ANÁLISIS

¿Qué se puede esperar del Petro, el nuevo DICOM y las remesas?

El gobierno de Venezuela se ha referido a la creación de una criptomoneda y el lanzamiento del nuevo sistema de divisas

 

¿Qué se puede esperar del Petro, el nuevo DICOM y las remesas?

Existe especulación sobre el Petro, el DICOM y las remesas. Aún no se sabe a ciencia cierta cómo funcionarían tales mecanismos, por lo que el objetivo de este artículo es tratar de dilucidarlos.

¿Qué será el Petro?

El gobierno venezolano ha anunciado el lanzamiento de una criptomoneda que estará sustentada en recursos minerales, principalmente en petróleo, aunque también se ha mencionado el oro, los diamantes, el coltán, entre otros. Según la Embajada de Perú en Venezuela, el presidente Maduro definió que 1 Petro equivaldría a 1 barril de petróleo y se decretó al bloque 1 del campo Ayacucho, que cuenta con más de 5.000 millones de barriles de petróleo, como sustento.

Poco o nada tiene que ver el Petro con las características de las criptomonedas y por lo que se sabe su funcionamiento se asemeja más a un contrato de futuros.

Un contrato de futuros es un acuerdo que obliga a las partes a comprar o vender un número determinado de bienes o activos en una fecha posterior determinada, y con un precio establecido de antemano. En cuanto al Petro, la única diferencia es que el precio podría no estar previamente fijado, sino que podría cambiar conforme varíe el precio del petróleo.

Es decir, el Estado venezolano emitiría un certificado que sería adquirido por los acreedores en divisas, con el compromiso del Estado venezolano a pagar en una fecha futura el precio de ese certificado más unos intereses.

El problema radica en que el sustento del Petro son los recursos minerales del subsuelo venezolano. Es decir, en caso de que el Estado no pueda cumplir con su compromiso de honrar su deuda, los acreedores podrían reclamar su propiedad sobre estos recursos. Al estar la producción de PDVSA en franco deterioro y sin fondos para invertir en la producción, los acreedores tendrían el derecho de extraer estos recursos del subsuelo.

Por tanto, los compradores del Petro no podrían ser otros sino las grandes empresas petroleras, de diamantes, de coltán, entre otras. Esta estrategia no dista mucho de la apertura petrolera planteada en la década de los 90.

El nuevo "DICOM” y la apertura a las remesas

Del nuevo "DICOM" y la apertura a la recepción de remesas desde el exterior se tiene menos información. Sin embargo, es posible mirar el caso de Cuba, ya que podría tener algunas semejanzas.

En 1993, como parte de las medidas tomadas por el gobierno cubano durante el conocido periodo especial, se legalizó la apertura de cuentas en divisas y la recepción de remesas desde el exterior.

La idea era que el Estado captara parte de los recursos en divisas que se transaban en el mercado negro. Para aquel entonces, existían en la isla una serie de comercios propiedad del Estado, los cuales vendían productos en dólares pero sólo a los turistas.

Luego de la legalización de la apertura de cuentas en divisas y la apertura a la recepción de las remesas, los cubanos recibieron permiso para adquirir productos en estas tiendas. En una primera etapa, el Estado cubano captaba parte de los dólares como remesas a través de estos establecimientos comerciales, por lo que en ese momento circulaban legalmente en la isla dos monedas: el peso cubano y el dólar estadounidense.

Sin embargo, cuatro meses después entró en circulación una tercera moneda: el peso convertible o mejor conocido como CUC. Esta moneda tenía una equivalencia 1 a 1 con el dólar estadounidense. Ahora, los cubanos al recibir las remesas enviadas por sus familiares desde el exterior, recibían la misma cantidad pero en pesos convertibles con los cuales podían comprar en las tiendas en dólares.

En este punto está la potencial similitud con el "DICOM", sistema complementario del Petro. Las remesas recibidas por los venezolanos podrían ser convertidas en Petros, mientras el Estado capta las divisas.

Con estos Petros se podrían adquirir bienes comercializados por el Estado y también se podrían mantener como forma de ahorro siempre y cuando exista el compromiso de pago por parte del Estado. Adicionalmente, también podrían ser transados en un mercado secundario o en el nuevo "DICOM”.

Este último vendría siendo más bien una especie de Nuevo SITME, donde el poseedor de los Petros los vende o negocia en el extranjero y obtiene las divisas que necesita para sus actividades económicas como importaciones, el pago de servicios, etc.

En este sentido, la mayor cantidad de Petros se encontrarán en manos de las grandes empresas de petróleo, oro y otros minerales, los cuales en algún momento podrían tener derecho sobre los minerales en el subsuelo. Una porción mínima se encontrará en manos de los naturales y jurídicos nacionales, los cuales podrán usarlos para adquirir bienes.

El petro y los sistemas complementarios servirán como otras monedas o formas de ahorro, mientras el Estado obtiene divisas que le den un pequeño respiro para pagar la deuda externa y financiar importaciones. Sin embargo, habrá que esperar para ver si cómo se materializan estas propuestas.

 

LatinAmerican Post | Daniel Ramírez Pérez

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