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Reseña de “Ruido”: ¿cómo narrar la desaparición en el México actual?

La nueva película estrenada en Netflix gira en torno a un tema muy importante, pero no logró aterrizarlo de la mejor forma. Esta es nuestra reseña de "Ruido".

Fotograma de la película 'Ruido'

Foto: Netflix

LatinAmerican Post | July Vanesa López Romero

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Read in english: Review of “Noise”: how to narrate the disappearance in today’s Mexico?

La desaparición forzada es quizás uno de los problemas sociales más arraigados a la cultura e historia latinoamericana. Una epidemia que inició en los años de las dictaduras y que al día de hoy permanece viva a lo largo y ancho de la región. El cine no es ajeno a este tema y son muchas las películas y documentales que buscan retratar y visibilizar este crimen y su víctimas, y denunciar a los gobiernos y estados por la negligencia que muestran ante estos casos. 

Es eso precisamente lo que busca “Ruido”, película estrenada a inicios de este año en la plataforma Netflix. La cinta dirigida por Natalia Beristáin narra la historia de Julia, una mujer cuya hija, Ger, desapareció 9 meses atrás, y que, cansada de no recibir ayuda ni respuestas por parte de la fiscalía, decide emprender un viaje en compañía de una periodista para encontrar a su hija, ya sea viva o muerta. En su travesía, Julia se encuentra tanto con personas que quieren ayudarla, como con quienes quieren detenerla y ahora la amenazan para que no siga con su búsqueda.

Si bien “Ruido” logra retratar de algunas formas la desaparición forzada y lo que viven las víctimas para encontrar a sus desaparecidos, también tiene varios errores a la hora de la ejecución, por lo que a la película le cuesta sostenerse por sí misma. Pero comencemos revisando cuáles fueron esos aciertos en nuestra reseña de "Ruido".

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Los aciertos

Hay que mencionar en primer lugar, y diría que en el más importante, ya que esto es lo que logra mantener la película en pie, la actuación de Julieta Egurrola, quien interpreta a Julia. Egurrola es una reconocida actriz mexicana cuya carrera de más de 45 años se ha formado no solo en el cine y la televisión, sino también en el teatro. También es la madre de Natalia Beristáin, la directora de “Ruido”. Incluso, Arturo Beristáin, quien interpreta a Arturo, el padre de Ger y exesposo de Julia, es en la vida real el padre de la directora. Así, en la película podemos encontrarnos con una intimidad que seguramente viene de este trabajo familiar y que es notable en la actuación de ambos actores, sobre todo en la de Egurrola. 

Por otro lado, la historia está basada en hechos reales, y recoge los testimonios de personas que han sido víctimas de este crimen en la vida real. De hecho, uno de los grupos con los que se encuentra Julia en la película es el colectivo Voz y Dignidad, que está compuesto por mujeres que realizan búsquedas de cuerpos a campo abierto y que son familiares de los desaparecidos. Esto permite que la película sea clara y directa a la hora de mostrar el dolor y el miedo marcado en la historia colectiva de México y también las fallas y negligencias de las autoridades. 

Los errores

Pero a pesar de que estos dos factores son importantes, son más las fallas que los aciertos. El guión de la película no es lo suficientemente fuerte, las conversaciones son acartonadas, dan los datos y se quedan cortas a la hora de generar otros sentires en el espectador. Más allá de la actuación de Egurrola y el corto tiempo en pantalla de Beristáin, ningún otro personaje logra transmitir mucho y me atrevo a decir que esto no es falla de los actores, sino de ese mismo guion que se queda corto, que falla a la hora de darle vida a dichos personajes y que no queda claro en qué se enfoca. 

Y es que “Ruido” tiene varios hilos narrativos, pero parece que no concluye ninguno. Podríamos sobreinterpretar esta característica y decir que la película busca demostrar que el sistema de justicia en México lleva procesos inconclusos, pero incluso si esa hubiese sido la intención, la ejecución le quita mucha fuerza a la idea. 

En cuanto al estilo, la cinta busca explorar a través de distintos usos de cámara formas más creativas para mostrar los afectos de la protagonista, pero en ocasiones vira hacia el documental. Esto, de nuevo, no parece ser a propósito, sino que se ve descuidado, como si quisiera abarcar todo pero no abarca nada en concreto. El género documental logra transmitir emociones fuertes sin dejar su claridad y característica de realidad, un ejemplo claro de esto, y que toca el mismo tema, es “Las tres muertes de Marisela Escobedo” que también se encuentra disponible en Netflix. 

Finalmente, la película va lento, dura 1 hora y 45 minutos, pero hay momentos en los que no hay diálogos ni sucede mucho en pantalla, pero no son momentos que permitan una introspección, sino que parecen puestos porque sí. Si bien la idea de “Ruido” es interesante, no es novedosa ni está bien ejecutada, pues tampoco es muy entretenida de ver.

Mucho bombo se ha hecho sobre ella, quizás porque así funciona el marketing con Netflix, pero lastimosamente esta no es una cinta que le haga justicia a la necesidad de contar estos dolores y rabias colectivas a partir del arte.

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