AMÉRICAS

Cristóbal Colón: ¿genocida?

En múltiples ocasiones, americanos en diferentes partes del continente se han manifestado en contra del descubridor: ¿por qué?

Cristóbal Colón: ¿genocida?

Hace unos días  las manos de una estatua de Cristóbal Colón, en Central Park, Nueva York, fueron teñidas de rojo, con un mensaje de repudio hacia el navegante italiano. Esta no es la primera vez que sucede algo así.

En 2004, en tierras venezolanas, cientos de personas se abarrotaron frente a una estatua del ‘descubridor’ en la Plaza Venezuela de Caracas, para realizar un juicio en contra suya. En un acto simbólico, el pueblo venezolano ‘ahorcó a Colón’: su estatua fue derribada del pedestal en el que se encontraba y las partes resultantes fueron llevadas hasta el teatro Teresa Carreño. Este acto, para algunos de vandalismo, se convirtió en una de las primeras muestras de odio y desarraigo hacia el legado de Cristóbal Colón en América, con base en, como diría Hugo Chávez, no solo la matanza, sino el genocidio que lideró Colón.

Pero no sería hasta los últimos meses que situaciones de tal rigor simbólico se tomarán nuevamente las calles de América, esta vez en Estados Unidos. Primero, en el parque de Yonkers, Nueva York, el 30 de agosto de este año se replicó la idea de los venezolanos y la efigie de Colón apareció decapitada. Horas más tarde, en Queens, y en palabras del alcalde Bill de Blasio, “el acto vandálico” se notó en menor medida bajo la inscripción de una estatua del navegante italiano en la que se pintaron las siguientes frases: “Abajo el genocida” y “No honremos al genocida”.

En consecuencia, muchos se han preguntado por qué han ocurrido estos ataques hacia las efigies del ‘descubridor’. Según expertos, la respuesta se podría hallar en el odio racial.

El crecimiento progresivo de la segregación racial se ha tomado las calles del país norteamericano en los últimos años, en especial en este año. El asesinato de una manifestante por parte de un neonazi en Charlottesville, Virginia, fue el detonante de miles de polémicas en contra de los pensamientos fascistas de la extrema derecha norteamericana. Sin embargo, estas polémicas se trasladaron hacia la otra punta del iceberg, en ideologías de extrema izquierda, basadas en el respeto y defensa de los afroamericanos y nativos de esa zona del mundo.

Por ello, estos grupos izquierdistas han encontrado en la iconoclasia, o la destrucción de pinturas o esculturas relevantes para la sociedad, de la figura de Colón la forma de combatir en contra de, según ellos, los principios genocidas con los que actuó el genovés en América. Además, luchan contra los recuerdos, elogios y homenajes que se realizan a los altos mandos del ejército confederado que luchó en la Guerra de Secesión estadounidense, los cuales eran defensores y participantes activos de la esclavitud y la segregación racista en el país, durante el siglo XIX.

El rechazo hacia la imagen de Cristóbal Colón ha llegado a tal extremo que, en Los Ángeles, California, bajo el mando de los demócratas se logró que el concejo de  dicha ciudad reemplazara el ‘Columbus Day’, o Día de Colón que es el 12 de octubre, por el ‘Día de los Pueblos Indígenas’ como forma de apoyo hacia los nativos americanos que cayeron en el ‘genocidio’ propiciado por Colón.

No obstante, para muchas otras etnias, entre ellas las italoamericanas, ésta seguidilla de actos simbólicos en contra del recuerdo del almirante es una forma insensata de pelear con la historia, pues según lo explicado por el historiador Manuel Lucena Giraldo, “la historia ya pasó y en su circunstancia se hallan gloria y tragedia. Colón se halla a salvo en la inmortalidad. No se pueden juzgar hechos del pasado bajo la perspectiva del presente”. Además, aclara que “tras él, la humanidad sería distinta. Esa es la verdadera historia”.

Aunque para algunos el recuerdo de Cólon revictimiza a los afectados por su presencia en el continente americano, para otros él es uno de los mayores hitos de la historia, ya que permitió el inicio de la globalización mundial tal y como la conocemos hoy. Los días pasarán y el debate seguirá abierto.

 

Latin American Post | Christopher Ramírez Hernández

Copy edited by Laura Rocha Rueda

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