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El dilema latino: ¿comerlo todo o dejar un poco en el plato?

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Los bancos de alimentos en Latinoamérica luchan para detener la hambruna, una tarea casi titánica

Dilema latino con la comida

Al rededor del mundo existe el temor de que los niveles de pobreza aumenten y con ellos la escasez de comida termine por colapsar la sociedad actual. Latinoamérica no es ajena a este problema, pero no parece preocuparle tanto. De acuerdo con las estadísticas publicadas por el Banco Mundial, en el continente latino se desperdicia el 15% de los alimentos que produce, lo que equivale a 80 millones de toneladas al año. ¿Sabe cuánta gente puede comer con esa cantidad de alimentos? Aunque en realidad la población no lo sepa conscientemente, sus sobras pueden llegar a alimentar a 30 millones de personas, o el 64% de la población que vive con terribles niveles de hambre.

Los expertos explican que esto se debe a los hábitos de consumo en la región. Aquí los habitantes consideran que la fecha de caducidad es realmente importante, algo que en muchos casos no es del todo cierto, pues esta fecha límite depende de las condiciones en las cuales el alimento haya sido almacenado. Adicionalmente, las técnicas de recolección y procesamiento a veces no son las más idóneas y condicionan el consumo. Esto sin tener en cuenta las variaciones climáticas, pues lo cierto es que Latinoamérica cuenta con una gran multiplicidad de estados atmosféricos que, debido a la contaminación actual, en muchas ocasiones son impredecibles.

Al combinar estos factores se acelera rápidamente el nivel de pobreza. Mientras más comida se deseche más comida se tendrá que comprar para cubrir necesidades, lo que genera una aceleración en la demanda, un aumento de gastos por hogar y a largo plazo un retraso económico. Este último factor se produce cuando las políticas de cada país y sus capacidades no son suficientes para mantener el consumo de sus habitantes.

Además del altísimo costo social, desperdiciar alimentos nos ha llevado a estar cada vez más cerca a acabar con los recursos naturales del planeta. Para el miércoles 2 de agosto del 2017, la ONG Global Footprint Network calculó que la humanidad consumiría la totalidad de recursos que el planeta puede renovar en un año, lo que significa que hasta el 31 de diciembre del presente año estaremos viviendo "a crédito" con nuestro planeta: "El costo de este sobreconsumo ya es visible: escasez de agua, desertificación, erosión de los suelos, caída de la productividad agrícola y de las reservas de peces, deforestación, desaparición de especies. Vivir a crédito sólo puede ser algo provisional porque la naturaleza no cuenta con un yacimiento del que podamos proveernos indefinidamente”, precisaron WWF y Global Footprint.

¿Cuál podría ser la solución? Los bancos de alimentos de la región le están apostando a la educación del consumidor, pues él tiene la habilidad de cambio desde el interior de esta problemática que afecta todos los sectores económicos. También se le está apostando a las campañas públicas de sensibilización, tal como lo hace la organización mundial SAVE FOOD. Sin embargo, el cambio solo será definitivo y exitoso cuando todos los sectores económicos se involucren de lleno en la problemática, algo que arrojará como beneficio el desarrollo de modelos de consumo y producción mucho más eficientes para todos.

Latin American Post | Laura Herrera

Copy edited by Susana Cicchetto

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