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Lo que debe saber de la renuncia del ministro de Defensa de Colombia

En tan solo un año, el ministro Guillermo Botero pasaba por la segunda moción de censura en el Congreso donde varios partidos buscaban su renuncia.

Guillermo Botero, ex ministro de defensa de Colombia.

Guillermo Botero, ex ministro de defensa de Colombia. / Foto: Presidencia Colombia

LatinAmerican Post | Juliana Suárez

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Read in english: What you should know about the resignation of the Colombian Minister of Defense

La votación en el Congreso para la moción de censura, aunque parecía que igualmente saldría en contra de Botero, no fue necesaria pues el ministro renunció una semana antes de que se realizara.

El gobierno Duque ha sido criticado, entre otras cosas, por traer del pasado un modelo de seguridad de la época de Álvaro Uribe. Por esta razón, desde el comienzo del período gubernamental, el ministro de Defensa estuvo en los ojos de los colombianos.

El miércoles 6 de noviembre, a la espera de los resultados del debate de moción de censura que se había realizado el día anterior, Guillermo Botero anunció la —esperada por muchos— renuncia. Esta noticia se da en medio de una polémica que salió a la luz en el debate, donde el senador Roy Barreras, principal ponente para exigir la renuncia de Botero, expuso un caso que no se conocía, donde en una acción militar, que el gobierno había calificado en su momento como “estratégica, meticulosa e impecable” por ser un golpe a las disidencias de las FARC, murieron 7 menores de edad. 

Esto, lejos de ser un triunfo del gobierno, incumpliría con protocolos que harían que la responsabilidad recayera en el ministro. Aunque en un principio este no fue el argumento principal, bastó para causar tal revuelo en el ojo de la opinión pública que terminó en su renuncia.

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El anuncio se dio a través de la cuenta de Twitter del ministerio de Defensa en un comunicado de prensa que dice: “El día de hoy en reunión con el señor Presidente de la República para analizar la actual coyuntura política, se acordó que lo más conveniente era presentar renuncia al cargo de Ministro de Defensa Nacional”.

 

Vuelven los falsos positivos y otras polémicas

En los 15 meses que duró en el cargo, Guillermo Botero ya había sido criticado y se pedía desde distintos sectores y partidos políticos su renuncia.

Los comentarios que hizo el ex ministro durante su período en el ministerio son algunos de los hechos más superficiales por los que la población y el Congreso pedían su renuncia. Referirse al asesinato de líderes sociales como “líos de faldas”, fue uno de los primeros errores que le costaron popularidad a Botero. Posteriormente, también se refirió a un serio reporte de robos en Vichada como “unos hurtos menores y están muy concentrados increíblemente en el robo de ropa que está siendo extendida en unas cuerdas para su secado”.

Pero más allá de eso, la gestión del ministro fue polémica por revivir los temidos falsos positivos de los gobiernos anteriores. Pasar por muertos en combate a jóvenes inocentes, se pensaba, era cuestión del pasado. Con Botero se reavivaron esos sentimientos de miedo, desesperanza y, ante todo, falta de confianza en las Fuerzas Armadas. 

Pero un reportaje publicado en The New York Times dejó entrever que las viejas épocas estaban volviendo. Con “órdenes de letalidad”, las Fuerzas Armadas debían duplicar los resultados “a toda costa”. Estas órdenes salieron a la luz y revivieron los falsos positivos, donde las FAC, con tal de cumplir objetivos, tomaron vidas inocentes.

Este primer gran escándalo fue lo que llevó a la primera moción de censura del ministro. Aunque no prosperó y se quedó únicamente en un reportaje más, para la opinión pública fue más que eso.

Para la segunda moción el argumento principal, de acuerdo con el senador Barreras en su ponencia, era el aumento de inseguridad, en vez de disminución, como se jactó en ocasiones el gobierno. Según El Tiempo, “el homicidio en el país marca un leve incremento,  incluso en ciudades como Bogotá. Entre enero y septiembre, hubo 8.612 asesinatos, 2,1 % más comparado con 2018. Y la situación de hurtos está desbordada en todo el país”. Además de que en regiones como el Catatumbo, Arauca y el Cauca las bandas criminales y las disidencias de las FARC han aprovechado la falta de control estatal.

Otro de los motivos para esta moción era la polémica sobre la muerte de un ex combatiente de las FARC, Dimar Torres, cuyos hechos aún no se han esclarecido pero recientemente se conocieron indicios de lo que pasó. 

Según El Espectador, “Torres era un desmovilizado que le había apostado a la construcción de una sociedad desde la legalidad y la respuesta fue un asesinato vil a manos de personas portando un uniforme que representa a todos los colombianos”. La primera respuesta sobre la muerte del ex combatiente fue que había muerto en medio de un forcejeo, pero la comunidad trataba de denunciar algo distinto.

Meses después y tras muchas incongruencias, la revista Semana publicó unos mensajes en WhatsApp que inculparían al teniente Jorge Armando Pérez Amézquita, de ordenar presuntamente el asesinato.  “Necesito es vengar la muerte del soldado, hay que matar” y “A ese man no hay que capturarlo, hay es que matarlo porque no aguanta que se vaya de engorde a la cárcel” eran los mensajes que transformarían la versión oficial.

La última polémica, que fue la que terminó por lograr la renuncia del ministro Botero, se dio a conocer no antes sino durante del debate. La información de Roy Barreras aseguraba que en un bombardeo realizado por las Fuerzas Armadas en la lucha contra las disidencias de las FARC, en Caquetá en agosto, de los dados de baja, 7 eran menores de edad.

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A pesar de que Botero aseguró que las Fuerzas Armadas no tenían conocimiento de la presencia de los menores al momento del ataque, y que actuaron en el marco del Derecho Internacional Humanitario, al día siguiente de que se conoció la noticia durante el debate, en entrevistas en medios de comunicación se afirmó desde distintas fuentes, que el Ejército sí tenía conocimiento de la presencia de menores. El personero del municipio de Puerto Rico, Herner Carreño, fue quien aseguró para varios medios que había sido él mismo y su despacho quienes le habían advertido de la presencia de menores al conocerse la intención del operativo.

La muerte de los menores ha causado gran indignación en el país, pues también se ha criticado que los detractores del Acuerdo de Paz utilizaron la presencia de niños en las guerrillas como bandera para no apoyarlo, pero ahora el ministro había atentado contra la vida de los mismos niños a los que defendían.

Crisis de ingobernabilidad

Por un lado, el hecho de que su ministro haya salido en medio de un proceso de moción de censura deja entrever problemas más a fondo del gobierno mismo. Además, teniendo en cuenta el ministerio que representaba Botero, uno que en todas las naciones, pero especialmente en Colombia, que vive una amplia violencia, es fundamental y carga con fuertes responsabilidades.

La moción de censura es un protocolo en el que el Congreso de la República puede hacer que una figura del poder ejecutivo renuncie. Lo “obligan a renunciar” apelando a responsabilidades políticas incumplidas en el cargo. Y aunque en este caso se veía que la decisión ya estaba prácticamente tomada (pues tanto la oposición como partidos neutrales como el Liberal, Cambio Radical y un sector del Partido de la U ya habían manifestado que votarían a favor de la moción de censura), la renuncia previa del ministro evita esa salida “obligado”.

Pero eso no es todo, el gobierno Duque ha estado ampliamente involucrado con estas mociones de censuras. No solo Botero pasaba por segunda vez por el proceso en menos de un año, sino también el minsitro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, pasó por la misma situación. Aunque la moción contra Carrasquilla no prosperó, sí ha dejado un precedente en la labor del ministro, quien sigue siendo ampliamente criticado.

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Por otra parte, la renuncia de Botero no es la primera durante el gobierno Duque. En mayo del 2019, la entonces ministra de Justicia, Gloria María Borrero dimitió de su cargo en medio de la polémica de la liberación de Jesús Santrich, miembro de la extinta guerrilla FARC. En ese mismo momento, el Fiscal General de la Nación, Nestor Humberto Martínez, también renunció y, a pesar de la división de poderes entre en Ejecutivo y el Judicial, el presidente Duque dijo en una aparición oficial que lamentaba su renuncia y criticó la decisión del ente judicial de liberar a Santrich.

Tras la renuncia de Botero, el presidente Duque publicó en Twitter que aceptaba su renuncia y agradeció su labor durante los 15 meses en el gobierno por sus “excelentes resultados”. 

Esta afirmación llega en un mal momento teniendo en cuenta la polémica que llevó a Botero a dimitir de su cargo. Por lo que las críticas no cesaron en redes sociales. La opinión pública y la oposición han utilizado la renuncia para destacar la falta de gobernabilidad de Duque durante su mandato. Analistas aseguran, por un lado, que se tardó mucho la renuncia pues el ministro debió haberlo hecho meses atrás con los primeros escándalos. Por otro, lo ven como una señal para que el presidente actúe para recobrar la legitimidad de su gobierno.

Durante la polémica de los niños asesinados, se viralizó además un video en el que un periodista le pregunta al presidente la opinión sobre el bombardeo, a lo que Duque responde: “¿De qué me hablas, viejo?”. Como era de esperarse, el video ha generado cientos de críticas que resumen la percepción de muchos ciudadanos ante la aparente falta de presencia del presidente en los asuntos más importantes del país. El periodista, Jesús Blanquicet, denunció además que posterior a este video fue detenido y golpeado por la policía.

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