ANÁLISIS

¿Cómo funcionan los nuevos esquemas relacionales?

No hay una sola relación modelo, cada conexión, con una o más personas, tiene su singularidad.

Hombre y mujer sentados en el piso de una cabaña.

Hombre y mujer sentados en el piso de una cabaña. / Foto: Pixabay – Imagen de referencia

LatinAmerican Post | Natalia Isaza Chavarría

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Read in english: Do you know how the new relational schemes work?

“Conexión, correspondencia, trato, comunicación de alguien con otra persona”, así se define relación desde la Real Academia Española. Aunque no estoy muy deacuerdo con todas sus definiciones, ésta me parece hermosa: conexión. No se habla de amor, ni de sexo, no se habla de contratos, ni de celos, se habla de una correspondencia; desde ahí debería partir el significado que, a la hora de llevarlas a cabo, le damos a nuestras relaciones. 

No pretendo criticar ningún tipo de relación, pretendo hacer apología de aquellas que se construyen desde la conciencia, aquellas que dejan de lado la imposición y la tradición para elegirse en medio del consenso, poniendo por encima el bienestar de todas las partes. Venimos de una inmensa cantidad de generaciones que no cuestionaban nada, que lo establecido era lo que se hacía sin importar si era lo que las personas involucradas querían o lo que les gustara, llegaba a ser tan inquebrantable que no había cabida para pensar en otras formas u otros caminos de llevar o construir relaciones. 

Desde la escuela se enseña que nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos, ese es nuestro proceso. En medio de él, se encuentra el estudiar una carrera, conseguir un trabajo, comprar una casa, un carro, tener una relación supuestamente tan estable que nos de la seguridad de casarnos y por último tener hijos. Cuando todo esto ya esté chuleado, se supone que hemos triunfado en la vida.

Ahora todo eso ha dado un vuelco. Se habla de nuevas formas de relacionarse, tenemos el camino un poco más abierto para experimentar, entender y encontrar qué es lo que realmente nos gusta a la hora de relacionarnos, porque no hay una sola relación modelo, cada conexión con una o más personas tiene su singularidad. 

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Me parece importante resaltar que ahora estamos pensando mucho más en el cuidado del otro, en buscar su bienestar, su satisfacción y el trabajar en la responsabilidad sexoafectiva, que no es más que llegar a acuerdos y establecer límites en libertad, sin caer en la reproducción capitalista del amor, donde convertimos los cuerpos de los demás en cuerpos de consumo que desechamos a la hora de estar satisfechos.

Existen muchos tipos de esquemas relacionales, como las relaciones abiertas, las poliamorosas jerárquicas y no jerárquicas, las anárquicas relacionales y cualquier otra con la que nos sintamos a gusto, la cuestión no está en seguir modelos o esquemas, está en encontrar el camino con esa o esas personas en el que nos sintamos en tranquilidad de compartir nuestras emociones, pensamientos y necesidades, y poder llegar a consensos para construirlos en conjunto. 

No ha sido algo que se haya logrado de un día para otro, ha sido un largo proceso donde grandes personas realmente lo han sufrido, un proceso que aún no termina, pero felizmente, hoy puedo decir que estamos en una nueva era; ahora se nos permite, aunque aún sin mucho alboroto, explorar nuestra sexualidad, entendiéndose esta desde todos los ámbitos, como cultural, histórico y social.

Con alegría puedo decir que estamos empezando a entender que el amor no tiene porque doler, que se puede construir en libertad y que los celos no son sinónimo de amor. Estamos interiorizando que no hay mejores construcciones que las que se hacen en medio de consensos y comunicaciones sinceras, que nada en una relación tiene que ser impuesto, que si estamos es porque así lo queremos; aún falta un largo camino por recorrer pero ya hemos labrado el comienzo.

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