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Trabajo remoto: Una de las claves para mejorar el rendimiento

Te acercamos el último estudio de la Universidad de Harvard sobre la adaptación que necesitan hacer las empresas para un trabajo más eficiente.

Hombre sentado en frente de un computador

Las medidas de bioseguridad, han obligado a los trabajadores a realizar sus labores desde la casa para evitar contagios. / Foto: Unsplash

LatinAmerican Post | Thomas Handley

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Read in english: Remote work: One of the keys to improving performance

Con la aparición del Covid-19, muchas empresas se han transformado al teletrabajo como adaptación para no tener que interrumpir sus operaciones. A su vez, esta metodología vela por la salud de sus empleados. El cambio ha traído consigo ciertas incógnitas que cada empleador debe resolver con sus equipos de trabajo, como lo son las horas de producción, las vías de comunicación, y las metodologías tanto grupales como individuales. Afortunadamente, muchos expertos han puesto sus manos a la obra para intentar resolver estos problemas y acompañar tanto a líderes de grupo como a sus integrantes en su labor. La Universidad de Harvard no fue una excepción a esta regla, y se ha pronunciado con un valioso consejo.

 

El informe de la Universidad de Harvard

Luego de analizar distintas variables en el trabajo remoto, la Universidad de Harvard ha elaborado un informe en que propone las “ráfagas de trabajo” como uno de los métodos más eficientes. Estas consisten en momentos de alta actividad, una explosión de productividad grupal. Una vez finalizada la ráfaga, se continúa con un período de actividad baja o nula. Los expertos en negocios afirman que, de esta manera, el potencial del grupo de trabajo se concentra en cortos períodos de tiempo en que cada integrante se expresa y trabaja en simultáneo con el resto.

Además, el informe de los expertos en negocios también menciona que el teletrabajo tiene como premisa que el espacio de trabajo es la vivienda propia de cada uno. Esto conlleva un sinfín de distracciones que no se presentarían dentro de una oficina. Por ello, entre las ráfagas de trabajo, la Universidad de Harvard propone momentos de baja actividad. En ellos, cada persona puede optar por satisfacer dichas distracciones y trabajar a su propio tiempo, preparándose para lo que será la siguiente ráfaga, donde deberá presentar lo elaborado durante dicho intervalo.

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Las vías de comunicación en el trabajo remoto

El artículo elaborado por Harvard también contempla las vías de comunicación entre empleados, o entre líderes y demás integrantes de un grupo de trabajo remoto. Con la aparición de el trabajo desde casa, se ha incrementado el envío de correos electrónicos o mensajes. Los expertos indican que esto causa una falta de sincronización, en la cual no se dejan en claro los horarios destinados para cada labor. Como alternativa para mejorar el rendimiento de un equipo, la comunicación también debe seguir el principio de las ráfagas mencionadas más arriba. Estos mensajes deben encontrarse en un período de tiempo que concentre el mayor potencial de atención de los trabajadores.

A su vez, el contenido de los comunicados también debe ser adaptado. Los mensajes o correos electrónicos deben tener un propósito único. Las listas de tareas a completar o de temas a debatir causan un esparcimiento en donde cada persona responde con su opinión sobre uno u otro ítem de la lista. En lugar de eso, los contenidos deben ser concisos y atacarse de a uno por vez dentro de un mismo equipo. De esa manera, se logra la concentración de todo el grupo durante una ráfaga de trabajo en una misma temática. Esto mejora el rendimiento y la eficiencia, ya que acortará los tiempos en que se resuelvan dichos temas.

Cómo adaptar las videollamadas laborales

Por último, los investigadores en negocios de Harvard indicaron que las videollamadas o reuniones por internet también pueden ser adaptadas para mejorar el rendimiento. Si bien en algunos momentos es necesario ver a la persona con la cual se está hablando, la omisión de video en los casos en que éste no es de relevancia implica una mejoría en la comunicación. Las distracciones, la falta de inequidad en el uso de la palabra, y la fortificación de la confianza en uno mismo son algunas de las claves. Al no ver ni ser visto por la persona con quien hablamos, los cuidados estéticos se dejan de lado, por lo que el foco se pone en el trabajo. Esto implica una mejoría en la eficiencia de dichas llamadas que, siguiendo con la línea del informe, también deben ser utilizadas en ráfagas, y no indiscriminadamente por cualquier asunto a tratar.

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