una vez que se complete el proceso de digitalización, el plan no es solo crear una plataforma en línea, sino una puerta de entrada a un tesoro escondido de conocimiento y creatividad. Esta plataforma será un lugar donde especialistas e interesados en estudiar la obra de Juan Padrón puedan acceder a todos estos documentos, un santuario digital que asegurará la preservación del legado de Padrón para las generaciones venideras. Vanessa destaca la importancia del proyecto: “Vale la pena el esfuerzo de rescatar y preservar el archivo documental de Padrón porque no es sólo una obra de arte excepcional sino que agrega valor al unir a todo el pueblo cubano sin importar la edad”.

“Si aquí a alguien le mencionas a Elpidio Valdés, inmediatamente sabe de quién estás hablando. Es parte de la identidad de un pueblo”, reconoce el diplomático. La mayoría de los cubanos pueden recitar diálogos completos de los cortometrajes y películas de este mambí, y otros nacen de la creatividad y la pluma de Padrón.

La transición a la televisión y el cine a principios de la década de 1980 solidificó a Valdés como el personaje animado más reconocido de Cuba. Describe hábilmente la lucha por la independencia del dominio colonial español de 1868 a 1898 con un punto de vista inequívocamente cubano. La meticulosa investigación de Padrón sobre los uniformes, el armamento, las tácticas militares e incluso la dieta de los mambises añade una profundidad única a su trabajo, asegurando su calidad duradera.

Otros personajes memorables de Padrón incluyen a los protagonistas de ‘Vampiros en La Habana’, un cuento humorístico sobre clanes mafiosos de vampiros que se pelean por una fórmula que les permitiera resistir la luz del sol durante el gobierno de Gerardo Machado en los años 30.

Catalogación del legado: un enfoque integral

Los esfuerzos de colaboración de Padrón con su amigo y colega argentino Quino también resultaron en la creación de las series “Quinoscopios” y “Mafalda y sus amigos”, destacando aún más su influyente papel en la animación latinoamericana.

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Este esfuerzo por preservar y digitalizar las obras de Juan Padrón es un tributo al legado de un padre y un paso fundamental para mantener y compartir una rica herencia cultural que resuena profundamente dentro de la comunidad latinoamericana y más allá. Mientras Silvia y sus seguidores continúan con su trabajo meticuloso, se aseguran de que el espíritu vibrante de la animación cubana y su legendario creador inspiren a las generaciones futuras.

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