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Misión Imposible: Sentencia Mortal Parte 1: Tom Cruise, la manifestación viva del entretenimiento

La franquicia insignia de Tom Cruise regresa con su entrega más ambiciosa, tan grande que se ha dividido en dos partes. Esta es nuestra reseña de “Misión Imposible: Sentencia Mortal Parte 1”.

Fotograma de la película 'Misión Imposible: Sentencia Mortal Parte 1'

Foto: Paramount Pictures

LatinAmerican Post | Juan Andrés Rodríguez

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Read in english: Mission Impossible: Dead Reckoning Part 1: Tom Cruise, the Living Manifestation of eEntertainment

Hace 27 años, Brian de Palma presentó al mundo la icónica imagen de Ethan Hunt (Tom Cruise) suspendido en medio de una habitación, a centímetros del suelo y tensando cada músculo de su cuerpo mientras una gota de sudor recorre sus lentes. Si bien De Palma imaginó con detalle esta escena, seguramente jamás pensó que sería el punto de partida para que en el transcurso de dos décadas Cruise escalara el Burj Khalifa, saltara desde un avión en cámara y condujera una motocicleta hacia un acantilado.

Es la inacabable misión de Cruise por reinventar el estándar del entretenimiento y lo que se considera posible para una película de acción lo que consagra a “Misión Imposible” como una de las franquicias más importantes del cine. La séptima película tiene el difícil reto de continuar la historia después “Repercusión” (2018), considerada como la mejor de la saga. Para esto, Cruise junto a Christopher McQuarrie, director y guionista, ha apostado por lo grande en términos de espectáculo.

En esta ocasión el equipo de la FMI enfrenta a su enemigo más poderoso: Una inteligencia artificial capaz de infiltrar y controlar cualquier sistema de seguridad en el mundo. La promesa de tal poder lleva a una carrera mundial para encontrar la clave (o llave) para dominarlo, una misión en la que Ethan debe afrontar su pasado y poner el objetivo por encima de la vida de quienes más ama.

La narrativa está construida en torno a las secuencias de acción y la química entre sus actores, lo que es suficiente para una entrega muy entretenida. Sin embargo, toma decisiones cuestionables para la continuidad de la franquicia, pues pierde el factor emocional de su predecesora para ser el inicio de una nueva etapa.

El espectáculo como pieza central

Lo que distingue a “Misión Imposible” de otras franquicias, además de Tom Cruise, es el balance entre géneros como la acción, el espionaje, los robos y el thriller que le permite jugar con varios estilos en cada película para crear secuencias de acción memorables por su compromiso con lo práctico y que en cada nueva entrega buscan superar. “Sentencia Mortal” no es la excepción y es gracias a estas que su duración de dos horas y media es ligera. El ritmo es muy bien logrado gracias a que varía entre escenarios como el desierto árabe, las calles de Roma y las montañas noruegas, cada uno con los estilos particulares ya mencionados por lo que no hay sensación de repetición.

Un momento infaltable en cada Misión Imposible es una persecución vehicular y la de esta película se destaca como una de las mejores por sus tonos cómicos. Realizada en Roma, este momento no solo es bien ejecutado gracias a lo divertido que es ver un Fiat 500 escapar por calles angostas de una tanqueta policial, también porque ayuda a establecer el carácter y la dinámica de los nuevos personajes, especialmente Grace (Hayley Atwell) como la protagonista femenina de la cinta. Atwell es magnífica gracias al carisma que da a una ladrona ágil y encantadora, que tiene una gran química con Cruise y sin necesidad de que esto recaiga en el lado romántico como se podría esperar.

Nunca está de más una mención honorable a Rebecca Ferguson quien regresa por tercera vez como Ilsa Faust y aunque en esta ocasión su tiempo en pantalla se reduce considerablemente, cada momento con ella se destaca por su magnetismo y agilidad en combate. Pero la estrella sigue siendo Cruise y aunque sus compañeros de elenco pueden robar el foco ocasionalmente, los grandes momentos se reservan para él. En esta ocasión, el salto en motocicleta hacia un acantilado, publicitado como la hazaña más peligrosa realizada en la historia del cine, no decepciona y es el recordatorio perfecto de por qué amamos estas películas.

Lee también: El ranking de “Misión imposible" antes del estreno de "Sentencia Mortal Parte 1”: ¿cuál es mejor?

Continuidad como problema de la franquicia

Un factor interesante de Misión Imposible como franquicia son los cambios que ha tenido a lo largo de casi tres décadas. Entre la primera y la cuarta película hubo un cambio en la dirección de cada una y esto no solo influenció el estilo, también la falta de continuidad de la historia. Para cada entrega, Hunt tenía un nuevo equipo y los eventos de la cinta previa parecían irrelevantes. Esto cambió en la cuarta entrega con la reescritura de Christopher McQuarrie, que luego lo convertiría en el director predilecto de Cruise, quien se concentró en el desarrollo de los personajes y lo emocional, algo que construyó entre la quinta y sexta entrega.

Pero este progreso se pierde notablemente con ”Sentencia Mortal”. La cinta intenta balancear entre la historia ya conocida y a la vez dar algo nuevo, poder apelar al gusto de los fans y a la vez del espectador casual. Para esto traen de vuelta a algunos los personajes, pero el tratamiento que dan a su historia es trivial, secundario y que con ciertas decisiones reduce por completo el trabajo de las otras películas en cuanto a su desarrollo, lo que es decepcionante para los más aficionados.

Lo más importante de “Sentencia Mortal” es que tiene claro su propósito como una película de verano y trabaja por completo en crear un gran espectáculo para todas las audiencias. Esto tiene el costo de minimizar la importancia de la continuidad narrativa, pero al final el legado de esta franquicia es Tom Cruise y sus locuras, algo con lo que siempre podremos contar.

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