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Irán y Venezuela: ¿podrían reactivar sus relaciones comerciales?

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Después de una decisión totalmente política y sin beneficios económicos reales, la aerolínea Mahan Air decidió abrir una nueva ruta directa Teherán – Caracas

Irán y Venezuela: ¿podrían reactivar sus relaciones comerciales?

La situación política en la que se ve envuelto el vuelo que efectuó un avión de Mahan Air desde Teherán a Caracas es, por lo menos, tenso. Todos los factores se encuentran en contra de esta aerolínea, del trayecto y de a quiénes transportaba, pues las grandes potencias de Occidente, especialmente Estados Unidos, no ven con buenos ojos ni a Irán ni a Venezuela.

El panorama de la aerolínea Mahan Air se ve bastante complicado desde que, en 2011, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos incluyó esta empresa dentro de las sanciones que se llevan a cabo tanto a entidades como a particulares como mecanismo de presión económica. Y si bien estas medidas son unilaterales por parte del gobierno estadounidense, ejercen una gran presión a nivel internacional que llevan, en última instancia, a la ruina económica de quienes las padecen.

Un ejemplo muy claro de ello es que, en lo que llevamos del año, países tan importantes dentro del suelo europeo como Alemania y Francia han cancelado definitivamente las operaciones de Mahan Air en su territorio, tras considerar que esta corporación representa un peligro para la seguridad y encarna ideales contrarios a los de estos países. De igual manera, esto se relaciona también con la decisión de la administración Trump de declarar como grupo terrorista a la Guardia Revolucionaria de Irán y todas las conexiones de ella con Mahan Air en cuestión de transporte de armas en terrenos hostiles, razón que motivó las sanciones en primer lugar.

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¿Sólo funciones políticas?

Respecto al vuelo específico que se efectuó el pasado 8 de abril, la información es contundente a simple vista, aunque puede resultar confusa. La prensa internacional reportó el viaje ininterrumpido de 16 horas entre Teherán y Caracas, lo que supuso la aceptación de la idea de una ruta comercial entre un país y el otro. Una ruta similar ya tenía precedentes en el gobierno de Chávez, pues la empresa estatal Conviasa realizaba un viaje Caracas-Damasco-Teherán, también con más fines políticos que comerciales.

Respecto al viaje también se expresó el senador estadounidense Marco Rubio, uno de los grandes detractores de Nicolás Maduro, afirmando que no existía ninguna razón para una ruta de estas características desde una posición bastante irónica, pues decía que a menos que Irán se hubiese convertido de repente en una gran atracción turística, no había justificación. Por supuesto, todo desde una perspectiva de la seguridad de Estados Unidos.

En el vuelo de Mahan Air se transportaba una comisión de funcionarios del gobierno iraní con el director del Departamento para las Américas del ministerio de Exteriores, Mohsen Baharvand, a la cabeza. La intención era, según informó la cancillería venezolana, revisar la agenda de cooperación entre ambos países, así como comentar la situación de crisis que atraviesa Venezuela en estos momentos.

Un historial comercial entre los dos países

Jorge Arreaza, el canciller, le aseguró a la prensa que, si bien estaba sobre la mesa la posibilidad de esta ruta comercial, el único propósito del vuelo fue la conversación entre funcionarios, nada más. Es preciso recordar que las relaciones comerciales entre estos dos países se remontan a principios de los 2000, cuando Hugo Chávez y Mahmud Ahmadineyad se acercaron, en sus esfuerzos de escapar del yugo económico del "imperialismo". Durante el período de Chávez, las relaciones de Venezuela con Irán crecieron exponencialmente, especialmente en términos de cooperación energética e investigación y desarrollo en el campo nuclear.

Sin embargo, desde la llegada de Maduro al poder y la creciente crisis que ha afrontado Venezuela, las relaciones económicas con Irán se han enfriado, pues la inversión extranjera ya no es un fuerte, de igual manera que se han enfriado las relaciones con China y Rusia, donde los pagos de la producción de petróleo venezolano buscan pagar deudas existentes, en lugar de generar nuevos dividendos.

Las relaciones actuales entre ambos países, aparte de su fuerte vínculo por el petróleo y como miembros de la Opep, está basada en las fuertes sanciones que tienen tanto Irán como Venezuela por parte de los Estados Unidos, lo que los lleva a ser aliados estratégicos en un panorama comercial bastante cerrado. Y si bien las relaciones comerciales entre Irán y Venezuela no son un secreto para nadie desde sus fuertes acercamientos a comienzos del siglo XXI, una cosa es segura: Estados Unidos sigue considerando un peligro que estos dos países se junten, en un intento de escapar al cerco económico que tienen tras ellos.

 

LatinAmerican Post | Jorge Ovalle

Copy edited by Vanesa López Romero

 

 

 

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