Bienestar

Ictus en aumento: síntomas y causas para actuar a tiempo

Hacemos un repaso de esta enfermedad cerebro vascular: cómo detectarla y cuál es su relación con la COVID-19.

Imagen de un cerebro en realidad aumentada

Foto: Freepik

LatinAmerican Post | David Rivadeneira Soto

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Read in english: Stroke on the Rise: Symptoms and Causes to Act in Time

Si bien es un tema difícil de comprender y explicar si no estamos dentro del campo médico, es necesario saber más acerca del infarto cerebro vascular, también conocido como ictus. Por esta razón, te explicamos sus síntomas, causas, las razones por las que parece estar aumentando y alguna posible relación con la COVID-19. Sobre todo, es importante saber que es, en gran medida, prevenible y que con la detección a tiempo de sus manifestaciones en el cuerpo y una atención profesional oportuna se pueden contrarrestar sus peores efectos. 

En primer lugar, es necesario definirlo. La Sociedad Española de Neurología, en su Guía para el Diagnóstico y Tratamiento del Ictus, nos recuerda que este hace referencia a un trastorno que altera la circulación sanguínea en el cerebro, afectando de manera definitiva o transitoria el normal funcionamiento de una o varias partes del encéfalo. Es decir, todas las partes que están dentro del cráneo y componen el mando del sistema nervioso central. Una característica del ictus es su condición de repentino, de ahí su nombre que proviene del latín y significa golpe o ataque. 

Síntomas y causas ¿Cómo detectarla?

Hay varios efectos perjudiciales en las personas que llegan a sufrir un ictus. El principal riesgo es que al limitarse la llegada de sangre al cerebro se produce un daño neuronal. Existen dos tipos de ictus. Uno es el isquémico, en el que la llegada de sangre al cerebro se interrumpe por alguna obstrucción en los vasos sanguíneos. El otro es el hemorrágico, que, al contrario, se debe al rompimiento de una vena o arteria cerebral.

Hay unos síntomas o banderas rojas que advierten la posible ocurrencia de un ictus y que permiten, de ser detectadas a tiempo, prevenir los daños más grandes que puede traer esta enfermedad en quien la sufre. 

Los avisos que da el cuerpo y que pueden dar a sospechar que está sucediendo un ictus en una persona son de varios tipos. Unos son ocasionados en el lenguaje: la imposibilidad para hablar en el momento de interactuar en una conversación, entender e, incluso, no poder articular palabras. Otra dificultad en el lenguaje se da cuando se puede hablar, pero no se es capaz de construir frases lógicas y coherentes, la persona se expresa, pero de manera confusa.

Otros síntomas se dan en la capacidad normal de movilidad. Al afectar las neuronas se puede perder conexión del cerebro con la emisión de órdenes a los músculos. Esto se puede traducir en entumecimiento de los brazos o piernas y dificultad para moverlos. También, otro síntoma frecuente, es que se genera perdida de movilidad y sensibilidad en un lado del cuerpo, perdiendo fuerza y la respuesta a los estímulos externos; el lado del cuerpo que se vea afectado dependerá de la región del cerebro que esté sufriendo el ataque.

Otra advertencia que se puede sumar es la afectación a la vista, que por si sola puede derivarse de otros trastornos, pero en unión a los anteriores es una alerta clara. La bandera roja más alarmante es cuando la boca se tuerce, el paciente no puede moverla con normalidad. Otros avisos igual de delicados son más de carácter cognitivo, como la desorientación en el espacio y el tiempo. Además, no saber qué fecha es, sentir confusión, perder el equilibrio o la memoria también son sirenas que avisan que está ocurriendo un ictus.

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La Covid-19 y el ictus

La revista de ciencias médicas ScienceDirect ha publicado varios estudios, desde la aparición del Covid-19, acerca de la posible relación y afectación entre el virus del SARS-CoV-2 y el infarto cerebral o ictus. Uno de los estudios que analizan esta conexión, de los doctores Galán y Trejo, neurólogos miembros de la Sociedad Española de Neurología, revela que “tener antecedentes de ictus aumenta 3 veces el riesgo de fallecer por COVID-19.” Sin embargo, en la dirección contraria dicen los investigadores que “en este momento el ictus no parece una de las complicaciones principales de COVID-19.”

Otro estudio publicado en la misma revista, titulado “Ictus isquémico e infección por SARS-CoV-2, ¿asociación casual o causal?” indica en sus conclusiones que hay algunos factores del Covid-19 que pueden llegar a incidir en el ictus, en específico el de tipo isquémico. “La inflamación sistémica, junto con la posible acción directa del virus, provocaría disfunción endotelial, generando un estado de hipercoagulabilidad que podría considerarse una causa potencial de ictus isquémico.” Informa el artículo científico, pero hace la aclaración acerca de la necesidad de más estudios para evaluar el peso de esa teoría.

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