DEPORTES

Los deportistas más tramposos de la historia

Una disciplina deportiva es sinónimo de competición sana y justa. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando se usan prácticas desleales para sacar ventaja?.

Rosie Ruiz

Te contamos los deportistas que han protagonizado prácticas desleales para poder ganar. / Foto: David Madison

LatinAmerican Post | Ariel Cipolla

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Read in english: The biggest cheaters in sports

Las competiciones deportivas comienzan, poco a poco, a volver a la normalidad en esta pandemia, aunque con medidas sanitarias. El deseo por parte de los deportistas y la caída de la industria generó una necesidad en el sector, por lo que es importante que los atletas estén preparados para regresar a sus actividades luego de un intenso paro.

Sin embargo, no todos los deportistas utilizan métodos convencionales para competir. Por ejemplo, recientemente la web de Diario Concepción destacó que Kenia “acumula 66 atletas suspendidos por doping”, lo cual le baja la credibilidad al país en distintas competiciones, incluyendo a campeones olímpicos y mundiales, como ocurre con Jemima Sumgong (oro en maratón de Río 2016).

Algo similar ocurre con los “cheaters” de los videojuegos, siendo los eSports una de las disciplinas más recientes y populares. La web de Marca destaca que, por ejemplo, ya hemos naturalizado muchas de las prácticas desleales en algunos videojuegos de disparos, como Counter-Strike o Valorant. Por lo tanto, veamos los casos de los deportistas más tramposos de la historia.

Rosie Ruiz

Empezaremos hablando de, según la web de La República, la “trampa más famosa de la historia del atletismo”. Básicamente, el 21 de abril de 1980, una atleta casi desconocida sorprendió a todos al ganar la Maratón de Boston en tiempo récord… aunque se escondían algunos detalles.

La mujer, oriunda de Cuba y con casi ningún antecedente atlético, logró la medalla de oro en una de las carreras más famosas del mundo. El tiempo registrado era de 2:31:56, siendo la más rápida de la historia en ese certamen. ¿Cómo lo logró? A través de un fraude, ya que ella se reinsertó en la carrera faltando algunos metros, luego de adelantarse en transporte público.

Luis Resto

Aquí tenemos otra trampa, pero una mucho más peligrosa. El medio Infobae describe la pelea de Luis Resto vs Billy Collins Jr en el Madison Square Garden como la “más siniestra de la historia”. Sucedió el 16 de junio de 1983, fecha considerada como el capítulo más negro de la historia mundial. La joven promesa de 21 años, Billy Collins Jr, se medía contra el veterano puertorriqueño Luis Resto.

Sin embargo, luego de esa pelea, ninguno volvió a pisar un cuadrilátero. ¿Qué sucedió? Pues bien, se trató de una pelea realmente sucia. Este evento asustó a todos, debido a que Billy Collins Jr llegó al décimo round con la cara deformada, perdiendo la pelea por puntos ante Resto… aunque luego se dieron cuenta de que se escapaba el relleno de sus guantes, ya que habían reemplazado la espuma por yeso, inhabilitando al boxeador de por vida.  

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Boris Onischenko

Nos trasladamos al terreno de la esgrima. En este caso, hablamos, según informa Libertad Digital, de uno de los mayores tramposos del deporte, que también era un ícono de la URSS. Boris Onischenko era considerado una eminencia, logrando ser condecorado con la Orden de la Bandera Roja del Trabajo… hasta que descubrieron sus artimañas.

En los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, teniendo 38 años, arribó al certamen como un reputado competidor dentro del pentatlón. Cuando llegó el turno de la esgrima, se dieron cuenta de que en su combate contra Jim Fox no había llegado a golpearlo con la espada, aunque se encendió la luz que lo vio por derrotado. ¿Su truco? Un sistema de cableado que implicaba un botón, donde Onischenko activaba un dispositivo para registrar golpes a su rival sin tocarlo. Esto derivó en su expulsión de la Federación Soviética de Pentatlón Moderno.

Tonya Harding

Por último, tenemos la historia de esta mujer, que, según caracteriza la BBC, puede considerarse la “villana del patinaje sobre hielo en Estados Unidos”. El 6 de enero de 1994, Nancy Kerrigan, la competidora de Tonya Harding, había sido atacada luego de una rutina de entrenamiento y se creyó que no iba a poder competir en los Juegos Olímpicos de ese año en Lillehammer, Noruega.

Sus lesiones no fueron de gravedad, aunque se investigó que sucedió con ese episodio. La rival de Kerrigan había sido atacada por el esposo de Tonya Hardin y su guardaespaldas, todo a través de un bastón de metal. Es decir, habían compartido una misma sesión de entrenamiento, donde se la intentó lastimar para que quedase fuera del certamen. Por ende, vemos que hay muchas formas de intentar lograr una victoria, aunque la trampa jamás debería ser una de ellas.

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