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3 superheroínas antes de las sagas de Marvel y DC

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La tendencia creciente de los últimos años de sagas de superheroes como las de Marvel y DC es darles a las heroinas un lugar especial. ¿Quiénes las precedieron? 

3 superheroínas antes de las sagas de Marvel y DC

Con el estreno hace unos días de X-men: Dark Phoenix, una nueva superheroína llega a la pantalla grande como proagonista. Dentro del universo reciente construido por Marvel y DC, los personajes femeninos han adquirido fuerza y, aunque no siempre, se están comenzando a alejar de los estereotipos sexistas con que las habían construido. No solo tenemos a la Mujer Maravilla o a Capitana Marvel, sino también a algunas que aparecen como personajes secundarios tales como Black Widow en la saga de los Vengadores o incluso la antiheroina Harley Quinn en Suicide Squad. 

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Antes de que las películas de superheroes comenzaran a establecerse, tanto comercialmente como a nivel de contenido, como sagas en las que los personajes se conectan poco a poco, hay algunos ejemplos de superheroínas que alcanzaron cierta fama, tanto así que series y películas se hicieron sobre ellas. Claro, algunas siguen siendo estereotipos de mujeres dependientes de un hombre o cuerpos hipersexualizados, pero aun así ellas fueron las que sembraron el terreno de la presencia femenina en los universos de adaptaciones de comics. Acá en LatinAmerican Post te presentamos cinco películas de superheroínas antes del boom de Marvel y DC.

1. Sheena, Queen of the Jungle (1984)

Al hablar de Sheena, estamos hablando basicamente de una tarzan femenina. Los primeros comics de esta heroína salieron en 1937, tres años antes de la aparición de la Mujer Maravilla, y después en los años 50 fue adaptada en una serie televisiva con Irish McCalla como protagonista. No fue un gran éxito y la 'reina de la selva' se mantuvo alejada de la pantalla por varios años. Como recuerda el portal Girls with Guns, fue hasta 1984, en un boom de películas de fantasía tras el éxito de Raiders of the Lost Ark, la primera entrega de Indiana Jones, que se volvió a traerla al cine con la esperanza de que fuera un éxito.

La película habla sobre el asesinato del rey Jabalani, del país africano ficticio de Tigora, por el que culpan la shaman de la tribu Zambouli, la madre adoptiva de Sheena, interpretada por Tanya Roberts. Después de que la encarcelan y Sheena la rescata, el reportero Vic Cassey la sigue y termina aventurándose con ella en la sabana africana mientras que los verdaderos asesinos del rey intentan exterminarlos.  Como se imaginarán, ellos se enamoran y Sheena termina siendo motivada por este hombre a salvar a su pueblo. La recepción, al contrario de lo que buscaban, no fue muy buena y hasta fue nominada en cinco categorías de los Razzie, los anti-oscars que premia a las peores películas. 

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2. Supergirl (1984)

Como una continuación de las primeras tres películas de Superman con Christopher Reeve, la historia de Supergirl es una suerte de universo alterno en el que hay más sobrevivientes kriptonianos que viven en una sociedad utópica, cuya fuente de poder el 'Omegahedron'. En un punto, Kara Zor-El, quien después se vuelve Supergirl, interpretada por Helen Slater, termina teletransportada a la tierra con este objeto y allí descubre que tiene poderes especiales (hay una escena en que literalmente hace florecer una planta con la visión de rayos X). Sin embargo, el 'Omegahedron' cae en las manos de Selena, una bruja que quiere dominar el mundo, y quien será el villano principal. 

Hay muchas cosas que no tienen sentido en la película, pero eso la de un toque cómico si uno no se la toma en serio. Por ejemplo, se supone que su sociedad de origen no puede vivir mucho tiempo sin la fuente de poder, pero igualmente ella decide quedarse en la tierra, inscribirse a un colegio y hasta tener un primer amor; el sentido de urgencia no parece primar. Y los efectos son tan malos que hasta para la misma época debía causar risa. En cuanto al personaje de ella, lo construyen con una inocencia tan grande, que ahí uno entiende por qué le pusieron 'Supergirl' y no 'Superwoman'. Aun así, si esta estética ochentera de efectos especiales te divierten, pueden ser dos horas de mucha risa.

3. Buffy the Vampire Slayer (1992)

Antes de la reconocida saga a inicios de los noventa con Sarah Michelle Geller como una estudiante de bachillerato cuya vida nocturna consistía en matar vampiros, Buffy ya había tenido una primera presentación en la pantalla grande. En 1992, se estrenó Buffy, the Vampire Slayer con actuaciones de Kristy Swanson (Buffy), Luke Perry como su novio humano y hasta ahí una pequeña escena secundaria con el joven Ben Affleck. Con una estética entre parodia y película de terror seria, la película fue un fracaso y no fue hasta a la adaptación años después que la figura de Buffy llegó a la fama.

A grandes rasgos, la historia se centra en el descubrimiento que Buffy hace de destino como cazadora de vampiros después de que su guardian, Merrick, la halla y le cuenta su origen. Ella no lo toma en serio y no es hasta que los vampiros empiezan a perseguir a su novio y amigos que ella empieza a cazarlos. Así, en unas peleas que incluyen vampiros disfrazándose de jugadores de baloncesto o colándose a fiestas de graduación, Buffy se basa en unos estereotipos de adolescentes populares contra los raros que elimina toda interpretación de mujer valiente y en control de su vida que sí se puede en las series. Sin embargo, al igual que Supergirl, las escenas tan absurdas pueden hacer muy cómicas la hora y medio que dura.

 

LatinAmerican Post | Juan Gabriel Bocanegra

Copy edited by Vanesa López Romero

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