Cándida Auris: El superhongo que podría ser peor que la COVID-19

Hoy el mundo se enfrenta a un enemigo que podría ser peor que el coronavirus. Se propaga silenciosamente en diferentes regiones del planeta, es extremadamente mortal y, al parecer, es inmune prácticamente a todo lo que intente exterminarlo.

Se trata de “Cándida Auris” un hongo superresistente a los medicamentos que ya es considerado una amenaza de talla global y que en el pasado ha hecho estragos en países como Venezuela, Estados Unidos, España e Inglaterra.

Este problema es calificado en Estados Unidos como una “amenaza urgente” pues es casi imposible erradicarlo, debido a que tiene un fuerte mecanismo de resistencia a todo tipo de químicos cuando se instala en las superficies.

¿Cuál es su origen?

El primer caso se remonta al año 2009 en Tokio. Una mujer de 70 años se encontraba hospitalizada y le fue hallado este superhongo dentro de su oído. Se utilizaron distintos tratamientos para eliminar la infección en la paciente, pero todos fracasaron. No obstante, los microbiólogos Kazuo Satoh y Koichi Makimura lograron aislarlo y decidieron llamarlo “Auris” por el espacio auricular donde se encontró.

Actualmente se le conoce como Cándida Auris y es un hongo de tipo levadura. Según el CDC de Estados Unidos, este agente suele ser muy invasivo y, por lo general, se hospeda en las instalaciones hospitalarias. Sin embargo, también logra asentarse de forma permanente en cualquier lugar, lo que genera un grave riesgo para las personas.

Desde hace algunos meses, este agente infeccioso ha estado afectando a personas de los estados de Nueva York, Nueva Jersey e Illinois en Estados Unidos.

Ahora bien, información del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades alerta que las personas que lo contraen fallecen antes de los tres meses. Por otro lado, arroja datos importantes, como el número de contagiados que al 29 de marzo del año pasado ya sumaban los 587 casos confirmados en el país norteamericano.

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Así mismo, Brasil ha reportado recientemente un brote local de Cándida Auris, contabilizando tres contagios. Por su parte, Colombia suma desde el 2017 al menos 17 casos de este microorganismo. De esta última cifra se registró un porcentaje de mortalidad del 35,2% en menos de un mes.

¿Qué lo hace tan peligroso y por qué es una amenaza latente?

El Cándida Auris es un agente externo bastante peligroso. Es un hongo al que los epidemiólogos le temen, pues su propagación es cautelosa y sus efectos son mortales.

Este superhongo ha desarrollado una resistencia innata en su evolución durante aproximadamente 4.000 años. Sin embargo, esta levadura ha incrementado su mecanismo de adaptación gracias al uso indiscriminado de antibióticos en los humanos. Esto significa que las personas han estado consumiendo antibióticos sin necesidad o de forma inadecuada, lo que ha permitido que estos gérmenes se vuelvan más astutos y logren volverse inmunes contra la medicina actual. Volviéndose un dolor de cabeza para la comunidad científica.

Prácticamente, el patógeno no se puede eliminar de las superficies donde se instala. Además, los nuevos antibióticos que producen las farmacéuticas no tienen ningún efecto en él. Por lo tanto, se podría decir que la humanidad le está haciendo frente a un enemigo imparable.

¿Qué sucede cuando alguien se infecta con Cándida Auris?

El superhongo principalmente invade la sangre. A partir de allí, se establece en distintos órganos o sistemas como el cerebro, los riñones, el hígado, los huesos, los músculos, las articulaciones, el bazo y los ojos. A eso se le conoce como candidiasis.

Esta afección logra debilitar todo el organismo humano, haciendo que el paciente muera en corto tiempo. Tras este hecho, hay personas más vulnerables a la gravedad de la infección, por ejemplo, personas con defensas bajas, con cáncer, diabéticos y quienes hayan usado antibióticos de forma repetida e irracional.

¿Cómo se puede evitar?

La única forma de estar libre de Cándida Auris es manteniendo las medidas de aseo; como el lavado de manos constante; uso de guantes si se va a manipular fluidos o sangre; protección facial si hay posible contacto con elementos contaminados; esterilización y limpieza de elementos si hay sospecha de personas contagiadas en el entorno. Pero, lo más importante es evitar la automedicación de antibióticos.