Medio ambiente

“Nos veremos en la Corte” así defenderán los conservacionistas el Ártico

La explotación de las reservas naturales del Ártico está entre los planes de Donald Trump.

Osos polares

El presidente Donald Trump planea la explotación de las reservas naturales en el Ártico. / Foto: Pixabay

The Woman Post | Maria Lourdes Zimmermann

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Mientras 190 países del mundo están de acuerdo en la transición energética mundial para evitar que la temperatura del planeta suba dos grados, el presidente de los Estados Unidos Donald Trump subastará para la explotación petrolera uno de los refugios de vida silvestre más importantes del país y emblemas del mundo natural.

La decisión del Departamento del Interior de proceder con la apertura de la “joya de la corona” del sistema de refugio de vida silvestre del país al desarrollo de petróleo y gas es una amenaza para la icónica vida silvestre del Ártico y para las comunidades indígenas que dependen de esta tierra prístina, según The Nacional Wildlife Federation.

La publicación de los planes finalizados de la administración para permitir la perforación  del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico revierte más de cinco décadas de protecciones para uno de los últimos lugares salvajes de nuestra nación, añade la Federación.

“Los osos polares, el caribú, el buey almizclero y las aves acuáticas dependen del hábitat virgen del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico para su supervivencia. Abrir este paisaje prístino para la perforación de petróleo y gas ignora la ciencia sólida de los mejores biólogos de vida silvestre del gobierno federal ”, dijo Collin O'Mara , presidente y director ejecutivo de The Nacional Wildlife Federation. "Como está claro que esta administración se niega a seguir la ley y silencia a sus principales científicos, los veremos en la corte para detener esta decisión imprudente".

Numerosos estudios científicos en el Ártico han demostrado que la perforación en esta región tendría un efecto devastador sobre las poblaciones de vida silvestre y exacerbaría el cambio climático, pero la administración ignoró esos estudios para su revisión ambiental. Una encuesta realizada el otoño pasado por la Universidad de Yale mostró que dos tercios de los estadounidenses se oponen al desarrollo de la actividad  petrólifera y el gas debido al daño ambiental que causaría. 

Ubicado en la esquina noreste de Alaska, el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico de 19.6 millones de acres fue establecido hace 60 años y es el hogar de más de 200 especies de aves, que migran al refugio para reproducirse en el verano. Hasta 300.000 gansos de las nieves visitan la llanura costera cada otoño para alimentarse de la tundra.

Otros viajeros de vida silvestre en el Refugio Ártico incluyen la manada de caribú puercoespín de 130,000 miembros. Cada primavera, la manada migra más de 1.400 millas a través de Canadá y Alaska para parir en la llanura costera del refugio. Los caribúes también forman parte de la identidad cultural y son la principal fuente de alimentación de subsistencia para los gwich'in que viven en la región.

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La decisión de explotar el Ártico y extraer las reservas presentes, satisface una vieja demanda de los republicanos, que llevan 40 años tratando de abrir a los hidrocarburos las costas del área protegida con la intención confesa de promover el desarrollo económico de Alaska.

Pero la decisión de Trump llega en un momento de emergencia climática mundial, un descenso de la economía global como de la pandemia  y la inestabilidad  de los precios del petróleo. Ante la subida de los precios las ambiciones occidentales centran sus miradas en los lugares dónde potencialmente se encuentran todavía las mayores reservas de crudo del mundo.

Todos quieren un cuarto del pastel en el Ártico

Uno de estos puntos de riqueza en hidrocarburos que aún quedan en el mundo es el Ártico. Según afirman los expertos, la vasta región es, probablemente, “la única gran fuente de hidrocarburos sin explotar del planeta”.

“Hay un gran foco de atención en el Ártico, sobre todo ahora, por la gran riqueza de recursos naturales. El desarrollo de los acontecimientos en Oriente Medio pone mayor énfasis en este tema”, ha declarado Kuupik Kleist, primer ministro de Groenlandia, en una rueda de prensa en Otawa (Canadá), según la agencia Reuters.

Los países árabes productores de petróleo tienen aún 140 años de reservas y Estados Unidos 65 explotando reservas no convencionales de gas y petróleo, lo que haría pensar que aún el mundo no está listo para hacer una transición rápida y definitiva hacia las energías renovables, sobre todo cuando los países en desarrollo no están dando el salto definitivo en la transición y el Ártico está lleno de petróleo, el cambio climático está facilitando la explotación y a Donald Trump no le importa la riqueza natural ni las consecuencias ambientales.

Pero también Groenlandia tiene sus intereses, con un gobierno autónomo que forma parte de Dinamarca, es uno de los cinco principales actores en el reparto del petróleo que queda. Y Canadá, EE UU, Rusia y Noruega también quieren su pedazo del pastel, afirma la Organización de Estados Iberoamericanos OEI en un artículo publicado en su web.

“Durante las tres últimas décadas de exploración de petróleo en el Ártico se han encontrado más de 200.000 millones de barriles de petróleo. Se estima que todavía hay 114.000 millones de barriles no descubiertos y 56 billones de metros cúbicos de gas natural”, ha explicado Alaistair J. Fraser, presidente del Instituto de Energía y Geociencia de Petróleo en el Imperial College de Londres (Reino Unido) destaca la OEI.

Según el experto que trabajó durante 30 años en la petrolera BP, “si estas estimaciones son correctas, las reservas de petróleo del Ártico equivaldrían a una quinta parte de todo el petróleo no descubierto en el mundo”. Pero las consecuencias ambientales serían incuantificables y mucho más en un momento de crisis global ambiental y climática en la que urge la conservación de todos los ecosistemas globales para palear la crisis, por lo que las organizaciones conservacionistas de Estados Unidos se oponen a la decisión de Trump y amenazan con llevar el caso a la corte.

 

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