Bienestar

Productos para el cabello están relacionados con el cáncer de útero

Investigaciones recientes son la primera demostración epidemiológica de asociación entre cáncer de cuello uterino y productos para alisar el cabello.

Mujer tocando su cabello

Foto: Unsplash

LatinAmerican Post | Julieta Gutiérrez

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Una investigación desarrollada por el Programa de Investigación Intramural del Instituto Nacional de Salud y el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental de Estados Unidos planteó la hipótesis de que los disruptores endocrinos (EDC), químicos capaces de imitar las hormonas y alterar el correcto funcionamiento corporal, podían influenciar en el riesgo de padecer cáncer de útero.

Para ello, examinaron a 33.947 mujeres de 35 a 74 años de edad, entre ellas hermanas, que aún tenían el útero en el momento de la inscripción a la investigación. La investigación se desarrolló entre el período del 2003 al 2009. Los hallazgos revelaron que las mujeres que usaban productos alisadores con frecuencia tenían el doble de probabilidades de padecer cáncer de útero. 

El interés se dio porque el cáncer de útero es uno de los tipos de cáncer en la mujer ginecológicos más frecuentes. En las últimas dos décadas, las tasas de influencia y mortalidad aumentaron en los Estados Unidos, con más de 65.950 casos nuevos y 12.550 muertes durante el 2022, afirmó el estudio. Esta investigación aseguró que los componentes de los productos para el cabello, entre ellos el formaldehído y la parafenilendiamina han desempeñado un papel potencial en el desarrollo de esta enfermedad.

De hecho, no es un tema oculto. Por ejemplo, este año se dio el caso de la multinacional británica Unilever, la cual se vio en la obligación de retirar varias marcas de champú en seco del mercado, debido a la posible existencia de cantidad elevada de benceno, otro componente que puede provocar cáncer.

Sin embargo, durante el proceso de estudio, tuvieron que retirar aproximadamente a 16.393 participantes por varias razones. Entre ellas, presentar antecedentes inciertos de cáncer de útero, someterse a una histerectomía o extirpación del útero antes de la inscripción, no dar información sobre el uso de productos para el cabello o simplemente por retiro voluntario.

Por otro lado, durante el inicio de la investigación se les solicitó a las participantes completar un formulario sobre el consumo de productos para el cabello en los últimos 12 meses. Allí encontraron opciones de respuesta que incluyen “1-2 veces al año”; “no usé”; “cada 3-4 meses”; “una vez al mes”; y “más de una vez al mes”. El color de los tintes (“oscuro”, “claro”), la duración del uso (“no usó”, “menos de 5 años”, “5-9 años” y “10 años o más”). 

Las participantes respondieron la frecuencia de utilización de 7 productos para el cabello, incluidos los tintes para el cabello semipermanentes, permanentes y temporales, productos alisadores o planchadores y ondas permanentes para el cabello.

Además, se tuvo en cuenta la actividad física, si se consume tabaco (“nunca”, “pasado”, “actual”); consumo de alcohol (“nunca”, “pasado”, “actual-trago por día”); nivel educativo (“escuela secundaria o menos”, “algo de universidad”, “universidad y superior”); e historial de trabajo en salones de belleza o barberías. 

Por otro lado, también se evaluaron los antecedentes reproductivos que incluyeron la edad de la primera menstruación (“menor de 13 años”, “13 años y más”), el estado menopáusico (“premenopáusica” y “posmenopáusica”), el uso de anticonceptivos orales (“ninguno”, “<2, 2 años <10, ≥10 años”), cantidad de hijos (“0”, “1”, “2”, “≥3”) y el uso de terapia de reemplazo hormonal (“ninguno”, “solo estrógeno”, “estrógeno más progesterona, pero nunca estrógeno solo”).

Incluso, durante el estudio utilizaron las pruebas de Wald. Una prueba estadística paramétrica para determinar si las asociaciones entre el cáncer de útero y los productos de empleo para el cabello variaban según el origen étnico, la obesidad y la actividad física. Y en el caso de las edades de 70 años, se empleó el método de Breslow. Que es una medida del grosor de un melanoma, o una forma de cáncer de piel que comienza en las células. Este método se realizó con el propósito de estimar el riesgo acumulativo de desarrollar cáncer de útero en las mujeres de edad avanzada.

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También, durante el estudio se emplearon los códigos histológicos de la Clasificación Internacional de Enfermedades (Oncología 3), para definir el cáncer del tejido que cubre el interior de útero, más conocido como endometrio. Allí, los clasificaron en tipo I y tipo II. Los cuales, los cánceres de endometrio tipo I son más sensibles a las hormonas, teniendo una mayor expresión de receptores de estrógeno; que tienden a tener mejores resultados de supervivencia. Mientras que los cánceres de estrógeno tipo II clínicamente son más agresivos y tienen un mal pronóstico.

Por otro lado, otras variables reunidas al comienzo del estudio incluyeron la edad y el origen étnico (afroamericanos/negros, hispanos/latinos, hispanos/latinos no negros, asiáticos isleños del Pacífico o indios americanos).

Resultados y conclusiones

Finalmente, durante el período de investigación, se detectaron 378 mujeres que informaron un diagnóstico de cáncer uterino después de la inscripción. De los cuales, 262 casos de cáncer de útero fueron confirmados médicamente, es decir, un 94,7% de los casos presentados. La asociación entre el desarrollo de cáncer de útero y los productos para alisar el cabello fue evidente. Sin embargo, no se dio con los productos para hacer ondas o con los tintes.

Se concluyó que las mujeres que alguna vez usaron alisadores para el cabello, eran en su mayoría afroamericanas/negras (siendo el 59,9% del estudio) y tendían a ser más jóvenes, con un índice de masa corporal (IMC) más alto y con menor actividad física que las que nunca usaban. Estos resultados y conclusiones, más allá de los reveladores resultados de salud, llevan a pensar en que hay varios factores que influencian en el uso frecuente de productos para alisar el cabello. Como los estándares eurocéntricos de belleza, las presiones sociales ejercidas sobre mujeres negras y latinas en los lugares de trabajo y la amenaza de discriminación junto al capricho de cambiar su peinado e imagen. 

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