ANÁLISIS

En defensa del pop

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Se suele tomar al pop como una música ligera. Muchas veces no lo tomamos en serio. Acá un breve recuento que demuestra que el pop se abrió como un espacio femenino

En defensa del pop

En la película A Star Is Born, el rudo guitarrista Jack Maine siente que pierde a su novia Ally cuando la ve convertirse en una estrella pop. Lo que Jack parece ignorar es que no hay espacio para una estrella femenina naciente en su propio género: el rock. En esta última versión de los premios Grammy, celebrada hace una semana, Cardi B fue la primera mujer solista en ganar en la categoría de Mejor Álbum de Rap.

Los géneros que muchos creen de culto como el hip hop y el rock son netamente masculinos. Hay en ambos géneros fuertes figuras femeninas, claro, pero si revisamos su historia veremos que los íconos del rock y del rap son todos hombres y las mujeres son más tomadas como sus hermanas menores dentro del género. Distinto ocurre con el pop, tan ridiculizado en A Star Is Born. Al pensar en este género pensamos en mujeres, a excepción de Michael Jackson, que, en todo caso, no era el hombre con el tipo de masculinidad que se ve en otros géneros. Así, el pop ha sido desde hace ya algunas décadas una celebración de lo femenino y se ha abierto como un espacio para que las mujeres brillen y se liberen.

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El pop como liberación femenina

En los MTV Video Awards de 1984 Madonna fue elegida para una de las presentaciones en vivo de los premios. Apareció entonces vestida de novia cantando "Like A Virgin". A lo largo de la presentación, Madonna se quita el velo que lleva en la cabeza y se arrastra por los pisos de un pastel de bodas gigante en cuya cima hay un hombre maniquí vestido de smoking. Esto era sin duda un comentario sobre el matrimonio y sobre la virginidad que se le exige a las mujeres puesta en contraste con los pasos de baile de Madonna en los que muestra el liguero y se despeina. No es, claro, un tratado feminista, pero son los primeros atizbos de una liberación femenina que ocurría en los escenarios y en la radio estadounidense: las mujeres podían, como los hombres en el rock, arrastrarse por el piso del escenario y agitar la cabeza hasta tener el cabello en la cara.

Hay en todos los otros géneros fuertes representantes femeninas. Sin embargo, estas nunca han sido tomadas como pares de los hombres. Tomemos el rock británico como ejemplo: la popularidad de Lou Reed supera con creces la de Kate Bush o la de Nico, aunque su estilo musical sea muy parecido. Así, aunque haya mujeres como Patti Smith, nunca en estos géneros netamente masculinos ha habido un espacio para ellas en la cima. En el pop, en cambio, las reinas son las mujeres. Se despeinan, gritan y lloran en el escenario y en sus canciones. Reclaman su lugar en la historia de la música y se vuelven reinas de su propio género.

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Esto sucedía en el espacio "inofensivo" del pop, cuyo nombre viene de "popular". Por esto mismo, es muchas veces despreciado y tomado en broma. Según Nicholas Cook en su libro Music: a Very Short Introduction, el género pop enfrenta retos distintos de los de los llamados géneros de culto. El rock, por ejemplo, tiene una forma y una estructura compleja de por sí que hace que sea mucho más fácil ser transgresor y de calidad. El pop, en cambio, tiene una fórmula que es la que funciona para que sea fácil de escuchar, tiene una estructura ya hecha. Así, es más difícil dentro de esa estructura musical hacer algo de calidad e innovador. Como se trata, entonces, de una música fácil de escuchar, el pop suele tomarse con ligereza, aun cuando, de acuerdo con Cook, las canciones realmente buenas tengan incluso más mérito. 

 

Lo incómodo del pop

Si es el género más popular del mundo, podría pensarse que no incomoda ni cuestiona muchas prácticas. Sin embargo, ningún hombre diría que su artista favorita es Ariana Grande. Habría que ver lo amenazada que se siente la masculinidad tradicional con la música pop para entender los alcances de este género. El pop, además, se ha vuelto un himno de la comunidad y la fiesta gay y el drag, lo que muestra cómo la liberación femenina se ha colado en otras luchas y reivindicaciones. Así, este género sí cuestiona el reino de lo masculino que puede verse en el rock y en el rap y corona, por fin, a las mujeres. 

Esto se suma también a que el pop se ha vuelto una categoría para menospreciar y encasillar artistas mujeres que han amenazado el reinado de lo masculino en otros géneros. Así, por ejemplo, Avril Lavigne fue leída y escuchada como pop por un público en su mayoría femenino en los tempranos 2000, aún cuando hacía lo mismo que otras bandas como Blink 182, tomadas más en serio por ser rockeras. En este sentido, puede notarse cómo el pop sí incomoda y amenaza, pues no ha sido tomado en serio y ha sido usado para encasillar a las artistas femeninas como ligeras y de mala calidad. 

No quiero ser ingenua, por su puesto que el pop ha sido una navaja de doble filo, pues al mismo tiempo en que juega a favor de la liberación femenina, ha sido también instrumento para infantilizar a las mujeres y para promover estereotipos femeninos. Sin embargo, ha sido también un espacio en el que las mujeres han podido abrirse camino en la industria musical.

 

LatinAmerican Post | Julliana Rodríguez Pabón

 

 

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