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Coronavirus: el aislamiento social revela el grave impacto humano en la vida silvestre

Científicos investigan cómo los animales están respondiendo a los bajos niveles de actividad humana durante el COVID-19.

Cheetah encima de la rama de un árbol

El estudio busca determinar la respuesta de los animales en la vida silvestre con bajos niveles de actividad humana por confinamiento. / Foto: Pexels

EurekAlert | Max-Planck-Gesellschaft

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En un artículo publicado hoy en Nature Ecology & Evolution (22 de junio), los líderes de una nueva iniciativa global explican cómo la investigación durante esta devastadora crisis de salud puede inspirar estrategias innovadoras para compartir el espacio en este planeta cada vez más poblado, con beneficios tanto para la vida silvestre como para los humanos.

Muchos países de todo el mundoestablecieron el aislamiento social para controlar la propagación del COVID-19. Debido a las circunstancias más trágicas, este período de movilidad humana inusualmente reducida, que los autores del artículo acuñaron "antropausia", puede proporcionar información invaluable sobre las interacciones entre humanos y vida silvestre.

Ha habido innumerables publicaciones en las redes sociales en los últimos meses informando encuentros inusuales con la vida silvestre. Las observaciones anecdóticas, especialmente de las áreas metropolitanas, sugieren que la naturaleza ha respondido al aislamiento social. No solo parecen ser más animales de lo habitual, sino que también hay algunos visitantes sorprendentes: se han visto pumas merodeando por las calles del centro de Santiago, Chile, y recientemente aparecieron delfines en aguas inusualmente tranquilas en el puerto de Trieste, Italia.

Para otras especies, la pandemia puede haber creado nuevos desafíos. Por ejemplo, algunos animales que viven en zonas urbanas, como las gaviotas, las ratas o los monos, pueden tener dificultades para llegar a fin de mes sin acceso a la alimentación humana. En áreas más remotas, la presencia humana reducida puede potencialmente poner a las especies en peligro de extinción, como los rinocerontes o las aves rapaces, en mayor riesgo de caza furtiva o persecución.

Los autores enfatizan que la prioridad de la sociedad debe ser abordar la inmensa tragedia humana y las dificultades causadas por el COVID-19. Pero argumentan que no podemos darnos el lujo de perder la oportunidad de trazar, por primera vez en una escala verdaderamente global, hasta qué punto la movilidad humana moderna afecta la vida silvestre.

Para abordar este desafío, los investigadores formaron recientemente la "Iniciativa de Bio-Logging COVID-19". Este consorcio internacional investigará los movimientos, el comportamiento y los niveles de estrés de los animales, antes, durante y después del bloqueo de COVID-19, utilizando datos recopilados con ingeniosos dispositivos electrónicos conectados a los animales llamados "bio-loggers".

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El autor principal del artículo, el profesor Christian Rutz, biólogo de la Universidad de St. Andrews, Reino Unido, y el presidente de la Sociedad Internacional Bio-registro, explica: "En todo el mundo, los biólogos de campo han equipado a los animales con dispositivos de rastreo en miniatura. Estos bio-loggers proporcionan una mina de oro de información sobre el movimiento y el comportamiento de los animales, que ahora podemos aprovechar para mejorar nuestra comprensión de las interacciones entre humanos y la vida silvestre, con beneficios para todos".

El equipo integrará los resultados de una amplia variedad de animales, incluidos peces, aves y mamíferos, en un intento de construir una imagen global de los efectos del aislamiento social.

La Dra. Francesca Cagnacci, investigadora principal de la Fundación Edmund Mach en Trento, Italia, e investigadora principal de la red de investigación Euromammals, dice: "La comunidad internacional de investigación respondió rápidamente a nuestra reciente llamada de colaboración, ofreciendo más de 200 conjuntos de datos para el análisis. Estamos muy agradecido por este apoyo".

Entonces, ¿qué esperan aprender los científicos? El Dr. Matthias-Claudio Loretto, becario Marie Skłodowska-Curie del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal en Radolfzell, Alemania, explica que será posible abordar preguntas previamente intratables: "Podremos investigar si los movimientos de los animales en los paisajes modernos se ven predominantemente afectados por las estructuras construidas, o por la presencia de humanos. Eso es un gran problema".

Estas ideas a su vez inspirarán propuestas innovadoras para mejorar la convivencia entre humanos y vida silvestre, según el profesor Martin Wikelski, director del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal en Radolfzell, Alemania. "Nadie está pidiendo que los humanos permanezcan en un aislamiento social permanente. Pero podemos descubrir que cambios relativamente menores en nuestros estilos de vida y sistemas de transporte pueden tener beneficios significativos tanto para los ecosistemas como para los humanos".

La investigación coordinada de la vida silvestre global durante este período de crisis proporcionará oportunidades imprevistas para que los humanos forjen una convivencia mutuamente beneficiosa con otras especies y redescubran cuán importante es un ambiente saludable para nuestro propio bienestar.

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