Bienestar

Estrés aumenta enfermedades digestivas y riesgo de cáncer

El estrés crónico genera alteraciones bioquímicas, hormonales e inmunológicas nefastas. Por ejemplo, disminuye los linfocitos B, que producen los anticuerpos; reduce la actividad de las células NK que vigilan la aparición de tumores; y puede aumentar la generación de interleucinas.

Según el doctor William Otero Regino, profesor titular de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) y coordinador de la Unidad de Gastroenterología y del Hospital Universitario Nacional, los trastornos sicológicos producidos por el desempleo, las deudas, los problemas laborales y las enfermedades crónicas disminuyen y alteran la labor de las defensas es decir del sistema inmunológico.

Los trastornos mencionados originan pérdida de los mecanismos de defensa para reaccionar a tiempo y evitar las infecciones o bloquear la aparición de tumores como el cáncer gástrico o de hígado.

También pueden precipitar la aparición de enfermedades autoinmunes, en las cuales las defensas destruyen órganos como las articulaciones, los pulmones o el intestino.

Cuando la presión sicológica es permanente e intensa surgen inconscientemente dolores y molestias en órganos sanos, como dolor abdominal, de cabeza, estreñimiento, diarrea, náuseas, vómito y temblores.

De acuerdo con el profesor Otero, la aparición de malestares en órganos sanos se denomina somatización, que –contrario a lo que cree el público en general, e incluso muchos profesionales, no significa que el paciente se está haciendo el enfermo.

De manera autónoma, el cerebro trata de proteger al individuo para evitar que estas presiones sicológicas empeoren, o, en el peor de los casos, conduzcan al suicidio. “Sencillamente el organismo se defiende llamando la atención hacia otros sitios para dejar la mente en paz”.

Para el doctor Otero “las respuestas ante el estrés dependen tanto de componentes genéticos como de los entornos familiares y del medio en los que se mueva el sujeto. Queremos decirle a las personas que todo tiene solución, que uno progresa gracias a las dificultades, que ‘lo que pasó ya pasó, nadie llora sobre la leche derramada’ y que nunca es tarde para volver a comenzar”.

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