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Abdala: la solución a la pandemia en Venezuela

Abdala, la candidata cubana a vacuna contra la COVID-19, se perfila como la salvación de Cuba y Venezuela.

Mano sosteniendo un envase de vacuna contra el COVID-19

A pesar de que Venezuela avanza con su programa de vacunación con el apoyo de Rusia y China, su tasa de vacunación es muy lenta. Foto: Freepik

LatiAmerican Post | Santiago Gómez Hernández

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El mundo avanza a paso lento pero seguro en la inmunización contra la COVID-19. Y a pesar de que Venezuela avanza con su programa de vacunación con el apoyo de Rusia y China, su tasa de vacunación es muy lenta.

Según ourworldindata.org, hasta el miércoles de esta semana, Venezuela tan solo ha vacunado a 1.47 millones de personas. Esto equivale a un poco más del 4% de la población, cifra muy por debajo de países como Chile (65%),Uruguay (63%), Argentina (34%) o Brasil (32%); que lideran los rankings en la región. Incluso, el país está por debajo de sus otros vecinos: México (23%), Colombia (21%), Ecuador (15%) y hasta Perú (13%). Igual, hay que aclarar que el régimen ha anunciado oficialmente que cerca del 11% de la población ya ha adquirido, por lo menos, una dosis.

Lea también: Así avanza la creación de vacunas contra la COVID-19 en Latinoamérica

Esta lentitud se puede asociar a su dependencia de los cargamentos de Sinovac, Sinopharm, la Sputnik V y, recientemente, EpiVacCorona, provenientes de China y Rusia. Mientras que los demás países en la región han logrado negociar con muchos más laboratorios, y así garantizar un flujo constante de fármacos en un mercado caracterizado por su escasez y competencia con potentes economías.

Sin donaciones de occidente

En los anuncios de donaciones de vacunas a la región, Venezuela también ha estado excluida. Por ejemplo, recientemente, el Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, anunció que entregará de manera gratuita 14 millones de vacunas para Brasil, Argentina, Colombia, Perú, Ecuador, Paraguay, Bolivia, Uruguay, Guatemala, El Salvador, Honduras, Haití, República Dominicana, Panamá y Costa Rica.

Evidentemente, debido a las inclinaciones políticas, se le ha impedido al país adquirir aportes desde Estados Unidos y otros países miembros del G7, quienes precisamente anunciaron que donarán mil millones de dosis a los demás países.

Descauerdos con Covax

Adicional a esto, el Gobierno venezolano ha tenido una serie de desacuerdos con el programa Covax. Si es verdad que este ha sido mucho más demorado de lo esperado, lo ha sido aun más en el país caribeno. En primer lugar, la OMS adevertía de una deuda del Gobierno venezolano, lo que impedía la entrega de los fármacos (deuda que según el gobierno bolivariano, ya se pagó), pero además porque Venezuela pide una vacuna en específico.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Venezuela requiere la vacuna Janssen de Johnson & Johnson (de dosis única y sin necesidad de supercongeladores). Pero la OPS advierte que esto también dependerá de la disponibilidad del laboratorio. Esto, luego de que la nación hubiese rechazado la llegada de entre 1,4 y 2,4 millones de dosis de AstraZeneca por no pasar "informes técnicos" en el país.
 

Adbala: la salvación
Ante este panorama, la noticia proveniente de Cuba y su candidata a vacuna contra el coronavirus Abdala parece ser un salvavidas al régimen venezolano. Tanto así que el Gobierno del presidente Nicolás Maduro anunció la adquisición de 12 millones de dosis cubanas durante los próximos meses, lo que equivaldría a 4 millones de personas, ya que la Abdala necesita 2 refuerzos luego de la primera inyección.

Pero, a pesar de que Abdala promete una eficacia (92%) similar a las desarrolladas por Pfizer o Moderna, y superiores a AstraZeneca y Sputnik, igual tiene varias críticas. Principalmente provenientes dentro de Venezuela, el primer "cliente" de la vacuna.

La Academia de Medicina de Venezuela manifestó su preocupación por la llegada del fármaco desarrollado en Cuba. De acuerdo con esta entidad, la preocupación está en que todavía la vacuna no está verificada por organismos internacionales, como la OMS o de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ni de la Agencia Europea de Medicamentos.

La efacacia no ha sido comprobada sino por organismos cubanos y la AMV cree que "por razones eminentemente políticas se trate de introducir esos dos biológicos (Abdala y Soberana 02) en Venezuela".

Aunque la Abdala o alguna otra vacuna cubana logre la aprobación en el corto tiempo, esto no representa una inmediata salvación para la crisis en la vacunación en Venezuela. Tal como hemos visto con los demás laboratorios, Cuba podría tener problemas en la producción y envío de sus fármacos y esto podría retrasar aun más el programa de vacunación venezolano. 

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