ANÁLISIS

George Soros, el hombre que doblegó al Banco de Inglaterra

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En un día, este movimiento le generó 1.5 billones de dólares

George Soros, el hombre que doblegó al Banco de Inglaterra

Reino Unido recordará con dolor aquel viernes del 16 de septiembre de 1992. Día donde se evidenció que, ante la menor señal de debilidad estatal, habrá un inversionista sacando provecho.

La historia se remonta a 1992 bajo una versión preliminar de la actual Unión Europea, donde Alemania aún corría con los enormes costos de la reunificación del Este y el Oeste. En aquel momento, los países europeos aún conservaban una política monetaria independiente pero mutuamente correlacionada. Es decir, cada Banco Central fijaba su tasa de interés, pero su dinámica de cambio se concertaba en conjunto. Así, la European Monetary System (EMS) operaba como un acuerdo donde cada Banco Central se encargaba de ajustar su tasa respecto a las tasas de los vecinos para mantener sinergias financieras.

Dados los altos costos de la reunificación en Alemania, la nación se enfrentaba a una creciente inflación. Con el objetivo de combatirla, el Banco Central Alemán decidió subir sus tipos de interés. De acuerdo al plano de comercio internacional, si un país aumenta sus tipos de interés entonces otras economías correlacionadas deben hacer lo mismo para evitar una apreciación acelerada de su propia moneda.

Sin embargo, George Soros y su equipo analizaron a fondo las finanzas del gobierno británico e identificaron que el presupuesto nacional no se encontraba en buen estado. Luego de subir las tasas de interés, la Libra Esterlina parecía fuerte, los datos revelaban otra realidad.

Con el objetivo de probar su punto, Soros dijo a sus asociados que el 16 de septiembre de 1992 sería el día adecuado para “saltar a la yugular” y atacar fuertemente a la Libra Esterlina al pedirla prestada y cambiarla por otras principales monedas europeas. Esta corrida financiera se vio a los ojos del público como una devaluación inmediata de la Libra Esterlina.

Como respuesta, el Banco de Inglaterra defendió su moneda vendiendo reservas internacionales y recomprando Libras Esterlinas con el fin de mantener una demanda constante. Orientados a atraer nuevos inversionistas, el banco aumentó la tasa de interés del 10% a 12%, unas horas después subió a 15%. Al final del día, el Banco ya no tenía herramientas reales para defenderse del ataque. El cierre de la jornada marcó la salida de Reino Unido de la EMS.

Mostrarse fuerte y no serlo es un pecado mortal en el mundo de las finanzas. Desde ese día, Reino Unido dejó de participar en las alianzas monetarias en Europa; una de las razones por la que la isla optó por no participar del posterior Euro.

 

Latin American Post | David Eduardo Rodríguez Acevedo

Copy edited by Susana Cicchetto

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