AMÉRICAS

Ingrid Betancourt y las caras del posconflicto en las elecciones de Colombia

Además de Ingrid Betancourt, muchos otros candidatos fueron también víctimas del conflicto armado y hoy le apuestan a la democracia

Además de Ingrid Betancourt, muchos otros candidatos fueron también víctimas del conflicto armado y hoy le apuestan a la democracia

Ingrid Betancourt y Juan Manuel Galán

Fotos: TW-IBetancourtCol, TW-juanmanuelgalan

LatinAmerican Post | María Fernanda Ramírez Ramos

Hace ya más de 5 años que se firmó el Acuerdo de Paz en Colombia. No obstante, su implementación ha tenido grandes dificultades. Al respecto, la gestión del posconflicto y la implementación de los puntos del acuerdo, en medio de las secuelas de la crisis ocasionada por la COVID-19, es un gran reto para quien sea elegido como presidente este año.

De acuerdo con el Centro Nacional de Memoria Histórica, en Colombia hay 268.807 de muertes causadas por el conflicto armado, 37.962 víctimas del secuestro, 15.886 víctimas de violencia sexual y 80.733 desapariciones forzadas. Al respecto, un punto central del Acuerdo es el relacionado con las víctimas y los procesos de reparación, establecimiento de garantías de no repetición, protección de sus derechos y oportunidades de participación.

El año pasado, el Gobierno expidió el decreto 1207 del 5 de octubre de 2021, que reglamentó la elección de las víctimas de la violencia que tendrán representación en la Cámara con las llamadas curules de paz. Se trata de 16 lugares para los periodos 2022-2026 y 2026-2030, que serán elegidos el próximo 13 de marzo. Carlos Ruiz Massieu, jefe de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, manifestó que “es una oportunidad histórica, prevista en el Acuerdo, que debe ser protegida para ampliar la democracia colombiana”. Según el diario El Colombiano, para estos 16 puestos, hay al rededor de 5000 víctimas que aspiran a ocuparlos

Por otro lado, con el Acuerdo de Paz también se garantizó la participación en la política de los excombatientes de las FARC, que hoy conforman el partido político Comunes. En estos comicios electorales tienen 17 candidatos al Congreso de la República, liderados por Julián Gallo y Sandra Ramírez. Sin embargo, estas serán las últimas elecciones en las que el partido Comunes tendrán garantizadas sus curules, lo que pdría significar, su última participación en el Congreso.

¿Y los candidatos presidenciales?

El conflicto armado en Colombia ha impactado a la mayoría de la población del país. Por eso, un rasgo común en la mayoría de los candidatos a la presidencia es que han sido víctimas de la violencia. Probablemente, la cara más conocida de las víctimas de las FARC es Ingrid Betancourt, quien hace poco se unió a la contienda electoral. En 2002 fue secuestrada por el grupo guerrillero y su reconocimiento nacional e internacional (también es ciudadana francesa) la hizo muchas veces la cara del secuestro en Colombia. Fue rescatada en 2008 durante la operación Jaque.

También te puede interesar: La diferencia entre la izquierda de Gabriel Boric y la de Pedro Castillo

No obstante, otros candidatos también tienen una historia relacionada con el conflicto. Secuestros, torturas, atentados y asesinatos a familiares hacen parte de las historias de los candidatos. En el debate de El Tiempo y Semana, el candidato Rodolfo Hernández habló sobre dos acontecimientos trágicos en su familia: “Las FARC secuestraron a mi papá y los del ELN secuestraron a mi hija y la mataron”. Su testimonio dio paso a que se conociera la historia de otros candidatos. Alejandro Gaviria recordó que su hermano Pascual Gaviria, también fue secuestrado por las FARC en 1998.

Por otra parte, el padre de Juan Fernando Cristo, Jorge Cristo Sahiun fue un líder político en Norte de Santander que asesinado por el ELN en 1997. Igualmente, es bien conocido que a Juan Manuel Galán es hijo del político Luis Carlos Galán, asesinado en 1989 cuando este era candidato presidencial.

De los candidatos por el Pacto Histórico, Francia Márquez ha sufrido atentados por su labor como activista medioambiental. De hecho, en diversas entrevistas ha recordado lo difícil que ha sido tener que alejarse de sus hijos para protegerlos. Asimismo, Arelis Uriana ha recibido amenazas a su vida y la de su familia por su trabajo como defensora del los pueblos y las mujeres indígenas

Gustavo Petro es ex militante del M-19, por lo cuál muchos lo ven como victimario. Es decir, que su presencia y popularidad en las elecciones es un testimonio de cómo es posible la transición de los grupos guerrilleros a grupos políticos. Sin embargo, él también fue víctima de torturas por parte del Ejército mientras estaba preso: “Sin comer, casi sin agua, al extremo debilitado, me golpeaban cada dos horas y me hacían las mismas preguntas. Una vez me pusieron corriente eléctrica en el pecho, me colgaron, me sentaron debajo de una gota de agua que me caía siempre en el mismo lugar de la cabeza”, contó en una crónica publicada en la Revista Soho.

Estas son unas elecciones excepcionales para la historia del país porque se encuentran en un periodo de posconflicto con muchas complejidades en la aplicación del Acuerdo de Paz. Sin duda alguna, el próximo presidente deberá hacer frente a el asesinato sistemático de líderes sociales y de excombatientes de las FARC, el engrosamiento de las disidencias, a los posibles diálogos con el ELN y a una política de drogas que permita frenar la ola de violencia causada por el narcotráfico.

Related Articles

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Botón volver arriba