¿Cómo puede favorecer el mindfulness la vida de los niños?

Actualmente, existen muchos libros digitales que hablan sobre la forma de impulsar en los infantes la habilidad de concentrarse. Entre ellos está “Juegos Mindfulness” escrito por Susan Kaiser Greenland. Les enseña la capacidad de aquietarse, manteniendo el control sobre sus sentimientos, recurriendo a la concentración, atención y equilibrio emocional. Pero, ¿cómo puede ser posible que mi hijo juegue tranquilo?

Efectivamente, hay actividades en el ámbito de la meditación, probadas por expertos, que pueden ser atractivas para los niños. Son técnicas que se fundamentan en el pensamiento y reflexión, para disminuir el estrés o la ansiedad que ha producido el COVID-19 en ellos. Estas habilidades los favorecen debido a que les ayudan a relajarse, controlar sus miedos y emociones e incluso superar el estrés diario.

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Un estudio realizado por el Hospital Sant Joan de Déu, en su Unidad Especializada, revela que la práctica del mindfulness disminuye las dificultades de atención y mejora la conducta de los niños. Además, los datos recogidos muestran que la estrategia puede convertirse en una intervención eficaz para los chicos. Aparte, se les estaría suministrando complementariamente el tratamiento farmacológico.

La iniciativa de mindfulness que recibieron los niños disminuyó drásticamente los síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad, al igual que los niveles de angustia, irritabilidad y episodios de enojos.

Actividades mindfulness para el bienestar de los niños

Existen varios ejercicios de mindfulness que podrás desarrollar con los pequeños de casa, en un parque o el patio de tu casa. Descubre lo que puede ofrecerte cada uno de ellos.

1. Corazón consciente; el efecto de este ejercicio es prestar atención a un instrumento que realiza vibraciones. Los resultados pueden ser calmantes y una manera entretenida de desarrollar no solo el sentido auditivo, sino también el intuitivo. Además, si la actividad se ejecuta con los ojos cerrados, tiende a favorecer mejor los otros sentidos y las sensaciones.
2. Comer conscientemente; esta actividad contribuye en estar atentos a los estímulos sensoriales. Se sugiere en el ejercicio la implementación de diversas frutas. Se trabaja plenamente el sentido del gusto, del tacto, del olfato y de la vista, para conectar colores, texturas, sabores y olores.
3. Respiración consciente; este ejercicio parte del control total de la respiración. Además, con los ojos cerrados, estimula la interiorización e internalización de pensamientos y reflexiones.
4. Caminata consciente; esta actividad los ayuda a prestar atención en todos los sonidos que puede brindar la naturaleza, como animales, agua, viento, entre otros. Así mismo, el silencio de la soledad los hace reflexionar en sus pensamientos.
5. Movimiento consciente; el movimiento diverso infantil favorece el cuerpo y la mente, debido a que modifica el estado de ánimo. Su cuerpo puede desarrollarse ejercitándose con ejercicios, además de concientizar sus sensaciones corporales, tales como los latidos de su corazón, su sudor, entre otros.
6. Relajación consciente; este ejercicio puede ser bueno en cualquier instante. Los ayuda a relajarse en la cama antes de dormir o en las siestas. Se puede crear una rutina de ejercicios antes de dormir.

Beneficios que ofrece el mindfulness en los niños

El mindfulness contribuye una serie de beneficios al introducirlo en el quehacer diario de los niños. Anna Huguet, psicóloga e investigadora del Hospital Sant Joan de Déu, detalla algunas técnicas que se pueden implementar.

• Su capacidad de atención cambia; son mucho más eficientes y eficaces en sus actividades diarias y en las tareas de la escuela.
• Toman mejores decisiones; aprenden sus fortalezas y debilidades de manera consciente, con discernimiento y reflexión.
• Aumenta su resiliencia; son capaces de afrontar mejor las incertidumbres que se le presentan en la vida.
• Regula las emociones; identificar y canalizar que emoción o sentimiento presentas en el momento, ayuda en la optimización de estos.
• Aprenden el autocontrol; tienden a ser más reflexivos y menos hiperactivos e impulsivos. Expresan sus emociones y sentimientos de forma franca y objetiva.