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FICCI: Entrevista a Rubén Mendoza

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Dos días después de su discurso y proyección en la inauguración, nos reunimos con Rubén Mendoza para hablar sobre su película

FICCI: Entrevista a Rubén Mendoza

En la inauguración del FICCI, la faceta política tomó protagonismo. Primero, desde que comenzaron los discursos antes de la proyección de Niña errante de Rubén Mendoza. 

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El segundo hecho fue protagonizado por la vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramirez, quien tras recibir aplausos, también recibió abucheos y señales de desaprobación. Su discurso habló sobre cómo el cine es parte una industria cultural que, como parte de la llamada economía naranja promovida por el gobierno, se ha vuelto económica y políticamente rentable para el crecimiento de una nación. Comenzó primero saludando a todos los inversores, a políticos, a su presidente —ausente, vale aclararlo—, y solo hasta lo último se refirió a los realizadores y espectadores.

Muy distinto al discurso de Rubén Mendoza, tras la invitación de Felipe Aljure a seguir al escenario, pues invirtió la jerarquía de los saludos al agradecer a su equipo, a los asistentes, a los otros realizadores y por último a “animales del aire, del mar, de la tierra y del subsuelo, pájaros, lagartos, gente importante y políticos”. No se quedó ahí. También, en respuesta al enfoque del discurso de Ramirez, Mendoza defendió que “sí le quería decir, señora Ramirez, que no importa si el cine no es un negocio o una industria. El cine tiene que existir como una forma de expresión y de pensamiento de una sociedad”. 

Saludó a las mujeres, figuras principales de sus películas, celebró a artistas que formaron su idea para la película, y criticó la violencia y malestar institucional en Colombia. Finalmente, terminó su discurso en medio de aplausos y con la rápida partida de los políticos que se encontraban en primera fila. 

Después del espectáculo inaugural, todos quedamos listos para la película. Dos días después nos reunimos con Mendoza para hablar sobre ella. Acá en LatinAmerican Post la entrevista.

LatinAmerican Post: ¿Qué tal haber sido la película inaugural del FICCI?

Rubén Mendoza: Pues el FICCI es una capital del amor al cine y la cultura y hay que cuidarlo y defenderlo y quererlo con todos los gestos. Esta vez además hay detrás alguien que se la ha jugado muchas veces, aun por encima de su obra, se ha jugado la vida por el cine. Es un equipo tremendo que con todo el derecho y toda la autoridad están haciendo un FICCI que se ve muy vibrante y con la gente asistiendo a las salas, con mucha fuerza.

L.P.: ¿Antes de presentar acá Niña Errante, por cuáles otros festivales pasó?

R.M.: Sí, pasó ya por unos, apenas nosotros estrenamos en noviembre pasado. Había estado en San Sebastián, en cine en construcción, y ya apenas terminado queríamos entrar al último Clase A del año que era Tallin, el Black Night de Tallin, en Estonia. Con muy buena recepción, ganó premio a mejor película, el globo de oro, y ganó mejor música. Se presentó en la Havana, y tuvo un premio colateral también, se está presentando en este momento en el festival de Miami, que no ha terminado, está aquí en Cartagena, y va este mes también para Málaga, Toulouse y Nueva York. Hasta ahora va eso.

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L.P.: Ya hablando de Niña Errante, me gustaría hablar cuestiones del rodaje, me gustaría que hablaras de dificultades técnicas, por ejemplo, es una suerte de Road Movie en que se están moviendo las locaciones, para la dirección de arte, conseguir todas las cosas…

R.M.: […] Entonces, por ejemplo, el carro yo no quería filmarlo con aparatos donde se viera todo absolutamente estable y perfecto, ni quería filmarlo desde el aire, ni quería filmarlo que se notara el aparataje, no quería usar camabajas. El carro de la película se adaptó con unos corredores que se pudieran retirar a los lados y poner para que uno pudiera hacer como cámara de escala humana y con el movimiento humano alrededor. Además de que en el techo se hizo una parrilla, digamos el techo se podía retirar, por eso al carro lo llamábamos "la olla express" […] En realidad yo pienso que la gran clave técnica con la que hicimos esta película fue como un escudo humano, como una burbuja humana, que rodeaba y que cuidaba un rodaje[…].

Pienso que hay que proteger esa célula, proteger a las cuatro chicas, proteger cuando tengamos que filmar cosas muy duras de contenido, respetar y proteger las condiciones que cada una ponía, porque ellas decían "vamós a hacer esto, sí, pero solo pueden estar tal y tal" y ahí había un primer círculo de protección y un segundo y cuando se necesitaba alguien de esos otros círculos habia todo un protocolo para que pudieramos sentirnos explorando tranquilos, sin que nunca se sintieran expuestas, maltratadas… 

L.P.: ¿Cómo fue trabajar sobre el tema de una 'feminidad' y la relación con las actrices y todo el proceso?

R.M.: Fue maravilloso, yo me acerqué como aprendiz y así me aceptaron, no solo con las actrices, sino con todas las mujeres consultadas mientras escribía el guion, las entrevistas que hice, cuando buscaba situaciones parecidas a las de cada una para tener una inspiración con mucho más peso y más certera. Entonces oyendo, digamos, escogiendo sobre todo oír como método. Me han preguntado que si pretendía dar voz y pienso que uno no puede asumir eso tan vanidosamente y tan narcisistamente, ni de darse ese poder de que uno es el que le da la voz a la mujer, pienso que solo es perpetuar el modelo patriarcal, y asignarse una cosa de la que uno no es dueño. Pero sí estaba en disposición de escuchar esa voz que tienen y que naturalmente tiene muchas cosas que decir.

L.P.: Entonces, como dices, te estabas acercando a ese tema de un mundo de mujeres, un mundo femenino, una fraternidad entre ellas, ¿tuviste algún 'método' específico o te fueron llegando muchas cosas?

R.M.: Sí, iba haciéndole caso al instinto, pienso que era muy dificil de programar, que pudiera salir genuino, si no venía de allá adentro. Entonces, primero quería conocer de verdad a esas personas que había escrito, pero que todavía no tenían corporeidad, y que venían de la genética mixta de muchas amigas, o de mujeres conocidas o de heroínas. Así en sketch es cuando yo decía "ella va a tener esto, y esto y esto", hasta cuando tomaron forma, que eso cambia todo lo que uno ha pensado, y ya los gestos dejan de ser sospecha y se vuelven como rasgos y certezas. Y así se fueron nutriendo. Pero digamos que para mí la premisa clave, más que en realidad decir "esto es ser mujer" o yo creo que esto es (porque eso es imposible pretenderlo en una película, y uno siendo hombre), era un encuentro de mujeres sin testigo, cómo serían si estuvieran solas, si la cámara fuera un mueble y no la cámara. Cómo hablan solas, cómo están solas, cómo esta hermandad empieza a surgir con el rigor y la maravilla del camino y las implicaciones de atención que el viajar tiene. Todos mirando para un lado, sin poder despegarse, compartir la inclinidad de un viaje, cómo surge un vínculo, surcado por esa complicidad real.

 

LatinAmerican Post | Juan Gabriel Bocanegra

Copy edited by Vanesa López Romero

 

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