Bienestar

¿Qué tan sano es bañarse con agua fría todas las mañanas?

En LatinAmerican Post te explicamos algunos datos curiosos sobre los efectos de tomar una ducha con agua fría y cuánto tiempo deberías permanecer en contacto con ella.

Mujer tomando una ducha

Varios estudios avalan sus grandes beneficios en nuestra salud física y mental. Foto: Pexels

LatinAmerican Post | Christopher Ramírez Hernández

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Algo es seguro en la vida: nadie (o casi nadie) sueña con despertar de madrugada para tomar una ducha de agua fría.

¿Quién en su juicio sano, teniendo que madrugar, no prefiere un chorro de agua caliente y cómoda a una cascada de agua helada que se siente como un montón de golpes en todo el cuerpo? Seguramente muy pocas personas hacen parte de esa lista 'loca'.

Pero, ¿qué pensarías si te contamos que los “locos” son la mayor población que goza del agua caliente pues no aprovechan los grandes beneficios que trae consigo la odiada agua fría?

Ciencia en crecimiento

Aunque los expertos a escala mundial aseguran que aún es poco el conocimiento que se tiene sobre los efectos del agua fría en el cuerpo, los pocos resultados que la ciencia ha obtenido tampoco permiten negar que esta sea mala; por el contrario, varios estudios avalan sus grandes beneficios en nuestra salud física y mental.

“Se trata de una estupenda gimnasia vascular”, dijo el doctor Alberto Cerrada, vocal de la Sociedad Española de Hidrología Médica, y director del centro de talasoterapia Elba, en Estepona, en declaraciones recogidas por el portal especializado 'Saber Vivir'.

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De acuerdo con el experto, en el caso de deportistas de alto rendimiento, e incluso en una persona común y corriente que pudo haber sufrido alguna sobrecarga muscular derivada de la práctica de actividad física, no hay nada mejor que una ducha de agua fría o la sumersión en una tina, río, lago o cualquier otro cuerpo acuático.

Y es que, tal y como lo descrito la Universidad de Virginia, desde un campo de vista biológico, la inmersión en agua fría crea efectos en el cuerpo como la activación del sistema nervioso, la creación de noradrenalina, una hormona que ordena al cerebro mantener motivado al cuerpo, además de la expulsión de “pequeños electroshocks” que pueden servir como un antidepresivo natural.

Así, todas las reacciones químicas antes descritas generan un incremento en el ritmo cardíaco debido a que los vasos sanguíneos sufren toda una serie de cambios para intentar acomodar a las alertas que envía el cerebro. Por esto, no es raro que exista un poco de hiperventilación y hasta una inyección de adrenalina.

En pocas palabras, el cuerpo toma el contacto con el agua fría como una amenaza, razón por la que genera estrés, una sensación que, en pequeñas dosis, activa el sistema de alerta dando como resultado un estado enérgico y atento.

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Agua fría sí, pero no en exceso

Ahora bien, tampoco es necesario que el agua fría esté demasiado tiempo en contacto con el cuerpo, pues en este caso menos puede ser más; tanto para adquirir los beneficios que ofrece una ducha de esta forma, como para no desperdiciar este líquido vital.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que una ducha no debe superar los cinco minutos de duración, de los cuales, según un estudio realizado en Países Bajos, suficientes 30 segundos de agua fría para alcanzar grandes beneficios.

El estudio, que se realizó con algunos voluntarios en época de invierno, halló que aquellos que se bañaron por medio minuto todas las mañanas durante dos meses, adquirieron anticuerpos que les permitieron enfermarse 30% menos días que otro grupo que nunca sintió el agua fría durante sus duchas.

"El trabajo que hemos realizado indica que las personas que se bañan con agua fría tienen una función inmunológica mejorada, y esa mejora no se limita a quienes nadan al aire libre", dijo por su parte Mike Tipton, profesor de Fisiología Humana y Aplicada en el Laboratorio de Ambientes Extremos de la Facultad de Ciencias del Deporte, la Salud y el Ejercicio de la Universidad de Porsmouth, Inglaterra.

Sin embargo, y de acuerdo con las palabras de Tipton a la BBC, que el agua fría genera una mejora en el sistema inmunológico del cuerpo no quiere decir que una persona deba permanecer mucho tiempo bajo ella, ya que puede traer resultados contrarios.

“Todo apunta a que los efectos beneficiosos pueden ser el resultado del enfriamiento de la piel, pero si permaneces el tiempo suficiente para que los tejidos más profundos se enfríen, podría tender hacia la hipotermia, que es perjudicial”, manifestó el médico.

En resumen, unos cuantos segundos bajo el agua fría puede ser un aliciente para que el cuerpo inicie de forma enérgica el día; una pequeña dosis de estrés que permita encender cada uno de los nervios y que eleve al máximo todos los sentidos.

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