Bienestar

La crisis por las pastillas de aborto en Estados Unidos y sus múltiples caras

En medio de la polarización por los derechos reproductivos, hay una crisis por el aborto en Estados Unidos que tiene múltiples caras y parece dilatarse.

Mano sosteniendo pastillas

Foto: Pexels

LatinAmerican Post | July Vanesa López Romero

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Read in english: The Crisis over Abortion Pills in the United States and its many Faces

Este año esta marcado por una evidente lucha por parte del sector conservador en Estados Unidos para limitar los derechos reproductivos de las personas que pueden gestar y los derechos de libre expresión de las personas transformistas y transgénero. En junio del año pasado se anuló la sentencia Roe vs. Wade, la cual garantizaba la libertad para el aborto en los Estados Unidos. Esto cambió drásticamente el panorama debido a que abrió la posibilidad de que cada Estado legislara individualmente sobre el aborto. Desde entonces, los proyectos de ley para prohibir el aborto en todas sus instancias han avanzado.

El pasado viernes 7 de abril, Matthew Kacsmaryk, un juez federal de Texas, suspendió la aprobación de la FDA de la mifepristona, la cual es el principal método abortivo en el país norteamericano. Este fallo ha encendido las alarmas porque puede ser tomado como ejemplo en otros estados para limitar el acceso al aborto de millones de personas gestantes, ya sea que vivan en un estado con derechos reproductivos limitados o abiertos. 

¿Qué es la mifepristona?

Este fármaco genérico fue aprobado por primera vez en el 2000 por la FDA. Se trata de un medicamento que bloquea la progesterona, la hormona es la encargada principal del desarrollo y mantenimiento del útero durante el embarazo. Junto a esta pastilla se toma también misoprostol, que sirve para vaciar el útero. 

El método abortivo debe aplicarse en el periodo de las 10 primeras semanas de embarazo para que tenga efecto y ya se ha demostrado que es completamente seguro para quien lo consume. Su efectividad tiene una tasa del 95% y tan solo requiere seguimiento médico en el 1% de los casos. 

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Alliance Defending Freedom fue el grupo legal cristiano encargado de presentar el caso, en el que se afirmó que FDA se apresuró y abusó de su autoridad al aprobar el medicamento. El juez dictaminó que la aprobación inicial y recetarlas es ilegal. Asimismo, afirmó que los estudios son erróneos, todo esto sin pruebas que respalden su decisión. 

Los derechos reproductivos del país en riesgo

Esta sentencia pone en juego los derechos reproductivos del país y de los estados más liberales porque Kacsmarzyk emitió una orden judicial a nivel nacional. Esto implica que si para el viernes 14 de abril ningún tribunal superior ha emitido una orden de suspensión, la sentencia comenzará a regir en todo el territorio nacional. Teniendo en cuenta que Roe vs. Waden fue anulada por la Corte Suprema de Justicia, el panorama de los derechos reproductivos se ve poco esperanzador. 

Las caras del aborto en Estados Unidos

Según el informe del Pew Research Center "What the Data Says About Abortion in the U.S.", la opinión pública sobre el aborto en Estados Unidos sigue siendo polarizada. Aproximadamente el 62% de los estadounidenses cree que el aborto debería ser legal en la mayoría o en todos los casos, mientras que el 36% cree que debería ser ilegal en la mayoría o en todos los casos. Estas cifras se han mantenido relativamente estables en los últimos años.

Esto nos deja ver que a pesar de que la mayoría de la población esté a favor de la legalización del aborto, las decisiones son tomadas por personas que buscan su prohibición. Se trata de un panorama paradójico. El mismo informe muestra que la cantidad de abortos se ha reducido en los últimos años, gracias a la democratización de la educación sexual y las oportunidades y acompañamiento brindado por el Estado. 

Para los grupos defensores de los derechos reproductivos y de la salud de las personas gestantes, estas medidas limitan gravemente el acceso al aborto y pone en peligro la vida de quienes no desean gestar. Además, esto también puede tener un impacto significativo en las mujeres de bajos ingresos y las comunidades marginadas. Según los expertos, las personas gestantes de estas comunidades a menudo tienen menos acceso a la educación sexual y reproductiva, y pueden enfrentar barreras adicionales para obtener atención médica y servicios de aborto.

Un claro ejemplo de esto es la crisis que hay en la frontera de México con Texas. Eran miles las mujeres que cruzaban la frontera con el fin de acceder a medicamentos como la mifepristona, medicamentos a los que probablemente no puedan volver a acceder. 

A la par, son cientos las clínicas y centros de acompañamiento que se ven día a día acosados por personas conservadoras que se acercan a los lugares a orar o a convencer (algunas veces de manera amable y la mayoría de forma violenta) a los pacientes de que no accedan a este tipo de servicios. 

Sin duda alguna estamos frente a una lucha por los derechos reproductivos que parece estarse perdiendo. El gobierno de Biden ha intentado poner trabas a los proyectos de ley estatales, pero los esfuerzos han sido en vano. Este atropello a los derechos de decisión sobre el cuerpo propio muestran el momento volátil por el que está pasando Estados Unidos y deja ver la necesidad de los conservadores por sobreponerse a cualquiera que no esté de acuerdo con ellos. 

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