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Icaro Zorbar: el artista reparador

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Hasta el próximo 1 de septiembre, el artista Icaro Zorbar exhibirá la obra más grande de su carrera en el Museo de Arte Moderno de Bogotá

Artista Icaro Zorbar y una de sus obras

El espectador sube un peldaño, asoma su mirada entre un bote de basura y ahí, un pequeño video se proyecta. Una abeja es examinada por dedos curiosos y en seguida, el video enseña el desplazamiento de un caracol. Al lado, justo en otro bote de basura que se encuentra sobre unos parlantes que emiten un sonido críptico y tortuoso, cae sobre una serie de láminas de aluminio una gota de agua. El fondo del bote tiene musgo: hay vida, magia.

Read in english: Icaro Zorbar: the repairing artist

De eso se trata la obra de Icaro Zorbar, un colombiano que estudió cine y que hace piezas de arte a partir de objetos obsoletos y dañados, a los cuales vuelve a imprimir movimiento, transformándolos, partiendo de una curiosidad por aprender por sí mismo y a través de la práctica de la reparación, algo que de alguna manera hace parte de una identidad latina y que, según la curadora Julia Draganovic, es también la base de su ética.

“Acá uno arregla las cosas. En mi casa todo lo arreglaban o lo intentaban arreglar. Esa idea parte también del contexto latinoamericano que tiene que ver con la recursividad. Luego lo tomé como estrategia. Inicialmente yo no pensaba en que iba a hacer arte a partir de eso”, cuenta Icaro Zorbar.

Pero aquella inquietud no surgió de la noche a la mañana. Cuando Zorbar se encontraba cursando sus estudios de maestría en la Universidad Nacional, y mientras avanzaba en su tesis de cine, hubo un apagón de día y medio. Aquel suceso sería determinante para que durante sus estudios de maestría, se diera a la tarea de no seguir trabajando con el computador.

“Empecé a preguntarme qué disfruto y qué podría hacer toda la vida. Todo el tiempo me han dicho que desbarato todo y surgió mayor curiosidad por ver los mecanismos de tecnologías análogas que son mucho más fáciles de entender. Lo que hice fue eso. Esa inquietud es la que me trae a decir ‘juguemos con esta tecnología’”, cuenta el artista, que al mismo tiempo aplica esa práctica de la reparación como un mensaje frente a una sociedad de consumo, no solo por el hecho de reciclar, sino porque también es plenamente consciente del gasto que implica crear.

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De la experiencia a Extrañando al fantasma

Las piezas de Icaro Zorbar son pequeños monstruos. Pero más allá de su aparienca, el sentido está en que pretenden mostrar o señalar algo. En Extrañando al fantasma, los aparatos no son simples mecanismos divididos; las imágenes o música que emiten, son fundamentales para recrear esa idea mágica, fantasmagórica, que de alguna manera se revela en una de sus piezas más conocidas: Te extraño: el fantasma.

Por eso en Extrañando al fantasma, “Zorbar ‘recicla’ una parte de su anterior obra al adaptarla a nuevos contextos”, afirma Draganivic, pues vuelve a las obras asistidas, en las que es necesaria la presencia de alguien que pueda detener o rebobinar una cita de un casete para reproducirlo de nuevo.

En cuanto al fantasma, los aparatos y configuraciones son como un canal, un medio que lo llama. En esto es imprescindible la idea del extrañamiento. “Uno no puede extrañar algo que no ha estado cerca. Extrañar surge desde la distancia y es algo o alguien que de repente uno desconoce. Es una paradoja y una pregunta”, cuenta el artista.

Para el portal Casas Reigner, Zorbar cuenta con una motivación persistente: la naturaleza de las relaciones humanas y la relación del ‘yo’ con el mundo a través de ‘apariciones’.  

En ese sentido, cuenta Zorbar que las apariciones no necesariamente son una proyección de un video o la reproducción de un bolero en un toca discos, son las experiencias personales que puede sentir el espectador al momento de acercarse a la exposición. “A mi no me gusta explicar demasiado las piezas porque yo considero a las piezas como gestos que pueden incentivar a que las personas interpreten o recuerden situaciones ya vividas, eso hace click y surge una presencia, una experiencia personal, no colectiva. Tú armas la película”.

 

LatinAmerican Post | María Alejandra Gómez

Copy edited by Juliana Suárez

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