El presidente de Estados Unidos respondió al de Irán con un tono amenazante. ¿Es de preocupación?

Un intercambio de amenazas se ha  entre el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y el de la República Islámica de Irán, Hasán Rouhaní. El líder del país asiático expresó que “una guerra con Irán sería la madre de todas las guerras”, esto según la agencia de noticias de ese país, INSA. Por su parte, Trump le dijo a su homólogo que “nunca jamás amenace a Estados Unidos o sufrirá consecuencias que muy pocos han sufrido antes en la historia”.

Read in english: Trump vs Rouhaní: could the tension escalate?

Estas frases son solo fragmentos de las amenazas que se han lazando de cada parte durante los últimos días, que teniendo en cuenta la reciente salida de los Estados Unidos del trato nuclear con Irán, solo contribuye a la tensión que se vive entre ambos países. 

De hecho, fue el asunto del plan nuclear para Irán lo que desató este enfrentamiento de declaraciones entre ambos países; tras la negativa estadounidense a las condiciones del trato, impuso sanciones aún más severas que afectarían fuertemente a la economía iraní.

Sin embargo, ¿son de temer las amenazas que los líderes de ambos países se lanzan? Hay que revisar, antecedentes similares del gobierno Trump con otros países. Corea del Norte se convirtió, hasta hace poco, en uno de los temas centrales de la administración de turno. Fue frecuente encontrar tweets del presidente norteamericano atacando y burlándose del líder del régimen norcoreano, Kim Jong-un.

“Rocket Man” fue uno de los apodos preferidos del presidente Trump para referirse al líder norcoreano, inspirado en la popular canción de Elton John del mismo nombre y en la urgencia de Kim por fortalecer el programa armamentístico nuclear de su país. En una oportunidad también lo llamó “enano y gordo”. A pesar de esto, Trump medió para que se acercaran los gobiernos de Sur Corea y su vecino del norte, lo que abre la esperanza para que concluya el conflicto aún vigente desde 1953. Unos meses después, se reunió con el mismo Kim. 

Tanto en el caso del trato nuclear de Irán como en la reunión entre Trump y Kim, es claro que Estados Unidos termina viendo sus intereses bien protegidos frente a los de los demás países. Irán tuvo que limitar sus procesos de enriquecimiento de uranio, entre otras medidas, como parte de sus obligaciones en el trato y, en consecuencia, E.E.U.U. levantaría las sanciones económicas. 

Aunque las sanciones fueron reimpuestas a la espera de una nueva negociación, Irán ha amenazado con bloquear el Estrecho de Ormuz, según el diario español El Economista, zona por la cual más del 30% del petróleo que se comercializa a nivel mundial es transportado, lo cual supone una seria amenaza para el comercio mundial. 

Lo que pueda suceder de aquí en adelante es impredecible. Hasta hace un año, era casi una certeza el escalamiento de la tensión entre Corea del Norte y Estados Unidos, esto debido a la naturaleza contestataria y proteccionista del gobierno Trump. Hoy en día, vivimos un escenario de reconciliación entre esos países y Corea del Sur. Adicionalmente, Trump declaró que estaría dispuesto a reunirse con los líderes de Irán “en cuanto ellos deseen”.

Por eso es clave que el pacto nuclear con Irán se materialice, idealmente con la condiciones previstas desde la administración Obama, que beneficia grandemente a E.E.U.U e Irán, aunque en distintas proporciones. Es claro que los estadounidenses buscan la maximización de su beneficio, de nuevo por la mentalidad de la administración actual, y esa actitud puede ser poco atractiva para muchos miembros de la comunidad internacional. 

LatinAmerican Post | Iván Parada Hernández