ANÁLISIS

¿Cuál es el legado deja Juan Manuel Santos en Colombia?

Pese a lograr avances significativos en varias materias, su popularidad siempre fue baja

¿Qué legado deja Juan Manuel Santos en Colombia?

Finaliza una etapa importante en Colombia, 8 años en los que el país ha sido testigo de importantes transformaciones en diferentes ámbitos, todo alrededor de un hito que sin duda ha marcado y marcará la historia reciente de esta nación: el Acuerdo de Paz con las FARC.

El artífice de todo esto ha sido Juan Manuel Santos, quien fuera ministro de Defensa en tiempos de su predecesor, Álvaro Uribe, de quien se divorció ideológicamente para llevar a cabo su plan de acabar de una vez por todas con un conflicto armado de casi 60 años.

Ese Acuerdo es imperfecto se mire por donde se mire, pues deja demasiados cabos sueltos que no parece que el nuevo presidente, Iván Duque, vaya a atar. El proceso de reinserción de los excombatientes va a ser muy difícil de aplicar de forma eficiente, sin contar el inmenso gasto que va a suponer llevarlo a cabo. Si esta etapa no funciona correctamente, el riesgo de que muchos desmovilizados vuelvan a la vida criminal fuera de las FARC es bastante alto. Ese Acuerdo es imperfecto porque cuando se votó en referéndum la mayoría, aunque por un escaso margen, dijo que no, y eso nunca es un buen comienzo. Ese Acuerdo es imperfecto porque muchos de los mayores responsables de las atrocidades cometidas no van a pagar por sus delitos, dejando a las víctimas en una completa indefensión. Pero si nos reducimos al bien más preciado del ser humano, la vida, el Acuerdo ha conseguido cortar una hemorragia de muertos que no se había logrado controlar a lo largo de seis décadas, y eso es un avance que ni el más antisantista puede negar.

En el ámbito internacional Colombia es un nuevo país, lejos queda la época en la que pocos se atrevían a poner un pie en él y en la que lo mejor que definía a la nación andina era droga y violencia. Hoy Colombia está de moda, aparece en los rankings de las publicaciones turísticas más prestigiosas como un destino casi obligado. En 2018 unos 6,5 millones de turistas extranjeros disfrutarán de sus múltiples encantos; en 2010, cuando Santos llegó al poder, esa cifra apenas llegaba a los dos millones. Además, el pasaporte colombiano ha dejado de ser un estigma y cada vez son más los países a los que los colombianos pueden ingresar sin visado.

En cuanto a la pobreza, en estos 8 años se redujo a la mitad, pasando de afectar a un 34% de la población a un 17%. Aunque en infraestructuras Colombia todavía tiene mucho trabajo por delante para ser competitiva, hay que destacar que los principales aeropuertos colombianos fueron remodelados y hoy hay 1.400 kilómetros más de carreteras de doble carril. En materia social se entregaron más de 100.000 viviendas gratuitas a personas de bajos recursos y muchos estudiantes brillantes pero sin medios económicos pudieron estudiar en las universidades más prestigiosas del país gracias al programa ‘Ser pilo paga´.

Por el contrario, la salud pública sigue en coma, ofreciendo un servicio totalmente deficitario a todos los niveles. La corrupción sigue campando a sus anchas y es un mal que parece lejos de poder extirparse. Por último, la justicia sigue dejando mucho que desear y delinquir en Colombia continúa saliendo muy barato.

Se podría decir que el mandato de Juan Manuel Santos ha tenido, en general, más luces que sombras, sin embargo, esto no ha servido para que el ya expresidente se ganara el cariño de los colombianos. Su falta de empatía y su dificultad para conectar con el pueblo, a lo que se suma una acusada carencia de carisma son las principales razones.

Ocho años y un premio Nobel de Paz después, Santos entrega el testigo a Iván Duque, pupilo del uribismo, que tiene por delante una ardua tarea en un país fragmentado.

 

LatinAmerican Post | José María González Alonso

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