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Los 6 discos de los Arctic Monkeys, analizados de peor a mejor

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Arctic Monkeys finalizó la gira musical correspondiente a su último CD: Tranquility Base Hotel & Casino. Decidimos, entonces, hacer un ranking de todos sus discos: del peor a mejor

Los 6 discos de los Arctic Monkeys, analizados de peor a mejor

Arctic Monkeys, popular banda británica originada en el 2002, acabó la gira mundial de su último trabajo discográfico: el controvertido Tranquility Base Hotel & Casino, lanzado en mayo de 2018.

Según MSN, la gira de este grupo finalizó en el festival Estéreo Picnic de Colombia, luego de 90 shows a escala global. Destacamos el extenso recorrido en distintos países sudamericanos, tales como Argentina, Brasil, Chile, México, Paraguay y Perú.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Dicho esto, procedamos a rankear todos sus trabajos discográficos hasta la fecha.

Puesto 6: Suck It and See (2011)

Ningún disco de los Arctic Monkeys me parece malo. Sin embargo, vemos aquí ciertas deficiencias con respecto a sus anteriores y posteriores trabajos.

El cuarto CD de la banda peca de intentar emular a Humbug, aunque sin lograr el mismo impacto o innovación. Más bien se siente como una colección de canciones armónicas o un disco “hecho a las apuradas”: no ofrece temas con un estilo marcado, ni en la emotividad de Humbug ni en esa esencia rockera de anteriores trabajos.

La atmósfera de este CD se siente muy condensada –aunque agradable y suave-. Sin embargo, eso no evita que tengamos canciones muy delicadas. La más conocida es, por supuesto, la referencial al título del disco: “Suck It and See”. Nuestro segundo estandarte es “Piledriver Waltz”, una versión grupal del único disco del cantante, Submarine.

Sin embargo, ninguna pieza logró ser memorable y convertirse en una de las imprescindibles del repertorio, algo que intentan generar en sus recitales enlistando la rítmica “Don’t Sit Down ‘Cause I’ve Moved Your Chair”, aunque sin demasiado éxito.

Puesto 5: Whatever People Say I Am, That's What I'm Not (2006)

Aquí vemos un atropellador arranque, logrando un estilo notorio y que distinguiría a la banda a posteriori. Es decir, los catapultaría a la fama como una de las promesas juveniles del rock.

Como único punto negativo, se puede decir que con el correr de los minutos, se genera una sobrecarga sonora global. Además, no existe un punto de inflexión o una canción que defina al disco.

Por el contrario, tenemos temas preciosos, como “A Certain Romance”, “When The Sun Goes Down”, “Riot Van” y la mítica “Mardy Bum”, que buscan lograr otra dinámica dentro del ambiente, pero el ritmo no contrasta tanto con himnos de pogo como “I Bet You Look Good on The Dancefloor” o “Fake Tales of San Francisco”.

Puesto 4: Favourite Worst Nightmare (2007)

El segundo disco logró una perfeccionada continuación del sonido ya visto en su debut. Por momentos, aparece una sensación de profunda oscuridad y frenetismo, como sucede el arrollador comienzo con “Brianstorm” y “Teddy Picker” en continuación.

Pero, cuando uno se acostumbra a la velocidad incesante, la banda nos sorprende dándonos un respiro con un track como “Only Ones Who Know”, lo que es un momento de calma antes de la tormenta.

Además del hit “Fluorescent Adolescent”, los chicos oriundos de Sheffield perfeccionan un paisaje sonoro oscuro pero esperanzador, con dos representantes bien claros: “Do Me A Favour” y la pesadilla hecha canción de “505”.

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Puesto 3: Humbug (2009)

Humbug está en una tercera posición debido a que aquí sí se logran eficazmente nuevas tendencias, asumiendo riesgos que les servirían para el futuro.

Aparece (¡ahora sí!) una sonoridad bohemia e incluso melancólica, con lamentos cantados, como la preciosa “Cornerstone” o la infravalorada “Secret Door”. Aquí comienzan a notarse algunos retazos de la versatilidad de la banda (evidenciando que no solo eran adolescentes dispuestos a tocar rock clásico). Igualmente, hay canciones movedizas, como “My Propeller” o “Crying Lightning”, que logran insertarse perfectamente en la temática global.

Puesto 2: Tranquility Base Hotel & Casino (2018)

La estética hecha CD, la innovación como hito, el pasaje hacia un estilo más maduro. El sonido da un giro de 180 grados, remitiendo a un estilo antiguo y con cierta tónica retro.

La creación de un ficticio eje narrativo temático en el álbum, la desaparición de las guitarras apabullantes por el protagonismo del nuevo piano de Alex Turner, y la sensualidad de su voz –incluso, con momentos de suspiros- erigen la posición de este CD.

Sí, no hay que mentir: ya no suenan a los Arctic Monkeys. Pero, luego del éxito de su anterior entrega… ¿valía la pena continuar con ese estilo? El cambio es brusco, ya que es un CD temático y lento, además de que falta otro tema disruptivo (el único es Four Out Five)… pero igualmente el resultado es precioso.

Así, tenemos canciones muy delicadas tipo vintage. Por ejemplo, la estelar “Star Treatment”, la pegadiza “Four Out Five”, la tétrica “Golden Trunks” –que parece salida de una película de terror del pasado-, o la noble “The Ultracheese”.

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Este trabajo recrea una atmósfera perfectamente perceptible, gracias a la creatividad del cantante, que imagina personajes y ubicaciones. La banda es como los buenos vinos: mejores con el pasar del tiempo.

Puesto 1: AM (2013)

Muchas personas creen que el trabajo discográfico más reconocido de una banda no es el mejor, pero nosotros no adherimos: AM es la perfección del sonido rockero que buscaban lograr en el pasado.

Tan solo toca analizar la cantidad de hits que dispone este disco: desde la exitosísima y pegadiza “Do I Wanna Know?”, la repetición de guitarras sucias de “R U Mine?”, los coros suaves de “One for the Road”, los riffs de “Arabella”, el ritmo de baile lento y casi somnoliento de “No 1 Party Anthem”, la nocturna “Why'd You Only Call Me When You Are High?”, el maravilloso estribillo de “Snap Out of It”, los inicios elegantes de “Knee Socks”, y el cierre sensual y erótico de “I Wanna be Yours”.

Todos estas canciones son imprescindibles y esenciales en la historia de esta banda. Ya te imaginarás, entonces, el calibre de este disco, que según el grupo fue pensado para “escucharse en un automóvil”. ¡Fantástico!

LatinAmerican Post | Ariel Cipolla
Copy edited by Marcela Peñaloza

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