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Colombia: ¿incrementará la violencia tras captura de “Otoniel”?

Las autoridades colombianas anunciaron la captura de Otoniel, como es conocido Dairo Antonio Úsuga, jefe de uno de los grupos armados ilegales más violentos en el país.

Militares en la captura de alias 'Otoniel'

El capturado es el máximo cabecilla del temido Clan del Golfo (también conocido como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia), un grupo delictivo que opera mayoritariamente en el noroccidente del país. Foto: TW-Diego_Molano

LatinAmerican Post | Santiago Gómez Hernández

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El pasado fin de semana, las Fuerzas Armadas colombianas dieron con la captura de "Otoniel", quien fuese el hombre más buscado del país. El capturado es el máximo cabecilla del temido Clan del Golfo (también conocido como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia), un grupo delictivo que opera mayoritariamente en el noroccidente del país y que, entre varios delitos, se dedicaba a la producción y tráfico de cocaína.

Sin embargo, lo que el presidente colombiano, Iván Duque, denominó como un golpe al narcotráfico similar a la muerte de Pablo Escobar, puede tener implicaciones violentas y casi ningún beneficio en la lucha contra el tráfico de estupefacientes.

Los beneficios de la captura

La captura de Otoniel no es del todo negativa. Evidentemente, es la caída de uno de los capos más grandes y más violentos del panorama nacional. Esto mismo representa un golpe evidente al organigrama y al accionar (por lo menos temporal) del grupo ilegal.

Ahora, será importante ver qué acuerdos logran las autoridades colombianas y estadounidenses con el capo. A continuación, será vital que tanto la fiscalía colombiana y norteamericana consiga información que permita identificar rutas, cuentas bancarias, bienes inmobiliarios para disminuir el accionar del grupo ilegal que comandaba hasta hoy a cambio beneficios carcelarios.

Igualmente, será importante que otorgue información sobre contactos de compra de armas, elaboración de narcóticos, testaferros, autoridades cómplices, etc. La caída de Otoniel podría ser a penas el principio de una serie de golpes.

Tampoco hay que menospreciar que la captura de quien se creyera intocable, también deja en evidencia que cualquier otro gran capo puede ser capturado o dado de baja. 

Las consecuencias negativas de la caída de Otoniel

Tal como dijo Iván Duque, la caída de Otoniel puede traer las mismas consecuencias que trajo la muerte de Pablo Escobar: un status quo. Ni Otoniel, ni Escobar fueron los primeros o los últimos grandes capos en Colombia. Varios nombres ya han pasado y ninguno de esos golpes han significado la victoria en la lucha contra las mafias.

También es verdad que Otoniel no es el único golpe que ha recibido el grupo este año. A principios del 2021, bajo la operación Agamenón, fue dado de baja Nelson Darío Hurtado, alias "marihuano", el que las autoridades daban como mano derecha de Otoniel. En su remplazo, estaba alias "Chiquito Malo", quién podría pasar próximamente a ocupar el mando del grupo armado que cuenta con 1.600 miembros, según información oficial. Otro posible sucesor estaría en alias "Siopas", segundo al mando y quién hace parte de la organización desde 2009. Acá también surge una posible causa de aumento de la violencia en los sectores donde el Clan del Golfo tenía mayor presencia: una lucha por el poder. Con la caída de Otoniel, puede estallar una guerra interna por su sucesión. Esto podría recrudecer la situación en la región y fragmentar el grupo.

Aún más cuando este grupo mantiene un modelo de jerarquización "mixto". Según Insightcrime.org, el Clan del Golfo mantienen un poder central en la región de Urabá (costa noroccidental de Colombia), pero también maneja una estructura de "franquicias" con el nombre de "los urabeños" que ya han operado de manera semiautónoma.

Adicionalmente el Clan del Golfo, no es el único grupo encargado en la producción de cocaína en el país. Hay por lo menos 5 otros grupos ilegales con similar accionar (aunque de diferentes tamaños) como lo son el ELN, las disidencias de las FARC al mando de Gentil Duarte, la Nueva Marquetalia, Los rastrojos y los Caparro, entre otros.

Entonces, así como cuando la mayoría de las FARC se desmovilizó gracias al acuerdo de Paz firmado con el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, y varios grupos ilegales tomaron esas zonas huérfanas, esto también podría pasar ahora. Si los demás Grupos Armados Ilegales ven debilidad en el Clan del Golfo, intentarán ocupar territorios en disputa o bajo el domino del capo capturado este fin de semana. Dentro de los 300 municipios que Indepaz estima que tienen presencia del Clan del Golfo, hay una serie de economías ilegales, lo que representa una gran fuente de dinero para estas organizaciones. Desde el narcotráfico, microtráfico, minería ilegal, hasta el tráfico de personas en la frontera con Panamá.

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En cuanto a la producción de cocaína, el panorama tampoco es alentador. Con tantos actores y si no baja la demanda, la droga que deje de producir el Clan del Golfo, será producida por cualquiera de estos grupos ya existentes o por algunos que empiecen a delinquir en algunos de los cientos de regiones olvidadas por el Gobierno.

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