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3 claves para entender la infamia de Nayib Bukele

El presidente de El Salvador es uno de los mandatarios más populares del mundo, pero también uno de los más criticados por la comunidad internacional.

Nayib Bukele, presidente de El Salvador

Su gran popularidad y desempeño en su Gobierno en El Salvador, es directamente proporcional a sus decisiones autoritarias que se preocupan fuera del país. Foto: Presidencia El Salvador

LatinAmerican Post | Santiago Goméz Hernández

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Read in english: 3 keys to understanding the infamy of Nayib Bukele

El presidente salvadoreño Nayib Bukele preocupa a varios analistas internacionales. Su gran popularidad y desempeño en su Gobierno en El Salvador, es directamente proporcional a sus decisiones autoritarias que crean preocupación fuera del país.

Lea también: ¿Cómo influirá la ausencia de oposición en la política de Nayib Bukele?

Desde que el presidente ingresó con las Fuerzas Militares al Congreso en 2020 para presionar una aprobación del presupuesto militar; el nombre de Bukele crea escozor en organismos internacionales. Pero, ¿Cómo conviven estas señales autoritarias y la gran popularidad del mandatario?
 

Control de las 3 ramas del poder

La noticia más reciente es la destitución de los jueces . El fin de semana, el nuevo congreso dominado por grupos oficialistas destituyó a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y al Fiscal General. El bukelismo insiste en que estas decisiones son en busca de una justicia libre de corrupción, en un país en el que la impunidad y el saque del dinero público ha colmado la paciencia de los salvadoreños que ven con buenos ojos esta jugada política.

Sin embargo, este ataque contra la independencia de los poderes refuerza la preocupación internacional  sobre Bukele. La Sala de lo Constitucional de la CSJ declaró que  "la decisión de la Asamblea Legislativa (…) es inconstitucional, en tanto que viola la forma de gobierno republicana, democrática y representativa".

Sin embargo, varios de los magistrados destituidos y el mismo Fiscal Raúl Menara presentaron sus cartas de renuncia, dándole vía libre a los nuevos funcionarios afines al presidente.

Ya el mismo gobierno estadounidense llamó a su contraparte salvadoreña para manifestarle su preocupación ante esta decisión. Sin embargo, Bukele afirmó que "con todo respeto: estamos limpiando nuestra casa… y eso no es de su incumbencia".

Ahora con la presidencia, la mayoría en el Congreso y el control del poder judicial, no parece haber contrapesos suficientes en el país para poder mantener una independencia de poderes. Esto significa que la democracia salvadoreña está a merced de lo que Bukele y su partido decida. Esto obviamente, no preocupa a sus millones de seguidores, que ven en el presidente millenial una forma de hacer política fresca, con un discurso antiestablecimiento y, lo más importante, con resultados.

Los resultados de Bukele

La popularidad de Nayib Bukele no es solo por su discurso y su desparpajo. Su presidencia ha venido acompañada de varios logros.  De acuerdo con cifras oficiales, en enero del 2021, se registraron 177  homicidios menos que el mismo mes de 2019, cuando Bukele no había asumido la presidencia. 

Estos logros le han valido para ubicarse entre los presidentes más populares, no solo de Latinoamérica, sino de todo el mundo. Una encuesta a finales del 2020 de Gallup, evidenciaba que el líder millenial mantiene un 90% de aprobación entre su electorado. Su popularidad se mantuvo durante la pandemia del COVID, que ha resultado ser un desafío no solo para las economías, sino para la imagen de mandatarios en todo el mundo.

Por ejemplo, Bukele logró la construcción en tiempo record de uno de los hospitales más grandes del continente para hacer frente a la pandemia. Sin embargo, varios medios de comunicación denunciaron que el nuevo Hospital no estuvo listo para atender la emergencia cuando se anunció su inauguración, ya que, a pesar de tener camas UCI, estas no contaban con los equipos necesarios (ventiladores) ni con suficiente personal médico especializado. De las 2000 camas que se prometía tener para atender la crisis del Covid, hasta el momento, solo ha podido aportar 400 en su primera fase construcción, y no será hasta la fase 3 que se cumpla con la capacidad prometida.

Incluso, ya el país centroamericano ha iniciado la vacunación para sus habitantes mayores de 50 años, lo que demuestra que el programa de vacunación salvadoreño avanza más rápido que muchos otros países de la región.

Sin embargo, a pesar de los logros  del mandatario, las últimas democracias que han caído en Latinoamérica, lo han hecho de la misma manera: con un presidente popular. Igual pasó con Alberto Fujimori en Perú y con Hugo Chávez en Venezuela. El riesgo ahora no es que Bukele lo siga haciendo bien, sino que cuando el pueblo salvadoreño decida votar por otra alternativa, será mucho más difícil sacar al bukelismo del Estado.

Violación de Derechos Humanos

Aparte de los grandes cuestionamientos por el acaparamiento del poder en manos de Bukele, se suman varias críticas de ONGs por posible violación de derechos humanos. Especialmente, críticas por su política de seguridad y de posibles violaciones de Derechos Humanos en las cárceles por parte del Estado y el uso de imágenes de prisioneros hacinados para propaganda política, son una muestra de la preocupación de las organizaciones. Esto, en un país con la segunda tasa de presos per cápita en el mundo, después de Estados Unidos.

Amnistía Internacional denuncia que durante la pandemia, la militarización de El Savador y el uso de la fuerza para mantener a la gente en sus casas y disminuir los contagios por el coronavirus, resultaron en excesos del uso de la fuerza denunciado por la ONG. Por ejemplo, se narra el caso de un joven que recibió dos disparos en las piernas  por parte de un policía, cuando este salió de su casa para comprar algunas cosas.

 

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