Medio ambiente

Sí es posible reducir las emisiones de metano en 10 años

La Evaluación global más reciente asegura que es posible reducirlas en un 45%, crucial para la acción climática.

Maquinaria industrial emitiendo gases

La Evaluación se centra en los beneficios que pueden traer la reducción de las emisiones de metano, especialmente las generadas por la industria de combustibles fósiles, y así mismo presenta los costos que implican la contaminación del aire. Foto: Pixabay

LatinAmerican Post | Vanesa López Romero

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Read in english: Yes, it is possible to reduce methane emissions in the next 10 years

El pasado 6 de mayo se publicó la Evaluación global del metano de la Coalición Clima y Aire Limpio (CCAC) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). En esta, se asegura que las emisiones de metano producidas por el ser humano hasta el momento pueden reducirse en un 45%, lo que ayudaría mantener la temperatura global por debajo de los 0,3°C para el 2045, que a su vez va en línea con uno de los objetivos más importante del Acuerdo de París: limitar la temperatura global en 1,5°C. 

La Evaluación se centra en los beneficios que puede traer la reducción de las emisiones de metano, especialmente las generadas por la industria de combustibles fósiles, y así mismo presenta los costos que implica la contaminación del aire, siendo la primera en hacer este tipo de ejercicio. Entre estos principales beneficios se encuentran: " la rápida reducción del calentamiento, que puede ayudar a prevenir peligrosos puntos de inflexión climáticos; mejora de la calidad del aire que puede salvar cientos de miles de vidas; mejorar la seguridad alimentaria previniendo la pérdida de cosechas; y crear empleos a través de esfuerzos de mitigación mientras aumenta la productividad a través de la reducción del estrés por calor". 

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Según el comunicado de prensa oficial de la PNUMA, la reducción del 45% incluso llegaría a evitar "260.000 muertes prematuras, 775.000 visitas a los hospitales relacionadas con el asma, 73.000 millones de horas de mano de obra perdidas por calor extremo y 25 millones de toneladas de pérdidas de cultivos al año". Asimismo, se señalan los tres sectores de donde más provienen las emisiones de metano: combustibles fósiles (35%), desechos (20%) y agricultura (40%).

La Evaluación ha tenido una gran acogida por parte de los líderes ambientales, que han asegurado que esta es sumamente importante tomar acción tanto gubernamental como industrialmente para lograr que en la siguiente década se reduzcan las emisiones de este hidrocarburo. Para Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA, la reducción del metano ayuda a complementar los esfuerzos para la reducción del CO2. Rick Duke, asesor principal del enviado especial de la presidencia de Estados Unidos sobre Cambio Climático, asegura que el metano es el principal contaminante climático de corta duración y que debe abordarse lo antes posible. Kadri Simson, comisionado de Energía de la Unión Europea, destaca la necesidad de tomar medidas internacionalmente. 

Y es que, según la Evaluación, las emisiones de metano provocadas por el ser humano están aumentando más rápido de lo que se han aumentado desde que empezó a registrarse la huella de metano en la década de 1980. A diferencia del dióxido de carbono, que se redujo con la crisis sanitaria por la pandemia del COVID-19, los niveles de metano en la atmósfera alcanzaron su récord, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA).

La Evaluación presenta, entonces, medidas que son fácilmente asequibles. 60% de las medidas son de bajo costo y " 50% de ellas tienen costos negativos, lo que significa que las empresas ganan dinero si las adoptan. El mayor potencial de costos negativos se encuentra en la industria del petróleo y el gas, donde la prevención de fugas y la captura de metano aumentan los ingresos", se asegura en el comunicado de prensa. 

Uno de los puntos más importantes que se trata en la Evaluación es que, si bien la reducción de metano es sumamente crucial en la carrera contra el cambio climáticos y las crisis ambientales a las que nos enfrentamos actualmente, esta debe ir de la mano con la reducción del CO2, es decir, también debe haber un enfoque en soluciones para la emisiones de metano y de CO2. 

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