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Opinión: Rodolfo Hernández, Bukele colombiano

Uno de los candidatos a la presidencia de Colombia con mayores posibilidades, Rodolfo Hernández, se presenta como el Bukele colombiano.

Rodolfo

“Rodolfo Hernández es una mezcla entre Trump, Bolsonaro y Bukele”. Foto: LatinAmerican Post

LatinAmerican Post | Santiago Gómez

Este 2022 los colombianos elegirán nuevamente a su presidente. La batalla electoral para escoger al sucesor de Iván Duque está caracterizada por la abundancia de candidatos y precandidatos. Hay de todos los colores y sabores, pero, de todos los aspirantes con posibilidades, el más llamativo es Rodolfo Hernández.

Hoy en día es el segundo candidato con mayor intención de votos según las encuestas, por detrás de Gustavo Petro. Es un ingeniero civil de 76 años, próximo a cumplir los 77, nacido en Piedecuesta (Santander) y que ha sacudido el ajedrez político de estas elecciones.

En un panorama lleno de coaliciones de centro, derecha e izquierda, el santandereano ha decidido ir solo y competirá directamente sin consultas previas con demás sectores políticos. Según él, porque no se alía con políticos y los demás son “los mismos con las mismas”.

El ingeniero (como se le conoce) ingresó a la política hace 6 años cuando ganó las elecciones para la alcaldía de Bucaramanga, un centro industrial y poblacional del país. Hernández se lanzó como independiente, un “outsider”, un empresario que quería implementar la misma filosofía que le permitió crear una fortuna en el sector privado, pero ahora a lo público. Con un discurso independiente, anticorrupción y pragmático, logró convencer a la mayoría de sus vecinos para ser electo.

En su alcaldía, se dio a conocer en todo el país, por su alta popularidad dentro de los ciudadanos, pero también por los escándalos. Por ejemplo, golpeó en la cara a un concejal, criticó a los bomberos y llamó a las mujeres venezolanas “fábricas de hacer chinitos (niños) pobres”. A pesar de sus salidas en falso, sigue acaparando una alta aprobación de un electorado cansado de la clase política y de la corrección política.

Aunque su forma desparpajada y sin filtro es lo que le ha hecho tener varias críticas de sectores académicos o elitistas, es también su principal virtud con la gente. Su forma de hablar recuerda a la de muchos abuelos colombianos de provincia, con dichos y errores gramaticales que causan empatía, no solo en adultos, sino también dentro de los jóvenes.

Muchos lo han asociado a una figura como la de Trump o Bolsonaro, pero Rodolfo es un personaje más complicado y políticamente está alejado de la derecha. Aunque, su pragmatismo le permite camuflarse en casi todos los sectores políticos y eso es precisamente su fuerte al momento de llamar a los votantes y una de sus críticas desde todos los sectores. Lo que le permite ser más parecido al mandatario salvadoreño.

Podría decirse que políticamente es socialdemócrata, pero no sería exacto. Aunque es amigable con el sector empresarial (del que viene), también ha dejado claro que está a favor del aborto, del matrimonio igualitario, la eutanasia, la regulación de la marihuana, entre otras posturas progresistas. Aunque su pragmatismo le ha facilitado ser cercano, en momentos, y dependiendo del contexto, con cualquiera de los expresidentes Juan Manuel Santos o Álvaro Uribe. Es un fuerte contradictor del actual Gobierno, pero ha dejado claro que no se aliará con el candidato de la izquierda.

Pero, a pesar de que el ingeniero Hernández ha abanderado la corrupción en su discurso, también ha sido blanco de varios escándalos de manejo de dinero (él y su familia), no solo en su administración, sino en la campaña. Pero Rodolfo no solo se parece a Nayib Bukele, sino que también ha demostrado su admiración hacia él. En varios momentos ha celebrado y destacado la popularidad del político centroamericano.

Al parecerse a Buekele, Hernández tiene varias tendencias poco democráticas y con ausencia de diálogo. Tal como el jefe de estado centroamericano desistió de llegar a acuerdos políticos con el Congreso, así mismo fue el trato entre el concejo municipal de Bucaramanga y el alcalde.

Ni Bukele ni Hernández supieron acordar con los poderes legislativos para sacar proyectos en conjunto. Ambos tacharon a la menor crítica de politiqueros y corruptos. Ambos manejan las redes sociales como su principal herramienta, tanto de campaña, como de Gobierno.

Incluso, ambos políticos han sabido utilizar el apoyo de los influencers. Hace poco, Nayib Bukele se reunió con Luisito Comunica, uno de los youtubers más famosos de todo el continente. Por su parte, Hernández hizo lo mismo con Yeferson Cossio, un influencer colombiano con casi 8 millones de seguidores en Instagram.

Seguramente, si Hernández llega a segunda vuelta con cualquier candidato de izquierda o derecha, tendrá la posibilidad de captar votantes del sector opuesto. Incluso, ante una eventual segunda vuelta contra candidatos de centro, podrá igual lograr la mayoría si mantiene su imagen de outsider y su camaleónica inclinación política.

Ahora, si Rodolfo logra seducir al gran y diverso electorado al que le apunta, su llegada a la Casa de Nariño será un hecho. Colombia tendrá un presidente alejado de los moldes y cercano a lo que ha vivido El Salvador.

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