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América Latina: ¿donación de órganos?

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Los latinos se muestran adversos a la hora de permitir la entrega de sus órganos

América Latina: ¿donación de órganos?

La donación de órganos siempre ha sido un tema tabú. Hay quienes no están de acuerdo con este procedimiento médico por creencias religiosas, mientras que otros están absolutamente a favor y lo entienden como un acto de amor hacia el prójimo. Sin embargo, las bajas cantidades de donantes en comparación con las largas listas de espera de pacientes cuya vida depende del trasplante que necesitan,  muestran que este es un problema a grande escala, que afecta directamente las posibilidades de sobrevivir de una fracción de la población del mundo.

La donación de órganos en Latinoamérica dista de tener altas cifras. No obstante, gracias a los esfuerzos de las corporaciones de trasplantes a nivel nacional, se ha logrado que la población tome conciencia y ahora forma parte de políticas públicas de países como Cuba, Chile, Argentina, Uruguay y Colombia en donde todas las personas son donantes, salvo se indique lo contrario. Los países que lideran la donación de órganos en la región son Cuba, Argentina, Brasil y Uruguay, mientras que los que tienen cifras mínimas son México, Perú y Venezuela. Alejandro Niño, ex presidente de la Sociedad de trasplante de la región explica que “varios de los países que lideran en los temas de trasplantes y donación lo deben a las políticas estatales sostenidas en el tiempo”.

El número de donaciones por millón de personas en algunos países latinoamericanos es:

  • Cuba: 13,9
  • Argentina y Brasil: 13,6
  • Uruguay: 13,2
  • Colombia: 8,4
  • Chile: 6,7
  • Costa Rica: 7,1
  • Ecuador: 3,9
  • México: 3,5
  • Perú: 2,6
  • Venezuela: 1,7
  • Guatemala: 0,9

Las cifras contrastan enormemente con el líder mundial, España, en donde alcanzan entre 40,2 y 100,7 donaciones por cada millón de habitantes. El éxito español en esta materia tiene que ver fuertemente con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud a la Organización de Trasplante de España.

Pero, ¿por qué los latinoamericanos muestran tanto escepticismo ante la donación de órganos? En la mayoría de los países se entra en conflicto cuando la familia del posible donante se opone finalmente a que los órganos sean utilizados y donados. El problema radica en que la cantidad de personas en lista de espera para recepción de órganos es mucho mayor en comparación con la cantidad de donantes dispuestos. Dentro de los órganos que son más requeridos por las personas están: hígado, riñón, córneas, corazón y transfusiones.

Por ejemplo en Perú donde la tasa de donación es una de las más bajas de Latinoamérica, posiblemente por ser un país profundamente católico y conservador, 77 personas se convirtieron en donantes efectivos, donde de no haber sido por la negativa de la familia a donar los órganos, la cifra habría sido del doble. “Al morir las familias tienen la última palabra sobre los órganos de la persona fallecida. No podemos obligarla a que done. Usamos todos los medios para concientizar sobre el tema, pero a la hora de hacer efectiva la donación encontramos mucho rechazo”, según Mariella Delgado, directora de la Oficina Nacional de Donación de Órganos y Trasplantes de Perú.

A pesar de que el 70% de los peruanos está de acuerdo con la donación, solo el 14% lo ha expresado a través de su DNI. Ahí es donde hay otro problema según la especialista ya que: “Al sacar el DNI, los trabajadores de esta institución no preguntan a la población su voluntad de ser donante y solo registran un no”.

Otro problema que refuerza que las personas no quieran donar sus órganos o los de sus seres queridos es el miedo al tráfico ilegal. Más de una vez hemos visto en las películas de ciencia ficción o de terror personas que les quitan sus órganos y son vendidos en los mercados negros, pero esto dista mucho de la realidad. Los órganos deben pasar por una serie de exámenes y condiciones para poder ser receptores finales de algún paciente específico. Cualquier riñón no le sirve a cualquiera. Así se desmitifica este miedo potencial que la mayoría podemos tener respecto a este tema.

Para obtener mejores resultados se debe hacer esfuerzos y campañas informativas a la población, ya que existe una falta de sensibilidad a un problema grave: muchos pacientes podrían sobrevivir y superar sus enfermedades si la lista de espera para el órgano que necesitan no fuera tan larga. Mientras más personas dejen de temer a la donación de órganos y se concienticen acerca del problema, más vidas podrán salvarse.

 

Latin American Post | Daniella Páez Otey

Copy edited by Susana Cicchetto

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