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Un análisis de ‘El Hoyo’, la película sensación de Netflix

El Hoyo es una de las películas sensación de Netflix. Veamos cuáles son los detalles de su éxito actual.

Fotograma del tráiler de la película 'El Hoyo'.

Te presentamos un análisis de una película más popular en la plataforma por estos días. / Foto: youtube.com/Netflix España

LatinAmerican Post | Ariel Cipolla

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Read in english: An analysis of ‘The Platform’, Netflix’s sensation movie

La actual situación de la pandemia del coronavirus nos mantiene a todos en nuestros hogares. Esto se da para evitar situaciones de contagio, puesto que las recomendaciones generales suelen ser evitar cualquier tipo de contacto con la gente para minimizar la exposición al riesgo.

Así, las personas cuentan con más tiempo libre para pasar en sus casas. Una muestra de todo esto es el impacto creciente que fueron teniendo las plataformas de streaming, como es el caso de Netflix. Tanto así, que el medio El Intransigente menciona que están teniendo algunos problemas de saturación, debido a la aparición de “un tráfico sin precedentes”.

Siguiendo con el caso de Netflix, vemos que una película se popularizó mucho durante los últimos días: El Hoyo. Se trata de una ficción española, dirigida por Galder Gaztelu-Urrutia, la cual había sido estrenada en el Festival Internacional de Cine de Toronto en el 2019, para luego ser adquirida por la compañía de contenido en streaming. Veamos la explicación del filme.

¿Cuál es el secreto de El Hoyo?

En primer lugar, debemos pensar a la película protagonizada por ‎Iván Massagué como una historia de ciencia-ficción, situada en una especie de mundo distópico donde las personas se encuentran en una cárcel que tiene un formato verdaderamente original: se trata de un sistema de niveles, donde los reclusos son asignados a uno de forma azarosa mes a mes.

Lo primero que tiene el espectador es un enigma para resolver: ¿quiénes manejan la prisión? Se los menciona como la Administración, pero no parece haber explicación para que hayan decidido ese formato de celda. Sin embargo, eso no es lo que verdaderamente interesa: la película basa su funcionamiento en la mecánica de la supervivencia y de la distribución social de la riqueza.

Lo verdaderamente impactante es que, a diferencia de lo que podría ocurrir con estas historias, la culpa de la distribución no está dada por una élite fija, como podría ser el gobierno o las clases altas. Aquí lo novedoso es que son todas posiciones movibles, pues cualquier preso puede pasar de los pisos más altos a los más bajos de un mes a otro.

Ahora bien, ¿qué diferencia hay entre estar en un nivel alto o uno bajo? La respuesta es sencilla: la vida o la muerte. El piso 0 es el que pertenece a la Administración, la cual baja diariamente un abundante banquete con comida (con platos elegidos por las dos personas que componen todos los niveles). No obstante, no los eligen en exclusividad, puesto que también comen el de los demás.

O sea, las personas que se encuentran en el nivel bajo no llegan a tener nada más que los platos vacíos. Los de arriba, en cambio, agotan rápidamente el suministro de comida, pues son plenamente conscientes de que se trata de “un lujo” que deben aprovechar, pues al mes siguiente podrían ocupar una escala mucho más baja.

Como menciona el medio La Vanguardia, el problema está en que nadie raciona la comida, aunque son plenamente conscientes de que el azar decidirá el destino de la ración que podrán tener en los próximos días. Es decir, falta la “solidaridad espontánea”, que podría ser visto como un método “comunista” que intentase vencer al sistema.

Contrariamente a lo que indicaría la lógica, la situación de inanición -muchas veces “saciada” mediante canibalismo- los lleva a pensar en el individualismo absoluto. Es por esto por lo que, si logran sobrevivir al mes siguiente y ocupan una mejor posición, no piensan en nadie más que en sí mismos, a pesar de saber que luego la suerte podría no acompañarlos.

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Lo impactante aquí es que la propia mecánica está llevada a cabo por los propios carcelarios, pues la Administración únicamente se ocupa de la calidad de los platos, pero no de cómo se manejará. Es decir, la crítica parece estar orientada hacia la anarquía que generan las personas en una situación de abundancia, la cual afecta a todo el ecosistema.

El final es una viva prueba del simbolismo de la lucha por el poder. Según menciona la web especializada de Esquire, “la película no es una apología de la solidaridad, sino que es un fiel reflejo de los motores del ser humano”. Por ende, el final, con el envío de la niña hacia el piso cero, estaría simbolizando que la moral de El Hoyo ha cambiado.

Es decir, hasta los propios reclusos, en la situación de desesperación absoluta, parecerían rechazar la idea de que exista una niña en el lugar, algo que, al menos de acuerdo con las normas que hay en el establecimiento, es “imposible”. Así, el simbolismo de este acto podría dar pie a una secuela que explique las consecuencias de esta decisión.  

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