ANÁLISIS

¿Por qué no deberíamos ignorar a Diosdado Cabello?

Este venezolano es quien tiene verdaderas posibilidades de convertirse en un dictador militar

¿Por qué no deberíamos ignorar a Diosdado Cabello?

Pese a que a medida que avanza la crisis en Venezuela el nombre de Nicolás Maduro resuena cada vez con más rechazo, la preocupación debería surgir por Diosdado Cabello, quien está al mando de las fuerzas militares y es el ex-presidente y activo miembro de la nueva Asamblea Nacional Constituyente.

Cabello es el vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela. En mayo del 2015 se supo que estaba siendo investigado por la justicia norteamericana, pues se presumen delitos como lavado de activos y narcotráfico. Se cree que es miembro del Cartel de los Soles, una organización criminal dedicada al tráfico de cocaína. Además, la fiscal chavista Luisa Ortega dijo en sus últimas declaraciones que tenía pruebas de un soborno de 100 millones de dólares por parte de la empresa brasilera Odebrecht.

No sólo su llegada a la Asamblea Nacional Constituyente le dio acceso a la ley. El cargo de su hermano José David Cabello como Superintendente del Seniat, o el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria, le dio acceso al libre comercio de prácticamente cualquier cosa, lo cual consolidó su poder. Si Maduro es destituido en los próximos meses, es muy probable que sea Cabello quien tome las riendas del país. Para entonces Venezuela se habrá convertido oficialmente en una dictadura militar financiada por el narcotráfico, a diferencia de la imagen que tiene actualmente de nación quebrada, dividida y acorralada por manos bárbaras.

Si bien es sabido que ya hay altos niveles de corrupción en Venezuela, Maduro no deja de dar la impresión de comportarse de manera torpe y desorganizada. En cambio, Cabello quizá pueda hacer lo que no hizo Maduro ni ha podido hacer la oposición: unir a la gente. El narcotráfico tiene ese efecto y sí, ese es el catalizador social de la crisis que afronta el país con un régimen en el cual hoy ni siquiera los chavistas reconocen a su líder, desilusionados ante la escasez, la represión y la traición a los ideales que les había vendido Chavez en tiempos de auge petrolero.

No hay duda que la pobreza seguirá, la dictadura y la junta militar también, pero con Diosdado Cabello en el poder ya se pueden vislumbrar varios desenlaces más violentos: primero, Venezuela podría volverse el destino perfecto para los baches del pos-conflicto en Colombia, tanto ex guerrilleros como ex paramilitares. Segundo, que se convierta en tierra de nadie, una trinchera ideal para la producción de cocaína y sala de juntas del hampa mundial, de forma que pueda generar ingresos suficientes para mantener al régimen. Tercero, que Estados Unidos decida intervenir el país, lo que reivindicaría la causa bolivariana y desestabilizaría la región como ya lo hizo en Afghanistan o Siria.

Estos posibles escenarios no son excluyentes y en cualquiera de ellos los más perjudicados serían los civiles, de manera que el país exige una atención oportuna por parte de la comunidad internacional. Cabe recordar que aun cuando los venezolanos puedan refugiarse en otros lugares, muchos no quisieran verse obligados a abandonar su casa ni ver cómo la destruyen hasta sus cimientos.

 

Latin American Post | Mayeli Espinosa Ríos

Copy edited by Susana Cicchetto

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