Bienestar

Entrevista: Ansiedad infantil ¿Cómo manejarla?

Durante la infancia cuidar de la salud mental es cada vez más importante. La ansiedad es uno de los diagnósticos más frecuentes y es fundamental que los padres sepan cómo prevenirlo.

Niña recostada sobre una silla

Foto: Unsplash

LatinAmerican Post | María Fernanda Ramírez Ramos

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Read in english: Interview: Childhood Anxiety, How To Manage It?

La ansiedad en niños cada vez es más frecuente y diagnósticada. En los último años, y especialmente tras la pandemia, se ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de prestar cada vez más atención a la salud mental. La Organización Mundial de la Salud señala que la depresión, la ansiedad y los trastornos del comportamiento se encuentran entre las principales causas de enfermedad y discapacidad entre los adolescentes. 

“La pandemia ha traído a la vida de niños, niñas y adolescentes nuevas preocupaciones, miedos, infelicidad y ha puesto de manifiesto la magnitud de los problemas de salud mental que sufren los niños y niñas”, señala Save The Children. Por esta razón, en Latinamerican Post, entrevistamos a Ana María Reyes, psicóloga especialista en psicología clínica, terapeuta infantil, entrenadora de disciplina positiva y una de las creadoras de "Firmeza y Afecto", para aclarar dudas sobre la ansiedad infantil. 

Latinamerican Post: Cuéntanos un poco más de la ansiedad en los niños. De qué se trata y por qué se manifiesta.

Ana María Reyes: Podríamos decir que la ansiedad es una respuesta parecida al miedo, pero se diferencia porque mientras que el miedo se presenta ante un objeto o estímulo en específico, como a los payasos o a un animal, la ansiedad es una respuesta más generalizada. Es decir, se presenta de manera más permanente, por la convergencia de diferentes factores tanto genéticos como ambientales. 

Los genéticos están relacionados con la herencia y la historia familiar; si hay rasgos de ansiedad en los padres o durante el embarazo. En los ambientales, encontramos situaciones que marcan de alguna manera la infancia del niño, como sucesos traumáticos que son desencadenantes de ansiedad. También hay factores ambientales como la crianza. Eso termina siendo una combinación de situaciones que se adicionan al temperamento propio del niño y a su neurodesarrollo, que puede también jugar como un factor predisponente. 

 

L.P: Identificar y reconocer los síntomas de alerta es fundamental para los padres y cuidadores. ¿Cuáles son los síntomas más comunes de ansiedad en los niños?

A.R: En cuanto a los síntomas o indicadores, lo primero es estar atentos a cambios de duración prolongada, de 3 a 6 meses aproximadamente. Por ejemplo, un deterioro en el funcionamiento del niño a nivel social, escolar o académico y cambios significativos en los patrones de alimentación, de sueño o de juego. A veces, incluso se presentan algunos síntomas somáticos como dolores o malestares que no parecen tener una causa clínica aparente. También pueden haber manifestaciones de llanto, irritabilidad, temor, pesadillas o miedo a dormir solo.

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L.P: De acuerdo con un informe de salud mental en niños, niñas y adolescentes del Ministerio de Salud de Colombia, la ansiedad incluye un espectro amplio de diagnósticos. Dentro de ellos, el más común es el trastorno de ansiedad por separación. ¿De qué se trata?

A.R: Es un tipo de ansiedad muy frecuente y casi que propia del desarrollo, que suele aparecer entre los 7 meses a los 6 años. Consiste en una angustia por parte del niño cuando se distancia de las figuras de apego, como la mamá, los abuelos, el papá, la niñera… Entonces, frente a la separación, empieza a tener los síntomas que mencionamos. Es bastante frecuente, sobre todo cuando se inicia con la escolaridad. Entonces, empieza a presentarse esa ansiedad anticipatoria cuando se acerca el momento de separación de los padres, por ejemplo antes de ir al colegio.  

Para darle manejo, es importante no caer en ninguno de los dos polos: ni sacar al niño totalmente de la situación que le genera ansiedad, pero tampoco obligarlo, forzarlo o mostrarse poco comprensivo o empático frente a su temor. Por el contrario, hay que validar la emoción, acogerla y algo así como parafrasearla. Es decir, ponerla en palabras.

Se trata de acompañar y consolar al niño en esa ansiedad, en la medida de lo posible progresivamente ayudarle a enfrentar la separación y a desarrollar medidas anticipatorias que le permitan hacerle frente. Por ejemplo, tener un objeto transicional, que es darle un objeto que sea de la mamá (o la figura de apego), un muñequito, una cobijita que es suya y se lleva al preescolar como una estrategia para ayudarle a calmarse. No lo sacamos ni le evitamos la situación angustiante, pero tampoco entramos a situaciones de decirle por eso no llores, tienes que aguantarte, forzarlo o no validar su emoción. 

L.P: ¿Cómo es posible prevenir, desde la infancia, la aparición de la ansiedad? ¿Qué deben hacer los padres?

A.R: A nivel preventivo es muy importante evitar los estilos de crianza demasiado rígidos y autoritarios, que terminan siendo fuente de ansiedad por el temor al castigo, al regaño y a no cumplir con las expectativas de los padres o a las reacciones demasiado fuertes de los adultos. O todo lo contrario: una sobreprotección, con la tendencia a verlos desvalidos o incapaces, entonces les hacemos todo, estamos asustados todo el tiempo pensando que se va a caer, se va a hacer daño, etc y les transmitimos esa sensación de temor. O bien una negligencia, en los que se desatiende al niño y se le deja a su suerte, se le deja llorar mucho o no se le acompaña. Esto también genera en el niño sensación de abandono, soledad y, por lo tanto, ansiedad 

L.P: ¿Cómo se puede ayudar a un niño con ansiedad a tener las habilidades y capacidades para manejar las emociones?

A.R: Cuando los niños están ansiosos es ideal ayudarles a identificar sus emociones y las reacciones en el cuerpo de esas emociones. Entonces, hay que permitir que pueda leerse a sí mismo e identificar: “cuando estoy ansioso muevo mis piernas, me como las uñas, siento una revoltura en el estómago, me pongo rojo, etc”. Que aprenda a identificar esos síntomas, para entender qué está pasando por un momento de ansiedad. 

Luego, es importante que aprenda estrategias de autorregulación que le permitan hacer frente:apartarse un ratico, respirar, estar en silencio, tomar agua, echarse agua en la cara, buscar a alguien para hablar. Se trata de ayudarle a desarrollar estrategias para que pueda regular sus emociones. Para esto, es fundamental también que aprenda a identificar que pasa y se anticipe. Por ejemplo, si es llegar a un lugar donde hay gente nueva o desconocida, le preguntamos cómo va a saludar. “De pronto no te gusta saludar a uno por uno, pero entonces puedes saludar a todos con la mano”, decirle. Ir aprendiendo a reaccionar anticipadamente a esas situaciones que le generan tensión, ansiedad o estrés

 

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