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¿Qué tanto se le debe creer a Trump? Estas son las 3 veces que se tuvo que retractar este mes

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Suspender el veto a la empresa china Huawei es la tercera vez este mes que Trump ha tenido que retroceder en sus declaraciones y optar por alternativas

Política Latinamerican Post
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El 30 de mayo de este año, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, emitió un mensaje al gobierno mexicano: si no ponen de su parte para controlar el problema migratorio en la frontera, los Estados Unidos introducirían un arancel del 5% para todos los bienes provenientes del país al sur de la frontera. A un mes de esta decisión veremos que ocurrió en la frontera con México y en tres otros escenarios que obligaron a Trump a retractarse de su posición original.

1. Tensiones con México

Ante la posibilidad de la introducción de aranceles del 5% a toda la mercancía proveniente de México hacia los Estados Unidos, se dispararon las alarmas en los sectores industriales de ambas economías.

Mientras que Trump veía la introducción de los aranceles como una forma de incentivar al gobierno mexicano a luchar frente la migración ilegal y el tráfico de drogas, así como una forma de obligar a sectores de la industria automotriz de dejar de producir en México, sus críticos aseguraban que, por diseño, la medida resultaría en vez perjudicando a ambas economías.

El economista Dan Ikenson, quien estudia el comercio internacional en el Cato Institute comentó al medio Vox acerca del impacto que tendría la medida sobre la industria automotriz, asegurando que “los aranceles aumentarán los costos de producción de los vehículos norteamericanos y reducirá su competitividad frente a vehículos importados de otros países. Es una estrategia pierde-pierde.”

Por su parte, el presidente Mexicano Andrés Manuel López Obrador criticó la decisión argumentando que “los problemas sociales no se resuelven con impuestos o medidas coercitivas”.

Apenas 10 días después del anuncio, Trump suspendió la introducción de aranceles a las mercancías mexicanas indefinidamente, tras la consecución de un acuerdo con México con respecto a la protección de la frontera.

Este acuerdo, sin embargo, permanece desconocido, pues no se han hecho públicos los objetivos que debe cumplir México con respecto a la inmigración ilegal, y se complicó aún más cuándo Trump sugirió que la compra de “grandes cantidades” de productos agrícolas estadounidenses por parte de México hacían parte del acuerdo.

2. Mayores tensiones con Irán

Tras el derribo de un dron no tripulado estadounidense que sobrevolaba el estrecho de Ormuz, por dónde pasa una de las rutas comerciales petroleras más importantes del mundo, presuntamente a manos de Irán, el presidente Trump expresó fuertemente su voluntad de retaliación en varias ocasiones.

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En primer lugar, aseguró que Irán había cometido un "grave error". Posteriormente, cuándo le preguntaron cuál sería la respuesta de los Estados Unidos, contestó que “se enterarían pronto”. Trump también aseguró mediante su cuenta de Twitter, que cualquier agresión por parte de Irán sería correspondida con “enorme y abrumadora fuerza” y “obliteración”.

Finalmente, Trump reconoció su disposición a la guerra al declarar que “a nosotros (los Estados Unidos) nos encantaría poder negociar un acuerdo, si ellos (Irán) quieren. Si no quieren, pues eso también está bien con nosotros”.

Apenas días después, en entrevista con Fox News, Trump anunció que suspendería los ataques planeados en retaliación contra Irán.

“Decidí no matar muchos iraníes. Me agradan los iraníes”, declaró en esta oportunidad. Agregó también que, de haber una guerra entre los dos países, esta “no sería muy larga”.

3. Restaurando su relación con China

El tema económico del año hasta ahora ha sido la continua guerra comercial entre China y los Estados Unidos. En apenas seis meses, los dos países han introducido una enorme cantidad de aranceles, con los Estados Unidos imponiendo la mayoría a los productos provenientes de China.

El escalamiento arancelario fue promovido por el presidente Trump, quien identifica una situación de desventaja de su país en su relacionamiento comercial con China. Para subsanar la desventaja, Trump lideró la introducción de aranceles que hiciera más caro a China acceder al mercado estadounidense, poniendo presión para el desmonte de muchas prácticas comerciales chinas consideradas ‘injustas’ por el gobierno de Trump.

Un jugador importante de la guerra comercial fue la más grande empresa tecnológica de China, Huawei. De la misma forma que hizo con Venezuela, Trump prohibió a todas las empresas estadounidenses hacer negocios con Huawei. Entre muchos fabricantes tecnológicos y proveedores de telecomunicaciones en los Estados Unidos, la medida sembró incertidumbre, pues Huawei era un proveedor clave de partes.

Según el fundador de Huawei, Ren Zhengfei, el veto impuesto a su compañía le costará alrededor de $30.000 millones de dólares durante los próximos dos años.

Sin embargo, en el marco de la cumbre del G20 este fin de semana en Osaka, Japón, Trump retrocedió su dictamen anterior. Ahora, todas las firmas estadounidenses tienen permitido vender a Huawei, lo que ayudará al tercer fabricante de teléfonos celulares del mundo, pero también dará espacio a firmas como Google para respirar.

Google, quien provee Android para los dispositivos Huawei, se vio drásticamente afectado por el veto. Muchos de sus socios fabricantes de microchips, incluidos Qualcomm e Intel, congelaron su relación con Google por sus continuos vínculos con Huawei y el peligro que estos representan bajo la administración de Trump.

 

LatinAmerican Post | Pedro Bernal
Copy edited by Marcela Peñaloza

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